Foto: Internet

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Actualmente las compañías mineras operan en geografías complejas. Tanto en el país como en el resto del mundo hay que cumplir con las exigencias regulatorias y normativas y al mismo tiempo adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado, adoptando la innovación para poder producir más a un menor costo, independiente de si se está en un mercado declinante o en recuperación.

Sin embargo, el nuevo escenario de recuperación de la industria minera da paso a nuevos desafíos para las compañías del sector, que tendrán que invertir en nuevos sistemas de información o nuevas tecnologías capaces de generar mayor agilidad y descubrir tendencias inesperadas.

Las compañías mineras continúan lidiando con un mercado plagado de desafíos, afrontando la volatilidad de precios, la agitación geopolítica, los aumentos en costos, menor grados de calidad y la carencia generalizada de fuentes de financiamiento.

Para contar con un futuro realmente viable, las mineras  deberán adaptarse y lograr un delicado equilibrio entre las expectativas a corto plazo de los inversionistas y sus propios imperativos empresariales de largo plazo.

Esta es la principal conclusión de la séptima edición del reporte titulado “Tendencias  2015: Los 10 principales desafíos que enfrentaran las compañías mineras durante el próximo año”, divulgado por Deloitte.

La nueva versión de este reporte sobre la industria minera a nivel mundial, señala que la mayoría de compañías del sector están superando el gran desafío de la volatilidad por medio del fortalecimiento de sus prácticas de reducción de costos y asignación de capital.

Si bien estos pasos iniciales son adecuados, para lograr un crecimiento a largo plazo, las compañías necesitan agilidad para moverse en direcciones no anticipadas.

El panorama de múltiples materias primas también está mejorando, incluyendo el níquel, el aluminio, el zinc y el plomo.

LAS 10 SOLUCIONES

  1. Volver a lo básico: la búsqueda de la excelencia operacional.

La fuerte caída  de la productividad  de la industria minera, obligó a las compañías a poner en práctica importantes estrategias de reducción de costos.

Ahora, están volcando su atención en obtener mayor productividad de sus organizaciones mediante un enfoque orientado hacia la excelencia operacional.

Para alcanzarla, las empresas deberán replantear sus procesos operacionales tradicionales y asumir un enfoque en costos que se ajuste a su cultura organizacional.

  1. La innovación es la nueva clave para sobrevivir: El futuro dependerá no solo del control de costos. Las compañías mineras deberán dejar atrás sus tendencias tradicionalmente conservadoras e incorporar la innovación a su ADN corporativo.

Así mismo, pensar en grande, realizando pruebas de alcance reducido y luego llevándolas rápidamente a una escala empresarial; sacar provecho de las tecnologías emergentes; convertirse en parte de un ecosistema de innovación; y, prepararse adecuadamente para asimilar las nuevas realidades operacionales.

  1. El nuevo paradigma de energía: La reducción de los costos energéticos asociados a los proyectos. Las empresas mineras deberán contemplar la adopción de nuevos enfoques energéticos, incluyendo la utilización de combustibles fósiles no convencionales, con el fin de cautivar a todos los involucrados en el desarrollo de capacidades de energía renovables.
  2. Reducción en la cartera de proyectos: El delicado equilibrio entre la oferta y la demanda.

Para evitar el riesgo de caídas futuras en los niveles globales de la demanda, las compañías mineras deberán encontrar un mejor balance entre la satisfacción de las expectativas a corto plazo de los inversionistas y analistas y el sostenimiento de sus propios catálogos de proyectos.

  1. El gran acto de desaparición del financiamiento: La carencia de recursos repercute en todo el mercado.

Aunque las soluciones al problema del desfinanciamiento son limitadas, las empresas de menor envergadura podrán eludir el desastre si logran atraer inversionistas extranjeros, conjugar sus recursos, explorar diferentes alternativas de financiamiento y posicionarse para asimilar el flujo de capitales de inversión.

  1. Supervivencia de las empresas junior: Navegación en aguas turbulentas.

Para sacar provecho de los cambios observados en los patrones de propiedad corporativa, las pequeñas empresas del sector minero deberán poner en orden sus activos y considerar alternativas que abarquen desde asociaciones corporativas y de riesgo compartido, hasta su propia venta o consolidación.

  1. En busca de nuevas habilidades y conocimientos: Las cambiantes realidades de la industria demandan una nueva generación de talentos.

Para atraer nuevas habilidades al sector, las compañías mineras deberán dar cabida plena a la diversidad, explorar nuevos sistemas de gestión de talentos, mejorar sus operaciones de reclutamiento de talentos apetecidos, e invertir en una capacitación más especializada.

  1. Sobrellevar la incertidumbre geopolítica: De la planeación intuitiva a la asimilación de lo incierto.

Las estrategias de respuesta a las incertidumbres geopolíticas contemplan el cabildeo en procura de políticas más claras, el aprovechamiento de las asociaciones mineras como medio para influir en las legislaciones gubernamentales, el incremento en la inteligencia de la gestión de riesgos y la planeación orientada hacia múltiples escenarios posibles.

  1. Elevar las apuestas en torno al compromiso de los grupos de interés: Las compañías luchan por equiparar intereses encontrados.

Las empresas mineras deberán promover el desarrollo de plataformas de mutua favorabilidad; comunicarse de nuevas maneras; sacar provecho del poder de los medios sociales; trabajar con sociedades mineras en la negociación de términos con las comunidades locales; mejorar sus prácticas de auspicio corporativo; y, consultar el cierre de operaciones mineras con las comunidades afectadas.

  1. Relaciones con el gobierno: la búsqueda de nuevas formas de comunicación y colaboración: Las estrategias para contrarrestar las incertidumbres regulatorias deberán contemplar el fortalecimiento de las relaciones con los gobiernos; la toma de una vocería más dinámica, tanto a nivel de las asociaciones de la industria como de los medios sociales; la medición del impacto social generado; la participación activa en la definición de una agenda política pertinente; y, el más efectivo aprovechamiento de las tecnologías móviles disponibles.

Fuente: Portafolio