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– Rio Alto basa su estrategia en la reducción de costos para generar ganancias en el momento de vender su producción aurífera al precio del día.

“El oro es un producto con valor real, pero también tiene uno intangible, emocional”, comenta Tim Williams, gerente general de Rio Alto Mining, para describir el apetito por el metal dorado. Así, la empresa que administra planea aumentar su producción para alimentar la demanda mundial.

Shahuindo, su más reciente proyecto minero en Cajabamba, Cajamarca, inició la producción precomercial en diciembre. “Tenemos 7.500 onzas vendidas; estamos probando el funcionamiento de los equipos, planta y tecnología”, cuenta Williams.

A diferencia del común denominador del mercado del oro, la producción de Rio Alto se vende al precio del día. “Gran parte del mercado es futures, electronic trading y short selling. Hay mucho más oro en papel que en real” explica el gerente.

Actualmente, el precio, ubicado en US$ 1.200 la onza, varía en un rango de US$ 100. Esto les da la seguridad de que las ganancias están garantizadas al trabajar con un all-in-sustaining cost debajo de US$ 800 la onza. El VAN de Shahuindo (con un COK de 10%) es de US$ 215,4 millones y su TIR es 40.6%.

De estos costos, la principal carga se la lleva el petróleo, con aproximadamente 25% del total. Otros costos importantes que afronta la empresa son los de planilla, ya que contrata unos 3,000 trabajadores entre las dos minas. De este número, el 70% de trabajadores de La Arena y el 75% de Shahuindo son de sus respectivas regiones. Rio Alto trabaja en la capacitación y empleabilidad de la comunidad que la rodea.

“Si tenemos 5 puestos abiertos, capacitamos a 20 personas. Elegimos a las mejores mientras que las demás – las personas no seleccionadas – ya están capacitadas para encontrar trabajo”, detalla el ejecutivo.

El trabajo con la comunidad de La Arena, en la provincia de Sánchez Carrión (La Libertad) ha sido esencial: “La actitud es que la mina no es lo más importante ahí, el caserío también lo es”, señala Williams y anota que la conversación se abrió con reuniones mensuales del CEO con la comunidad. En Shahuindo, en cambio, la gente del distrito de Cachachi esperaba con ansias el inicio de las operaciones, que se dio gracias a la compra del proyecto a Sulliden.

Actualmente, los planes de Rio Alto están concentrados en Shahuindo, con la construcción de la primera etapa y el aprendizaje del manejo de los equipos y tierra, en 18 meses de construcción y ampliación. Proyectan, en total, una producción de 250.000 onzas de oro para este año. A largo plazo, buscan un nuevo proyecto minero, ya sea mediante su equipo de exploración o mediante la adquisición de otra firma.

Por Emilio López de Romaña Rivera

Fuente: Revista G de Gestión.