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El asma bronquial es una enfermedad crónica que no tiene cura y el objetivo del tratamiento es controlarla. Con la llegada del invierno las crisis pueden desencadenarse si no se toman las precauciones necesarias. Por eso, y con motivo del Día Mundial del Asma, que se celebra el primer martes de mayo, la red de Clínicas SANNA explica cuáles son los cuidados que debemos tener si nosotros o algún miembro de nuestra familia sufre de esta enfermedad.

El autocuidado permite que el paciente asmático pueda controlar la enfermedad por sí mismo. Se trata de un aprendizaje sobre la enfermedad, acompañado y asesorado por su médico, que le permite adquirir los conocimientos, habilidades y actitudes que lo harán partícipe activo del control del asma, explicó la Dra. Mariela Milla, especialista en Inmunología y Alergia de SANNA Clínica San Borja, quien aconseja lo siguiente:

  1. Mantener el entorno libre de las sustancias alérgenas. Es clave evitar la exposición a los ácaros del polvo doméstico, presentes en las camas, alfombras y muebles, la caspa de los animales, el polen u hongos, así como a la contaminación, el humo del tabaco y los irritantes químicos en el lugar de trabajo.
  2. Utilice ropa según el clima. Si hace frío, abríguese y si hace calor, utilice ropa fresca. No use ropa de lana. Recuerde que el aire frio puede generar una crisis de asma.
  3. Asegúrese de tener una alimentación nutritiva y saludable. Consuma líquidos en regular cantidad. Si se trata de un niño, no se deben limitar o eliminar alimentos de la dieta por el asma, a menos que tenga alergias a algún ingrediente. Aunque se tiene la idea de que la leche produce flema, los estudios muestran que no la produce ni causa que sea más espesa. Si se restringe puede estar limitando el calcio, las vitaminas y las proteínas. ¡Así que no deje de tomar leche cuando esté enfermo!
  4. Practique algún deporte. No olvidar realizar siempre ejercicios de calentamiento y estiramiento antes de comenzar a cualquier actividad física, e incrementar de a pocos la intensidad del ejercicio a fin de preparar las vías aéreas para el esfuerzo. Si sufre asma de esfuerzo, su médico puede recomendar una medicación específica.
  5. No fume y aléjese del humo. El tabaco incrementa la inflamación bronquial.
  6. Tomar la medicación que su médico le haya prescrito. Es muy importante tomar la dosis en la frecuencia y duración indicadas. Nunca abandonar el tratamiento antes debe conversar con el médico. Tampoco automedicarse con analgésicos o antiinflamatorios (como como la aspirina y el ibuprofeno) ya que alrededor del 10% de los adultos asmáticos son intolerantes a estos medicamentos.
  7. Use bien los inhaladores. Los pasos son: abrir el dispositivo, prepararlo (agitarlo, rotarlo o cargarlo), vaciar sus pulmones de aire, bloquear la respiración, colocar el orificio del inhalador en la boca, inhalar a fondo, contener la respiración de cinco a diez segundos y volver a respirar con normalidad. Si el medicamento contiene corticoide, debe enjuagarse la boca al terminar.
  8. Tener un plan ante una crisis de asma. Pida a su médico que le enseñe a detectar los síntomas de empeoramiento y elabore con él un plan de acción escrito de las indicaciones que debe seguir ante una crisis de asma, ya sea aumentar la dosis de medicamento, tomar otro nuevo o acudir a Emergencia.

Un buen control médico logrará prevenir síntomas molestos como la tos y dificultad para respirar, disminuirá la necesidad de medicinas de alivio rápido, mantendrá los pulmones en buen funcionamiento y podrá dormir toda la noche, así como prevenir visitas a urgencias u hospitalización. “Y sobre todo lleve una vida tranquila. Recuerde que las emociones intensas, como la ira o el miedo pueden desencadenar una crisis”, finalizó la Dra. Milla.

DATOS ADICIONALES

Existen factores genéticos y ambientales que interactúan para que se desarrolle el asma bronquial, generalmente en los primeros años de la vida: la predisposición hereditaria a presentar alergias, antecedentes familiares (padre o madre asmáticos), contacto con alérgenos que se transportan por el aire(ácaros, hongos ambientales, polen, etc.), exposición a infecciones virales en los primeros meses o años de vida o a irritantes (por ejemplo, el humo de tabaco), incluso el antecedente personal de rinitis alérgica mal controlada, la obesidad, etc.

El asma es una enfermedad crónica que afecta principalmente a la población infantil y aunque el número de personas con esta enfermedad varia de país en país, fluctuando entre 6% a 30%, tienen una tendencia creciente. El Perú se encuentra en el grupo de los países con prevalencias intermedias (21% a 28 %) junto con Australia, Nueva Zelanda, Omán, Singapur y el Reino Unido.