Arequipa-arzobispo Javier del Rio Alba

Violencia no. Monseñor pide que no se cometan más enfrentamientos entre hermanos. (Foto: La República)

¿Cómo ve el conflicto en el Valle de Tambo?

Es indudable que hay una intencionalidad política detrás de las protestas. 

¿Cuál cree que debe ser el rol político del Estado?

Desde hace unas semanas hay una injerencia de personas ajenas a la región, habría que investigar quienes son, qué objetivos persiguen, quién financia estas protestas, hay información que viene dinero de afuera. Eso debería investigar el gobierno.

¿Investigación de un departamento de inteligencia?

Por supuesto. Es una labor que tiene que realizar el gobierno y no solo Southern Perú como interesado directo en el proyecto. El Estado tiene sus propios servicios, sus propias fuentes de información con las que debe actuar y no limitarse a un solo aspecto técnico porque es importante que la gente sepa qué es lo que hay detrás para que puedan discernir a quién apoyar.

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Hay muchos líderes políticos que dan su respaldo a los opositores al proyecto.

Esto no es casual, ya se vio en Conga, Pichanaqui, Espinar y ahora con Tía María y en algunos casos se ve detrás los mismos nombres. Entonces hay que ver qué pasa y qué los motiva. Yo no sé si se deba usar la DINI (División Nacional de Inteligencia que está desactivada) u otro sistema de investigación, pero el Estado debe estar informado.

¿La posición radical es que no se haga el proyecto Tía María?

Hay técnicos que se refirieron al proyecto y revisaron el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), la opinión oficial de estos técnicos del Estado es que las observaciones que se hicieron inicialmente fueron levantadas y además el presidente Humala está garantizando que no se va a afectar el desarrollo de la agricultura. Entonces todas estas voces hay que escucharlas porque son voces oficiales y autorizadas.

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¿Cree usted que el proyecto no contaminará?

Lo que sí sabemos es que el presidente Ollanta Humala mencionó que la minería ha avanzado mucho en las últimas décadas de modo tal que hoy en día no es tan agresiva como era antes, ni afecta tanto al medio ambiente, a los recursos hídricos, inclusive hay más conciencia de responsabilidad social por parte de las empresas.

Hay una mesa de diálogo o desarrollo que fue rechazada.

Hay una posición radical de algunos de los dirigentes que no logro comprender. Por qué no están dispuestos a sentarse a dialogar si el gobierno ya abrió las puertas. Siempre debemos buscar el diálogo para un entendimiento. No es justo que se estén afectando los derechos de las personas que nada tienen que ver con el problema.

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¿La Iglesia podría mediar a fin de buscar una solución?

Para que una persona o institución pueda mediar -que significa hacer de intermediario o canal entre dos partes- lo primero que se debe hacer es que las dos partes estén de acuerdo en un diálogo y que el puente para ese entendimiento sea una persona o institución. Si conseguimos eso, quien quiera que sea, debería aceptar ser mediador.

La Iglesia ya cumple un rol mediador a través de la parroquia en Cocachacra.

Yo he pedido al párroco (José Casselli) que intervenga. Él está sufriendo mucho porque ve a la población dividida. Esto a un sacerdote le afecta porque muchos de los que están ahí son fieles de la Iglesia. Hay que buscar cómo se restablece el orden, eso es importante, los derechos humanos son para todos y esto también el Estado tiene que ver.

La República