CONTROVERTIDO. Luis Otsuka sostiene que normas actuales obligan a la informalidad. (Foto: La República)

CONTROVERTIDO. Luis Otsuka sostiene que normas actuales obligan a la informalidad. (Foto: La República)

En Madre de Dios seguirá reinando la informalidad. Los mineros ilegales no se pondrán a derecho mientras las normas no se modifiquen, advierte su gobernador regional, Luis Otsuka, quien antes de ocupar el sillón regional fue presidente de la Federación de Mineros de su región.

Otsuka, en su visita a la Ciudad Imperial, culpó al Ejecutivo Nacional por la situación de ilegalidad que atraviesa su región.

Seguiré vendiendo mi oro en el mercado ilegal por culpa de las normas”, expresó al referir que las leyes actuales impiden que los mineros se formalicen.

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El controvertido personaje defendió una vez más la actividad minera en Madre de Dios. Considera que el daño al ambiente como consecuencia de dichas operaciones son producto de una “satanización mediática”.

La autoridad regional retó al presidente de la República Ollanta Humala a formalizar a los mineros de Madre de Dios con la legislación actual.

Yo hable con él, le expuse nuestra problemática y en tres años no hay ni un minero formalizado, solo seis muertos. Las cosas no cambiarán si no se modifican las leyes”, enfatizó.

Para el gobernador de Madre de Dios, las normas que rigen la pequeña minería son un “mamarracho” por que están diseñadas para favorecer a la gran minería y terminar con los mineros que viven de dicha actividad.

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“Esas normas están hechas para desaparecernos. Están en contra del pequeño minero que solo quiere progresar”, manifestó.

Antecedentes

Luis Otsuka logró la presidencia regional con un discurso antisistema. En su campaña electoral aseguró revelarse contra el gobierno en defensa de la actividad minera informal.

Antes de llegar a ser autoridad participó en manifestaciones y paros contra los decretos legislativos de este gobierno.

Expresó su respaldo a la operación minera que según las organizaciones que velan por el ambiente, no solo explota, sino que contamina y depreda los bosques y ríos.

El gobernador regional sería dueño de una concesión minera de 300 hectáreas en Tambopata, gran parte del corredor minero.

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La República