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La población de Arequipa clama por agua y en las zonas altas de la ciudad un puñado de trabajadores busca reponer la tubería de captación de agua que abastece a la planta de tratamiento Miguel de la Cuba (La Tomilla II).

Si los avances son los esperados y si las lluvias dan tregua en Charcani, mañana podría restablecerse la dotación del servicio de agua potable a las viviendas. El proceso será paulatino.

La Tomilla II abastece a los distritos de Paucarpata, Miraflores, Alto Selva Alegre, Cerro Colorado, Mariano Melgar, Cayma y Yura. Se trata del 30% de la población arequipeña.

Según explicó el gerente general de Sedapar, Alejandro Mejía Ortiz, desde el momento en que la planta inicie su producción, podrían tardar hasta 72 horas en dotar de agua al último de los usuarios.

En tanto, 34 cisternas recorren la ciudad. No solo los distritos que son abastecidos por la planta Miguel de la Cuba, sino aquellos que corresponden a La Tomilla I, debido a que su producción ha caído a ocho horas, cuando le corresponde 24 horas.

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De acuerdo a Mejía Ortiz, desde la semana pasada un grupo de expertos en soldadura trabajan en el ángulo de una tubería de un metro y 20 centímetros de diámetro. Este ducto llegó a Charcani ayer a las 15:00 horas, procedente de las instalaciones de La Tomilla II.

Hoy por la noche terminarán de reemplazar los 40 metros de tubo dañado. También intentarán descolmatar el río con maquinaria pesada. Así solo quedará pendiente el relleno y protección de la tubería, explicó Jorge Valdivia, supervisor en la Gerencia de Ingeniería de Sedapar.

Una vez concluidos los trabajos, el agua tardará cuatro horas en llegar a la planta de tratamiento, debido a que debe recorrer 11 kilómetros desde la zona de captación.

Limpiar y dejar en óptimas condiciones el agua que aún sigue turbia, le tomará a la planta poco más de dos horas. Luego deberán ser abastecidos los reservorios para finalmente llegar a los hogares.

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ZONA DE TRABAJO

En un recorrido por el área de captación de Charcani, situado en las zonas altas de Arequipa, exactamente en la garganta que forman los volcanes Misti y Chachani, se puede observar que el lugar se ha convertido en una zona de riesgo.

Para llegar a la tubería con la que La Tomilla II capta el agua del río Chili, se debe pasar por un camino denominado Mata Gente o de Los Muertos. Son 600 metros de recorrido donde en los últimos días, desde el jueves pasado, han caído más de 20 huaicos.

De continuar las precipitaciones, enormes rocas amenazan con precipitarse. En este lugar, trabajadores con maquinaria pesada limpian la vía por donde ayer ingresaron los tubos que provisionalmente serán instalados.

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En la alejada zona, desde las 13:00 horas las lluvias amenazan, aún cuando en la ciudad un sol pálido brilla.

CONTINÚAN AMENAZAS

Mejía Ortiz espera que otro huaico no vuelva a caer. Los deslizamientos provienen del volcán Misti.

En la imagen se puede observar el tubo partido y en la otra ribera un material que hasta el jueves no existía. El día que cayó, en esta zona, el río Chili pasó de tener un aforo de 24 metros cúbicos por segundos a 45 m3/s de forma súbita.

El agua comenzó a impactar directamente contra el bloque que protegía la tubería y  paulatinamente comenzó a carcomer la tierra de la base.

“Antes el Misti tenía hielo, era una capa protectora que impedía los deslizamientos, pero el cambio climático hizo que esa capa de hielo desaparezca y por eso hoy sufrimos estos problemas”, dijo preocupado el gerente de Sedapar.

Fuente: La República