El presidente de la Sociedad Peruana de Hidrocarburos (SPH), Felipe Cantuarias, en conversación con El Comercio, comparte la visión de este gremio luego de un año de crisis en el sector.

La industria hidrocarburífera cerró un mal año a nivel internacional y lo vivió con mayor crudeza en el Perú

 

cantuarias

 

—¿Cuál es el diagnóstico del 2016 en el sector?
Fue un año muy difícil, sobre todo para el petróleo. Se está atravesando una crisis, independientemente de la caída de los precios internacionales.  En el Perú hay una serie de factores que ha afectado a la exploración y explotación. Por un lado, tienes un marco de competitividad totalmente desfasado, con un sistema de regalías  inflexible que  se come gran parte del margen de las empresas. Tienes también un oleoducto paralizado y cinco años con un incremento impresionante en tramitología y una burocracia que cambió su mentalidad, que pensó que al sector privado había que ponerle todas las dificultades.  Hemos cerrado el año con una reducción sustancial de la producción de barriles y con 28 de los 57 contratos que tiene Perúpetro en ‘stand by’.

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—De esa tormenta  perfecta, ¿qué factores van a mejorar en el 2017 y cuáles aún se ven complicados?
El gobierno ahora tiene la voluntad de promover la industria. El Congreso y el sector privado estamos de acuerdo. Pero el cambio aún no lo vemos en acción.

—¿Cómo va a afectar  la  caída del canon y el sobrecanon a las regiones este año?
Las transferencias de recursos a las regiones toman su tiempo. Han venido recibiendo  el canon y sobrecanon de años anteriores, que ha sido muy alto. Pero ante la falta de inversión relevante, la caída de los precios y la suspensión de varias operaciones, el año pasado ha habido una reducción de entre 35% y 55%, según la región. Regiones como Loreto, acostumbrada a un canon muy alto, recibirá ahora un 55% menos.  Igual Piura. Va a haber un impacto fuerte. Necesitamos una reforma antes de que se vayan todas las empresas.

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—Hace poco el gobierno emitió un decreto legislativo enfocando los esfuerzos de Petroperú en el oleoducto.  ¿Cómo lo evalúa la SPH?
Va en el sentido correcto. Es muy importante poner en operación el oleoducto. También hacerle un ‘update’ tecnológico. Tiene más de 40 años. El Perú podría autoabastecerse de petróleo si desarrollara su potencial. Solo se han explorado tres de las 18 cuencas con potencial petrolero.

— Un tema que pasó desapercibido en el decreto sobre Petroperú fue la nueva regulación tarifaria. 
Esta ha sido una solicitud de la SPH, porque el costo del transporte era muy alto. El sistema tarifario forzaba a Petroperú a cobrar  casi 10 dólares cuando el costo internacional era alrededor de US$2 o US$2,5. Esto generará una tarifa mucho más competitiva e incentivará la exploración en la selva. Petroamazonas, de Ecuador, tiene tres o cuatro lotes pegados a la frontera y va a requerir el transporte del oleoducto. Si sumamos estos y nuestros lotes, el oleoducto es estratégico.

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— Los candados puestos para la inversión en la refinería de Talara se han relajado por la urgencia del oleoducto.
Discrepo de eso. El decreto fortalece el gobierno corporativo y hace que Petroperú sea gestionada de forma más eficiente. Establece que debe tener directores independientes y que recurra más al sector privado. En realidad, Petroperú tiene demasiados controles. Una decisión que en el sector privado toma horas, en Petroperú demora varias semanas.

— ¿El directorio nombrado tras la salida de Augusto Baertl cumple esos criterios?
Van a tener que nombrar un nuevo directorio siguiendo la norma. Este es transitorio. La presidencia actual está trabajando en mejorar el gobierno corporativo con comités presididos por independientes.

— ¿Cómo atraer al inversionista internacional?
No es una receta complicada: buen clima de inversión, reforma del marco regulatorio e ir  a  traer a las empresas.

 

El Comercio