Hans-Ruedi Bortis

Hans-Ruedi Bortis

G de Gestión. La Cooperación Suiza en el Perú cumple medio siglo de impacto positivo en el país. Hoy, además de promover el intercambio entre los dos países, apoya la formalización de la minería artesanal.

En 1964 se marcó la llegada de los primeros técnicos suizos al Perú. Junto a un tropel de vacas de alta pureza genética, desembarcaron en el Callao en tiempos de necesidades distintas.

“Hoy en día, la innovación pasa más por soluciones novedosas para facilitar el acceso a agua potable en las áreas rurales, provisión sostenible de energía eléctrica, mejora de la educación, fomento del empleo formal y promoción de las exportaciones no tradicionales”, asevera Hans-Ruedi Bortis, embajador de Suiza en el Perú.

Según comenta el diplomático, existe un compromiso de larga data entre los dos países. La consigna de la Cooperación Suiza en el Perú es apostar por un desarrollo sostenible que potencie el modelo de apertura comercial y el crecimiento del país.

“Nuestro compromiso pasa por alinear nuestros ejes de intervención con las necesidades de las políticas nacionales”, afirma Bortis.

La llegada de los primeros suizos al país se remonta a hace más de 200 años. Por la capacidad que los caracteriza, fue natural que instalaran negocios propios. “La primera casa industrial de Braillard en Arequipa se fundó en 1860”, anota el embajador sobre la longeva tradición comercial suiza en el Perú.

“Para fines del siglo XIX ya habían 20 casas comerciales suizas en el país y, para 1954 –año de fundación de la Cooperación Suiza en Perú–, estas ascendían a un centenar”, añade. Cabe resaltar que el crecimiento se acentuó tras la Segunda Guerra Mundial y que familias como los Custer, Broggi, Piazza, Mariotti o Mulder hicieron crecer sus negocios.

Compromisos comerciales
El intercambio comercial fluido entre Perú y Suiza es hoy una realidad. Desde 1993 se cuenta con un convenio entre las dos naciones para la protección de la inversión mutua. Hace dos años se firmó un acuerdo sobre el libre comercio dentro de la European Free Trade Association (EFTA).

Además, de manera reciente entrará en vigencia un convenio para evitar la doble tributación entre los dos países. “Con estos tres acuerdos, tenemos un marco legal positivo para fomentar el intercambio comercial”, afirma Bortis.

Cabe resaltar que desde los años cincuenta, Suiza fue el segundo inversor en el país luego de EE. UU. Hoy el país helvético busca fomentar las exportaciones no tradicionales peruanas. El biocomercio se vislumbra con mucho potencial, por ejemplo.

No obstante, “en el 2013, las exportaciones peruanas hacia Suiza han llegado a los US$ 3,000 millones. El 99% de ellos fueron de oro”, afirma el diplomático. Pero esto no es solo por el mercado suizo, asevera Bortis. Las grandes mineras cuentan con refinerías en el país europeo y, desde ahí, distribuyen el mineral procesado al mercado mundial.

“El Perú es un país prioritario de la Cooperación Suiza y por ello queremos fomentar exportaciones de otros productos que no sean minerales”, afirma.
Como gran importador de oro, uno de sus programas busca combatir la informalidad en los mineros artesanales. “Tenemos ejemplos muy interesantes de pequeñas empresas mineras que venden directamente al consumidor final en Suiza”, añade Bortis.

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