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Por Sergio Borasino*

¿Por qué la transición de “saber lo que hay que hacer” a “hacerlo” puede tornarse complicada? En este artículo presentamos un ángulo particular sobre las raíces de la procrastinación (dejar para más tardemañana lo que puedes hacer hoy) y tácticas para esquivarla.

La energía de activación es una teoría que explica las razones fisiológicas que dan pie a la procrastinación. También infiere tácticas para modificar el contexto y concretar objetivos más fácilmente.

El término energía de activación (al que llamaremos EA) proviene del ámbito científico y representa la barrera de energía que han de salvar las moléculas para que tenga lugar la reacción. La inversión de energía más alta de todo el proceso se da al inicio, luego todo marcha prácticamente ‘por sí solo’.

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Shawn Achor, reconocido profesor de psicología de Harvard y conferencista mundial, explica que de manera análoga el ser humano requiere enfocar la más alta inversión de energía mental al inicio de la tarea, no durante. La mente, de manera inconsciente, ya lo sabe, y prefiere emprender alternativas con EA bajas, mientras espera a que crezca la energía por estrés. Cuando la energía por estrés supera la necesaria para iniciar el proyecto, recién entonces, se emprende la actividad.

Esta teoría es interesante y bastante válida. Comprenderla causa un efecto que aleja la culpa y motiva a la persona a implementar métodos eficaces que derriben los topes que provocan procrastinar.

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Entonces, ¿cómo usar esta información para concretar más planes y elevar nuestros niveles de satisfacción personal?

Con unas mínimas modificaciones puedes alterar la apreciación de energías de activación, cambiar los contextos y cruzar el umbral que te separaba de tus metas.

Tomemos el ejemplo que da Achor. Al llegar a casa del trabajo y pese a planear avanzar con proyectos personales, terminaba eligiendo ver televisión –lo que representaba menor EA. El sabía que los proyectos personales le convenían y propiciarían mayor satisfacción. Pero, como dicen, “información no es transformación”. Para propiciar el cambio decidió quitarle las pilas al control remoto y dejarlas en su habitación, a 20 segundos de la sala. También ubicó al pie del sillón la guitarra que quería aprender a tocar y un libro que hace tiempo quería leer. A la noche siguiente tomó el control remoto y no pudo prender el televisor.  En esos momentos, se produjo el cambio de contexto. Invertir tan solo 20 segundos en ir por las pilas convirtió la actividad de ver televisión de baja en alta energía de activación. Por ende, hizo que la mente se decidiera por el camino de menor resistencia: la guitarra o el libro.

En otro ejemplo, manipuló la EA sin que intervenga comparación alguna. Su meta era madrugar para hacer ejercicio. Lo que hizo fue dejar las zapatillas y la rutina de ejercicios ‘a prueba de excusas’ al alcance de la mano e irse a dormir con la ropa de deporte puesta. Después de los primeros 4 días, seguir con la rutina resultó natural.

Son 21 días en promedio lo que los estudios afirman que se necesita para crear hábitos. Con este tipo de tácticas se puede abandonar la zona de confort con mayor facilidad para suplantar malos por buenos hábitos: simplemente disminuyendo, o disminuyendo por comparación, la EA que implique una actividad.

Una vez al tanto de cómo funciona la energía de activación podemos identificar y manejar más fácilmente las barreras que nos alejan de los cambios que queremos lograr. Pertenezcan estos al trabajo o nuestras vidas privadas (contratar equipo nuevo, negocio propio, PhD, etc.). Podemos poner en práctica tácticas que harán que el cerebro perciba nuestra tarea-objetivo como más atractiva y fácil de empezar.

Entender este proceso también funciona para liderar equipos. Típicamente un gerente opta por aumentar el nivel  de estrés en sus subordinados para llevarlos a iniciar proyectos. Una alternativa que genere menos desgaste en el empleado y en el clima laboral es la de eliminar o disminuir las barreras para el inicio del proyecto. Por ejemplo, podrías decidir quitarle todas las responsabilidades a una personas hasta que inicie aquel proyecto que realmente te interese que empiece a trabajarse. Una vez vencida la inercia inicial, podrías darle más responsabilidades.

*Soy Socio de AB INAC Executive Search (www.inac-americas.com) una empresa especializada en Búsqueda de Ejecutivos a nivel gerencial y directivos en Perú. Tengo un MBA de INSEAD, Francia y el título de Bachiller en Administración de Empresas de la U. Pacífico. He trabajado en Perú, México, Venezuela, Chile y Argentina con Procter & Gamble y en Europa con Reckitt Benckiser. En este blog busco compartir los aprendizajes obtenidos de esta interesante práctica así como el invaluable know how de mis socios en 71 ciudades en el mundo.

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