ejecutivos

Por Patricia Cánepa

En una reunión escuché a uno de los gerentes comentar sobre otro colega, que le faltaba “presencia ejecutiva”. ¿A qué se refería concretamente y qué tan importante es?

La presencia ejecutiva tiene que ver con la imagen que irradias, cómo te presentas y te comportas. Tiene que ver con mostrarte seguro, estar en control y con la actitud que proyectas cuando entras a una sala, aunque no digas nada.  Es importante, porque te da credibilidad, hace que te escuchen y construye confianza. ¿Alguna vez has observado a alguien y has pensado que esa persona va a llegar lejos en la vida? Probablemente mostraba presencia ejecutiva.

Quien tiene presencia ejecutiva está alerta, habla con optimismo y seguridad, da la sensación que va a lograr importantes cosas en la vida. Hace que otros  quieran acompañarlo en el camino.

Califícate del 1 al 5 en los siguientes puntos y sabrás dónde debes trabajar para mejorar tu presencia ejecutiva.

El tono de voz. ¿Hablas con energía y entusiasmo? ¿Irradias seguridad y aplomo? ¿Hablas con soltura? ¿Sabes modular tu tono de voz de acuerdo a la situación?

El contenido de lo que dices. ¿Tu comunicación es clara? ¿Tienes muletillas o malos hábitos de comunicación?  ¿Tienes un punto de vista y lo compartes aunque difiera del resto? ¿Provocas con tus ideas? ¿Tus ideas tienen sustento? ¿Usas anécdotas o ejemplos con los cuales las personas se pueden relacionar? ¿Usas palabras poderosas? ¿Haces preguntas que generan conversaciones? ¿Sabes usar el silencio?

El lenguaje corporal. ¿Tienes buena postura? ¿Se te ve saludable? ¿Estableces contacto visual? ¿Te ayudas con expresiones faciales o físicas para enfatizar tu discurso? ¿Tu higiene personal y corte de pelo son las de una persona exitosa? ¿Cuándo hablas o te hablan, miras a los ojos? ¿Sonries?

Comportamiento. ¿Te haces sentir cuando entras a una sala? ¿Proyectas confianza y credibilidad? ¿Cuándo hablas, te escuchan? ¿Enganchas a la gente con tus ideas? ¿Involucras a otros en las conversaciones? ¿Invitas a puntos de vista divergentes? ¿Puedes tomar decisiones difíciles? ¿Celebras lo bueno en otros? ¿Presentas a las personas? ¿Saludas y agradeces? ¿Te muestras calmado y bajo control aún en momentos críticos? ¿Eres optimista? ¿Muestras agilidad ejecutiva? ¿Llamas a las personas por su nombre? ¿Saludas? ¿Lees? ¿Escuchas? ¿Te conduces de acuerdo a la etiqueta profesional? ¿Tratas a otros como te gustaría que te traten a ti?

Apariencia. ¿Te preocupas por conocer el código de vestimenta adecuado para el entorno o cultura corporativa? Tu ropa irradia éxito y buen gusto? ¿Usas accesorios finos? ¿Usas colores, ropa y cortes que te favorecen? ¿Cuándo fue la última vez que renovaste tu vestuario? ¿Te has preocupado por hacerte una asesoría de imagen completa?

Martha Risco, Blogger de“Tu Imagen Habla” y Directora Ejecutiva de la Escuela Versa de Imagen, Estilo y Protocolo señala que “no se trata solo de colores y cuidado personal”.  Se trata de algo más completo, que “parte de un análisis de tu profesión y los valores que quieres proyectar, seguido por un entendimiento de cómo te perciben otros, para recién elaborar un diagnóstico que permita armar una imagen integral. Incluye la comunicación verbal y todos los otros componentes que contribuyen a formar una buena presencia ejecutiva.”

Fuente: Semana Económica