Tim Johnston, ex alcalde canadiense de Thompson

Tim Johnston,  alcalde canadiense de Thompson

Por Kenneth Vargas

Alcalde canadiense Tim Johnston expuso el III Congreso Internacional de Relaciones Comunitarias – CIRC 2016

Uno de los logros de la gestión de Johnston fue configurar la viabilidad social entre la minería y la población de Thompson, cuyo 35% son grupos étnicos que tuvo históricos roces con la actividad extractiva, y en esa línea, aprovechar la presencia de la brasileña Vale.
El experto en impuestos y finanzas mineras de la Universidad de Columbia contó su experiencia en el Congreso Internacional de Relaciones Comunitarias, que organiza el IIMP.
“Hace más de una década nos sentamos con el consejo municipal y la empresa minera (Vale) con el propósito de generar un nuevo clima de confianza con la población y alcanzar niveles de desarrollo jamás registrados, fue así que creamos instrumentos de gestión, que implicaban planes de acción conjunta de la industria minera con las municipalidades. Esto no hubiese sido posible sin la comunicación e involucramiento con las comunidades”, comentó el ex alcalde.
La historia data cuando en el 2006 la canadiense INCO vendió sus yacimientos de níquel a la multinacional Vale por 20 mil millones de dólares, situación que generó un ámbito de incertidumbre por la nueva gestión de responsabilidad social que adoptaría esta última.
En ese periodo, Jhonston, ganó las elecciones municipales y asumió el reto de dar un giro a la relación comunidad, gobierno local y empresa. Es así que creó un grupo de diversificación económica y diálogo social denominado Thompson Economic Diversification Working Group(TEDWG).

Realizamos veinticinco reuniones públicas, sesenta talleres, cinco planes de acción y cientos de horas con consultoras durante dos años, todo un proceso abanderado por los municipios
y el impacto fue inmenso. Al principio, los actores estaban con desconfianza y con miedo, pero al final estaban comprometidos, así que colaboraron mediante un pacto”, narra Johnston, partner asociado en minería de la corporación PWC (Price Waterhouse
Coopers).

A través del TEDWG, la empresa y las propias comunidades gestionaron una nueva política local que incentivó un
boom económico a partir del turismo y la industria, con el protagonismo de la población. Jhonston detalló que entre las grandes obras figuran el nuevo Hospital general, el Centro de Servicio Regional para impulsar el turismo y la economía local, y el complejo universitario.
Además, como parte de los planes de desarrollo empresarial con participación comunal, destaca el centro de pruebas y rendimiento de motores para aviones y jets de Thompson, el más prestigioso del país.

El mural del Lobo

The Wolf Wall (Foto: Internet)

The Wolf Wall (Foto: Internet)

Llamó la atención la descripción gráfica del circuito turístico del Espíritu de Lobo, un camino de dos kilómetros inspirado en el milenario culto al “canis lupus” de la gélida región.

Describió parte de los 16 puntos que recorren miles de turistas anualmente, de tipo artístico, geológico, patrimonial e industrial, siendo el más imponente el Mural del Lobo, pintado sobre una torre que la erige como el más grande del país.
“Las relaciones en las comunidades cambiaron, tenemos multiasociaciones, pero aún luchamos. Como consejo les digo que nunca piensen que un solo éxito es el final de la meta, hay que
ir paso a paso mirando los avances y futuras falencias (…) no olvidemos que no hay nada mejor que una comunidad con gran infraestructura. Estén siempre preparados”, recomendó.
Tres pilares para hacerlo todo posible
“El proceso de entendimiento no fue sencillo, pero tuvo éxito por tres factores: el respeto, la confianza y el tiempo. Los dos primeros no se ganan de por sí, hay que trabajar para obtenerlos
y el tiempo que una compañía y el gobierno le otorga a una comunidad es crucial”, concluyó Johnston sin obviar que falta mucho por hacer respecto a las relaciones comunitarias.

EL DATO:

A Thompson se le reconoce por su industria minera del níquel y el retail. Se respeta la herencia y patrones culturales de pueblos originarios, que hablan lenguas como el Inuktitut.
Persisten diferencias no zanjadas por titulación de tierras.
La población supera los 12 mil habitantes.