faceeee

 

¿Quién no ha experimentado la desagradable sensación de ser excluido? Aseverar que en mayor o menor medida, los seres humanos –por naturaleza – tenemos miedo a sentirnos de esta manera, no es una novedad.

Desde el siglo pasado, la teoría de Abraham Maslow, sobre la jerarquía de las necesidades humanas, destacó la importancia que tiene para el hombre cubrir sus deseos de sentirse aceptado socialmente, mantener un estatus y tener la atención, aprecio y reconocimiento de los demás.

A pesar de todas sus ventajas y beneficios, la era de la tecnología también ha potencializado los problemas que enfrenta el ser humano ante la frustración de dichas necesidades.  Redes sociales como Facebook, han recrudecido nuestro temor a no formar parte del círculo.

Incluso se acuñó un término exclusivo para nombrar este malestar. Se trata del Síndrome de FoMO (Fear of Missing Out), el cual es parte del Diccionario de Inglés de Oxford, desde el 2013.

Un estudio publicado por “Computers in Human Behavior”,  lo define como “la difícil y desgastante sensación de perderte de algo – que tus amigos y conocidos están haciendo u obteniendo algo mejor que tú”.

Este mismo estudio señala que el 75% de los jóvenes adultos participantes, reportan haber experimentado esta sensación.

Dicho fenómeno se hace presente en todos los ámbitos de nuestra vida, tanto en los ratos libres, como en las horas laborales. De hecho, el síndrome de FoMO lleva a las personas a revisar sus redes justo en el momento en que despiertan, antes de ir a dormir y durante sus comidas. ¿Te parece familiar?

¿Cómo impacta nuestro desempeño y productividad?

1. Te aleja del momento presente

La ansiedad por consultar las redes sociales una y otra vez, impide que enfoquemos nuestra atención en el momento presente. Eso que el psicólogo y creador de la teoría del Flujo, Mihaly Csikszentmihalyi, definió como la experiencia óptima: el momento en el que las personas están tan involucradas en una actividad que su realización es intrínsecamente gratificante y nada más parece importarles.

El autor también señala que “la sensación continua de que existen otras cosas para hacer la vida mejor dificulta el disfrute de lo que se tiene en el presente, en la medida en que propicia el desorden mental conocido como “entropía” en el que la energía psíquica se dispersa sin un rumbo claro, tratando de atender las múltiples necesidades o amenazas que se le presentan a la mente”.

2. Evita que entables conversaciones de calidad

Si tuviéramos que elegir una imagen emblemática para representar la interacción entre las personas del siglo XXI, sin duda, podríamos contemplar a una pareja, familia o grupo de personas con el celular en la mano, mientras se supone que están en un momento de convivencia.

El primer paso para una conversación efectiva es la escucha activa, misma que se logra cuando estamos totalmente presentes en la conversación – en cuerpo, alma y mente.

Estar pendiente de tu celular, aunque lo hagas de manera discreta, te inhabilita para escuchar al otro como se merece y además le estarás enviando el mensaje de que lo que tiene que decirte no es importante, lo cual terminará por dañar la calidad de la relación también.

3. Debilita tu auto-estima

Bien sabemos que Facebook es una versión cuidadosamente editada de la vida real, la gente muestra su “mejor cara”.

Aun sabiendo que se trata de una realidad ficticia, de acuerdo con el estudio de “Computers in Human Behavior”, no podemos evitar comparar nuestra vida con la de los demás, lo cuál es la principal fuente de nuestra insatisfacción y golpea directamente a nuestra auto-estima.

Tener una imagen pobre o reducida de ti mismo, merma tu confianza para proponer nuevas ideas, emprender nuevos proyectos y defender tus metas.

Antes de ceder tu poder ante el espejismo de las vidas ajenas “perfectas”, enfoca tu atención en todo lo bueno que tienes, práctica el agradecimiento y permite que tus talentos únicos y cualidades sean la brújula que guie tus pasos en el camino hacia tu autorrealización.

“Queremos ser más felices que los demás, y eso es dificilísimo, porque siempre les imaginamos mucho más felices de lo que son en realidad”. Montesquieu

¿Padeces del síndrome de FoMO? ¿Qué cambios traería a tu vida el deshacerte de él? ¿Qué otras consecuencias podrías tener en caso de que continúes fomentándolo?

FUENTE: TUDECIDES.COM