Investigadores de la Universidad de Harvard (EEUU) han concebido un sofisticado sistema que utiliza una bacteria modificada genéticamente para convertir la energía solar en un combustible líquido, lo cual ayudaría a luchar contra el cambio climático.
“Las células fotovoltaicas tienen un considerable potencial para satisfacer las futuras necesidades de energía renovable, pero se necesitan métodos eficientes y escalables para almacenar la electricidad intermitente que producen y poder implantar la energía solar a gran escala”, declaró Daniel Nocera, líder de la investigación.
La República
¿Qué dirán ahora esos ‘activistas’ que vociferan en contra de los Organismos Genéticamente Modificados (GMOs)sin saber de qué están hablando? Pero esos sí, les encanta su juguito de tangelo y sus uvitas sin pepa, y no saben que estos fueron de los primeros GMO desarrollados hace más de dos décadas.