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Los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) prolongaron ayer formalmente por seis meses, hasta finales de enero de 2016, las sanciones económicas contra Rusia por su papel en el conflicto de Ucrania, informaron fuentes oficiales.

Estas sanciones, que expiraban a finales de julio, afectan a sectores rusos como la banca, la defensa o el petróleo al impedirles financiarse en los mercados europeos.

Estarán vigentes “hasta que Rusia cumpla con sus obligaciones que derivan del acuerdo de Minsk” para un alto el fuego en el este de Ucrania, precisó el ministro británico, Philip Hammond, a la prensa.

Este acuerdo firmado en febrero pasado en Minsk prevé medidas progresivas hasta el final de 2015 para poner fin al conflicto entre los separatistas prorrusos y Kiev, que ha causado la muerte de 6.400 personas en poco más de un año.

Aunque las partes respetan globalmente la tregua, el acuerdo no ha impedido algunos combates esporádicos mortíferos y un nuevo brote de violencia a principios de junio.

La UE adoptó las sanciones contra Rusia hace 11 meses debido al apoyo que, según Ucrania y los occidentales, las autoridades rusas aportan a los separatistas prorrusos del este ucraniano.

Las sanciones habían sido adoptadas el 29 de julio de 2014 en una reunión consecutiva a la caída de un avión de la compañía Malaysia Airlines, probablemente derribado por un misil tierra-aire en la zona de combates del este de Ucrania. Las 289 personas que viajaban a bordo del avión murieron.

Las sanciones, que pusieron en dificultad a la economía rusa sin lograr cambiar la política del presidente Vladimir Putin, fueron reforzadas en setiembre de 2014.

Las sanciones prohíben a los europeos vender equipamientos para la explotación petrolera o bienes que puedan tener un uso militar.

La decisión de prorrogar las sanciones seis meses, que requiere la unanimidad de los 28 estados miembros, había recibido luz verde el miércoles pasado.

“Señal fuerte”

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, celebró ayer la decisión de la UE y dijo que se trataba de una “señal fuerte” a Moscú y es un “mensaje claro de que tiene consecuencias cuando un país se comporta de la manera que lo ha hecho Rusia en Ucrania.

Stoltenberg incidió en que la anexión de Crimea (marzo de 2014) fue ilegal y constituyó una violación del derecho internacional y subrayó que Rusia sigue desestabilizando a Ucrania con sus actuaciones.
“Es muy importante que esto tenga consecuencias y que las sanciones económicas tengan impacto en la economía rusa”, continuó.

En cuanto a la relación de Rusia con la OTAN, recalcó: “no estamos en una situación de guerra fría, pero tampoco en una asociación estratégica con Rusia, por tanto, estamos frente algo intermedio”.

“Rusia tiene que entender que gana más cooperando con la OTAN que si sigue enfrentándose y violando el derecho internacional”, continuó, y aseguró que la OTAN no busca confrontación con Rusia sino “una relación constructiva y de cooperación”.

“Fortaleza interna”

Desde el lado ruso han minimizado el impacto de las sanciones. El viernes pasado, Putin se jactó de que su país había encontrado la “fortaleza interna” para impedir que sanciones en su contra provocaran una profunda crisis económica y dijo a Occidente que deje de usar “el lenguaje de los ultimátums”.

La inversión en Rusia se ha desacelerado fuertemente, ha aumentado la huída de capitales y la economía ha estado cayendo en recesión desde que los precios del petróleo se desplomaron el año pasado, además de las sanciones por su papel en Ucrania.

Pero en un discurso de 29 minutos a un foro empresarial y una sesión de preguntas y respuestas que duró más de una hora, Putin ignoró llamados de muchos inversores a dar a conocer nuevos planes para poner fin al período de debilidad.

En vez de eso, advirtió a Occidente que no se entrometa en los asuntos de Moscú y atribuyó la culpa del conflicto en Ucrania a Occidente, principalmente a Estados Unidos.

“Me gustaría señalar que a fines del año pasado fuimos advertidos –y ustedes saben bien esto– que habría una crisis profunda”, declaró Putin. “No ha sucedido. Hemos estabilizado la situación (…) principalmente debido a que la economía rusa acumuló un suministro suficiente de fortaleza interna”, dijo a una audiencia que incluyó a empresarios rusos y extranjeros y a buena parte del gobierno ruso.

Recortes para el Mundial

Rusia recortó en algo más de US$ 560 millones el presupuesto para la preparación del Mundial de fútbol de 2018, según el portal de información jurídica del gobierno ruso.

“Estamos optimizando el programa de preparación (del Mundial). En primer lugar, estamos corrigiendo a la baja el número de hoteles”, precisó a la agencia R-Sport el ministro de Deportes ruso, Vitali Mutkó.

Con todo, el presupuesto para la preparación y organización de la cita mundial, la primera que acogerá Rusia en la historia, asciende después del recorte a US$ 11.792 millones.

El ajuste del presupuesto “refleja la difícil situación económica” por la que pasa el país, inmerso en una crisis causada por las sanciones de Occidente a Moscú por su papel en la crisis de Ucrania y la caída de los precios del petróleo, aseguró el director general de la oficina de la FIFA en Rusia, Dmitri Yefímov.

Fuente: Agencias