oroLa pregunta siempre es la misma: ¿qué es mejor, invertir en una subida del precio del oro o en mineras de oro? ¿Cuáles son las ventajas y los inconvenientes de invertir en acciones de empresas mineras de oro?

¿Si sube el precio del oro sube también el de las acciones de las mineras?

¿Subida del precio del oro u acciones de mineras?

En el año 2005 los investigadores de la Universidad de Yale Gary Gorton y Geert Rouwenhorst publicaron un trabajo en el que compararon el rendimiento de un índice de mineras de oro con el del precio del oro entre 1962 y 2003 para determinar cuál de las dos inversiones había resultado más rentable. También estudiaron otras materias primas con el mismo procedimiento. Su conclusión: a lo largo del periodo de cuarenta y un años objeto del estudio, la rentabilidad media del precio del oro fue mayor que la de las acciones de las mineras. Pero los datos indicaron algo aún más interesante: la correlación entre las dos inversiones eran tan sólo del cuarenta por ciento, o sea, que ambos precios evolucionan en paralelo el cuarenta por ciento del tiempo. Por otro lado, la correlación entre las acciones de las mineras y el mercado bursátil era del cincuenta y siete por ciento, o lo que es lo mismo: la correlación de las acciones de las mineras de oro con la bolsa es mayor que con el oro. A muchos inversores en oro les sorprenderá el hallazgo. En palabras de Gorton y Rouwenhorst: “El comportamiento de las acciones [de mineras de oro] se parece más al del resto de acciones que al de sus correspondientes del mercado de futuros de materias primas.”

¿Por qué las mineras pueden hacerlo peor que la cotización del oro?

Hay muchas razones por las que el comportamiento en bolsa de las mineras ha sido históricamente peor que el del precio del oro y por las que invertir en ellas resulta más arriesgado. Por ejemplo, una mina se puede agotar antes de lo previsto. El volumen de las reservas de oro sin extraer no es un dato de exactitud científica. Mientras que una empresa minera no lo extraiga, la cantidad y pureza del metal seguirá siendo incierta. De ahí que el cálculo de las reservas por extraer con que cuenta una empresa no sea más que una aproximación, y que tomarlo como referencia para invertir en acciones de una minera pueda terminar siendo una pésima decisión. Pero aún hay más. Una mala gestión puede colocar a la empresa en una situación financiera difícil. De hecho, el curso de la historia está plagado de compañías arruinadas por sus gestores, y la minería de oro no es la excepción. El comportamiento del equipo gestor puede contribuir de muchas maneras a los resultados inferiores de las empresas mineras en comparación con el precio del oro. Por ejemplo, una gestión inadecuada puede destruir valor en perjuicio de los accionistas aprobando retribuciones demasiado altas —monetarias o en especie— para los directivos, malgastando los recursos de la empresa o sobrevalorando los ingresos futuros. Sirva todo ello para insistir en la importancia de una gestión competente para cualquier empresa.

Por si fuera poco, en países políticamente inestables —a menudo gobernados por el socialismo populista— hay que tener en cuenta el riesgo de expropiación de los activos, tal y como ha ocurrido en Venezuela y en otros lugares. Esta clase de riesgos políticos puede evitarse hasta cierto punto invirtiendo en oro físico, puesto que uno decide dónde se almacena su oro; aunque, por otro lado, fue la madre naturaleza la que determinó en qué países habrían de operar las mineras de oro. Más habitual es que los gobiernos se apropien de una parte de los beneficios de las mineras. Es lo que ha ocurrido en Ecuador, por ejemplo. Esta clase de impuestos confiscatorios de los gobiernos se pueden realizar simplemente subiendo los impuestos.

Y no hay que olvidar los costes de explotación de la minería de oro. Como señalé antes, entre 2005 y 2007 el precio del metal subió mientras caía la cotización en bolsa de las mineras por el impacto de los mayores costes en su rentabilidad. Durante aquellos años crecieron notablemente los costes de producción y de mano de obra como consecuencia del aumento de precio de otras materias, entre otras razones.

El efecto del apalancamiento en las mineras y el precio del oro

En teoría, una mina de oro permite beneficiarse de la subida del precio del metal por efecto del apalancamiento. Dicha subida puede producir un crecimiento mayor de los beneficios empresariales de la mano de un aumento repentino de los márgenes. Descubrir cuál es la compañía adecuada para invertir entre todas las posibles es un arte (o una pesadilla, según). Por no hablar de los riesgos que entrañan las mineras junior.

Es verdad que en este momento el precio de las acciones de las mineras de oro, al igual que el del propio metal, parece «demasiado bajo». De seguir así por mucho tiempo muchas de estas empresas podrían verse en apuros y abocadas a la quiebra o a una profunda restructuración financiera. Si usted compró acciones de la minera X a veinte euros y hoy cotiza a cuatro, no se sorprenda si una oferta de adquisición sale adelante con un precio de cinco euros por título. Algo parecido le ocurrió a Dell y sucede más a menudo de lo que a muchos les gustaría. Es lo que tienen las adquisiciones, que uno no puede mantener sus acciones a la espera de que el precio del oro se recupere. Mientras que una minera puede quebrar si el precio del oro sigue bajo demasiado tiempo, el inversor en oro puede esperar pacientemente a que llegue la recuperación y cambie la tendencia.

Las acciones de mineras no suelen ser la mejor opción

Todo lo anterior significa que quien invierta en mineras de oro tiene que hacerlo muy bien para batir al metal. Pero al igual que en la bolsa, el noventa por ciento de los inversores no lo consigue. El noventa por ciento puede creerse capaz de batir a un índice de mineras de oro, pero lo cierto es que al final el noventa por ciento lo hace peor.

Quiero recalcar que las acciones de empresas mineras no constituyen un sustituto del oro físico. En el mejor de los casos pueden ser una inversión complementaria para quienes estén dispuestos a asumir los riesgos provenientes de su gestión. Y no lo olvide: que suba el precio del oro no significa que lo haga también el de las acciones de las mineras.

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