Entre el 2012 y el 2016, se invertirán en Perú cerca de 20.000 millones de dólares para la puesta en marcha de un importante abanico de proyectos mineros que elevarán sustancialmente la producción minera nacional, con los consecuentes beneficios para el desarrollo del país, informó el viceministro de Minas, Ing. Guillermo Shinno.

Al referirse a la cartera de inversiones mineras 2012-2016, puntualizó que “son inversiones que no se van a detener, son firmes y de todas maneras se van a ejecutar” y que representan 1.502.000 de toneladas métricas finas, en el caso de la producción de cobre, aseguró el alto funcionario al hablar en la Semana del Ingeniero de Minas.

El viceministro adelantó que a partir del 2013 se destinarán para proyectos mineros unos 10.000 millones de dólares por año, cifra récord pues en el 2011 se llegó a 7.000 millones de dólares, y en el 2012 alcanzará los 7.500 millones de dólares.

Los US$ 10 mil millones en 2013

Proyectó que en total en exploraciones (incorporando a empresas que ya extraen el mineral) se destinarán en el 2013 unos US$ 1.000 millones y US$ 1.200 para el 2014. Sin embargo advirtió que las inversiones solo en exploración pasaron de US$ 516 millones de dólares en el 2011 a US$ 360 millones en el 2012.

Shinno detalló que este año, sólo en ampliaciones, se invertirán US$ 1.322 millones y el 2014, serán US$ 2.595 millones.

En proyectos en construcción, la inversión en el 2013, será de US$ 5.245 millones de dólares y US$ 3.819 millones para el 2014.

Estimó que las inversiones para la producción en 2013 alcanzarán los US$ 2.000 millones y en 2014, los US$ 2.300 millones.

Proyectos entre el 2013 y 2016

El viceministro enumeró los costos y la futura producción de algunos de los principales proyectos a ejecutarse hasta el 2016:

Toromocho, de Minera Chinalco entra en operación, el 2013, de US$ 2.200 millones, aunque puede llegar a los US$ 3.000 millones. Con una producción de 275.000 toneladas de concentrados de cobre por año.

Las Bambas, de Xstrata, con 5.200 millones de dólares y una producción de 315.000 TMF de cobre por año. Entra en operación en diciembre 2014.

Antapaccay, de Xstrata, con US$ 1.500 millones y una producción de 160.000 TMF de cobre. Entra en operación, en diciembre 2012.

Ampliación de Antamina, de 1.300 millones de dólares y una producción de 175.000 TMF de cobre. Entra en operación, diciembre 2012.

Quellaveco, de Anglo American con US$ 3.300 millones de inversión y una producción de 225.000 TMF de cobre. Entra en operación, julio del 2016.

Ampliación de Cerro Verde, de 4.400 millones de dólares y una producción de 272.000 TMF de cobre. Entra en operación, julio 2015.

Constancia, de Hudbay, con US$ 1.500 millones y una producción de 80.000 TMF de cobre. Entra en operación en julio 2014.

Otros proyectos, con inversiones también importantes, que se pondrán en marcha hasta el 2016, son Galeno, Magistral, La Inmaculada, Invicta, Shahuindo y Ollachea.

Impuesto a la renta y canon

Shinno calculó que el Estado recaudaría 29.903 millones de dólares durante la vida operativa de los proyectos Toromocho, Las Bambas, Quellaveco, Antapaccay, Cerro Verde y Magistral, entre otros.

Dijo que de esa cifra, US$ 14.952 millones serían para canon minero, US$ 2.940 millones en regalías y unos US$ 5.476 millones para distribución de utilidades.

Asimismo, resaltó que esos proyectos permitirán recaudar por Impuesto a la Renta, unos US$ 3.524 millones al año, 48% más de lo recaudado en el 2011.

Mesas serán de Desarrollo

Shinno sostuvo que el ordenamiento territorial debe ser visto como una herramienta de gestión dirigida a orientar el uso racional de los recursos del país, sin ser excluyente. En otro momento, anotó que la visión del Estado es que la comunidad cercana a un proyecto minero tenga un desarrollo sostenible.

Argumentó que por ello se implementaron mesas de desarrollo para resolver los conflictos entre las mineras y las comunidades de su entorno, las que están dando buenos resultados, desde su inicio en los proyectos Las Bambas y Quellaveco.

“No se trata de mesas de diálogo, las que sólo son un pretexto para que grupos interesados traben y paralicen los proyectos mineros”, explicó.

En cambio-según aclaró- las mesas de desarrollo sólo abordan temas relacionados al progreso de las comunidades.