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Con una carrera profesional en permanente ascenso, desde que salió de las aulas de la Pontificia Universidad Católica, Víctor Gobitz, Colchado pasó de ser CEO de Milpo, para convertirse en el flamante CEO de Compañía de Minas Buenaventura S.A.A. Con decidida voluntad para darle mayor impulso a la actividad minera en Perú, propone aspectos concretos para recuperar el ritmo de inversiones: Contar con un portafolio de proyectos mineros de Perú, con una visión de infraestructura compartida, lo que permitiría que demanden una inversión inicial de menor monto con la consecuente reducción de su huella ambiental. Asimismo consideró que sería un buen indicador para el conocimiento de la industria, que el Ministerio de Energía y Minas elabore el KPI que refleje cuánta perforación diamantina se hace anualmente en el país, ya sea en nuevos proyectos o en operaciones mineras. Aquí la amplia entrevista en exclusiva que brindó para ProActivo.

En las proyecciones de Buenaventura para el 2017¿cuál será el desarrollo de El Brocal?

Para el 2017 el foco de El Brocal será el cobre, y con el yacimiento Marcapunta, creceremos notablemente a partir de este año, con la ventaja que tiene una planta de 18 mil toneladas y flexibilidad para procesar polimetálicos. La evaluación económica nos revela que obtendremos mayores márgenes en la producción de cobre.

Estas mejoras fueron posibles también por nuestro departamento comercial que abrió el mercado y encontró más de un comprador para el cobre complejo que se produce allí, con otras opciones muy cercanas al cliente chino. Esa mayor diversidad de clientes nos permite incrementar la producción de Marcapunta Norte y generar un margen mayor vía ese crecimiento en cobre y no en plomo-zinc.

Marcapunta tiene un minado subterráneo, a diferencia del polimetálico que es a tajo abierto. Además, está en marcha la integración de las dos minas subterráneas, Marcapunta Norte con Marcapunta Sur, con un método de minado masivo de alta productividad, que hace que sea una operación rentable. Con ambas, se espera un crecimiento de la producción en El Brocal para los dos últimos trimestres del 2017.

¿Cuánto crecerá la producción de cobre?

Para que tengas una idea, la mina de cobre hoy produce 7,500 toneladas de mineral para ser procesado al día, y se convertirá en una mina de 13 mil toneladas. Es casi un 80% de crecimiento.

¿Y cuál es el avance en el proyecto San Gabriel?

San Gabriel, un yacimiento de oro, está en un nivel de ingeniería avanzada, estamos revisando a detalle la geomecánica, para asegurar su rentabilidad y confirmar que sea una operación subterránea estable.

Este año tenemos previsto hacer la ingeniería y esperamos a fines del 2017, definir el plazo de inicio de la construcción.

Buenaventura nació como una empresa familiar que hoy cotiza en la bolsa de Nueva York y cada vez se institucionaliza más. Entre sus características está la inversión en el país y tener socios de talla mundial, como Newmont  o Freeport ¿Tiene previsto hacer algún ajuste a su política corporativa?

Efectivamente, Buenaventura nace hace 64 años, con la operación Julcani en Huancavelica, que es una mina subterránea de plata que ha ido creciendo y como bien dice, confirma la voluntad de la empresa en explorar, desarrollar proyectos y eventualmente asociarse para su crecimiento.

En ese periodo, Yanacocha es clave. En el año 93 -puesto en contexto histórico- se produce la primera inversión privada en el país, luego de más de 27 años-después de Cuajone. Obviamente esto es muy destacado, porque aquel año Perú salía de una crisis económica profunda y del terrorismo.

En general, lo que uno mira en la distancia de 64 años es la voluntad de crecer, reinvertir y asociarse.

En Yanacocha somos socios con Newmont; en Cerro Verde somos socios con Freeport y Sumitomo; y en Coimolache-Tantahuatay somos socios con Southern.

En cuanto a la política corporativa, es madura, porque Buenaventura cotiza en la Bolsa de Nueva York desde el año 96, lo que nos da una suerte de sello de calidad.

En lo referente a Yanacocha, ¿existe la probabilidad de que se encuentre allí nuevas reservas? ¿Son necesarias? ¿La vida de la mina depende de Conga?

Yanacocha está muy próxima a cumplir 25 años de operaciones y sin duda si uno ve su gráfico de crecimiento, llegó a su pico en el 2005. Su operador, Newmont, es el accionista principal, nosotros somos su segundo accionista. Las posibilidades de que la mina siga  aportando a la producción existen y estamos en ese proceso de encontrar un consenso para construir un modelo de negocio de largo plazo.

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La mina no se acaba mañana, tiene reservas y recursos, algunos vinculados a oro, otros al cobre. Por eso estamos construyendo el modelo que nos permita tener viabilidad a largo plazo y hablar, por qué no, de 25 años más.

Sobre Yanacocha y la probabilidad de 25 años más ¿Para cuándo tendrán esos estudios?

Trabajamos en ello, y para precisar, Yanacocha sigue siendo si no el primero, el segundo productor de oro en el Perú.

Antes era marcadamente el número uno, pero 500 mil onzas de oro al año, aún es un volumen destacado; y el decidir, diseñar y consensuar un plan de largo plazo, es un proceso.

Respecto a Conga ¿cuál será su futuro?

Para colocarlo en contexto, cuando lamentablemente Conga fue suspendido en el año 2011, el precio del cobre bordeaba los 8 mil dólares, luego bajó a los 5 mil y al día de hoy está en niveles de 6 mil. Algo que no es sostenible porque desde mi punto de vista, (el alza reciente) es por una situación coyuntural: por la huelga en la principal mina de cobre en el mundo, que es Escondida.

El asunto exige pensar en el portafolio de proyectos de Perú, en tener una visión más compartida. Me refiero a ver a los proyectos de manera conjunta en lugar de mirarlos de manera aislada. Podrían ser ejecutados con inversiones iniciales menores y una huella ambiental menor.

Con la mirada en conjunto, de los tres proyectos: Conga, Michiquillay y El Galeno -que integran el mismo distrito- un diseño de esa manera los haría viables en términos financieros. Dicho esto, Conga puede ser viable y trabajaremos para encontrar esa sinergia.

Su gestión en Milpo le dio una clara visión sobre ese tema, pues la empresa tuvo interés en Michiquillay.  

Sí, claro. Pienso que todo confluye si lográramos construir una visión compartida: Las empresas mineras, el Estado en todos sus estamentos -nacional, regional y local- y la población local organizada.

Por ejemplo, los proyectos mineros en la región Cajamarca, permitirían construir esa visión y un convencimiento de que es una inversión formal, de largo plazo y con positivo impacto económico.

Después de las malas experiencias (por opositores a la minería) debemos recapacitar como país y reconocer que la industria minera es un pilar de la economía nacional, genera empleo de alta productividad y largo plazo, paga impuestos y además aporta para infraestructura.

¿A cuánto ascendería la inversión de los tres proyectos?

Es prematuro hablar de un monto, pero si uno mira información que es pública, los números son muy significativos.  La región Cajamarca podría producir un millón de toneladas finas de cobre al año. Si uno multiplica 1 millón por 6 mil, hablamos de 6 billones de dólares de ingresos, y ese efecto multiplicador en el PBI es impresionante.

Nuestro PBI anual como país, es 180 billones y 6 billones, representa el 3%. Y si Perú pudiera producir un millón de toneladas finas al año en Cajamarca, su impacto sería mayor a 3 puntos más en el PBI del país. Tenemos que convencernos del impacto positivo que esto puede tener.

Para lograrlo, un buen punto es el tema social ¿Piensa en un diseño articulador?

¡Claro! Si se evalúa en perspectiva el tema social en los últimos años, lo hemos sufrido desde inicios de los 90, cuando el Perú nuevamente crece y llegan inversiones de grandes magnitudes.

Lo veo como una crisis de expectativas. La población local quiere un beneficio directo y el Estado, estuvo ausente en esas regiones; por tanto, se pretende que el proyecto minero reemplace al Estado.

En general, cometimos errores (Estado, Empresas y población local) y así aprendimos. Somos un país con un crecimiento dispar, la zona urbana tuvo una velocidad distinta a la zona alto andina y esa realidad genera conflictos ¿Cómo abordarlo y hacerlo viable? Reconociendo la situación y resolviéndola juntos, entendiendo que el cierre de brechas no es en un día y que tenemos que consensuar el camino.

En otro tema, respecto a la planta Río Seco ¿Cómo marcha esa unidad?

La planta industrial en Río Seco, permite procesar los concentrados de plomo, plata y manganeso de Chacua y separar el manganeso para producir sulfato de manganeso. Ese logro, le dio mayor valor comercial al concentrado de la mina Uchucchacua, fue una respuesta a un desafío técnico.

Con el cuello de botella eliminado, que era la plata con manganeso, estudiamos la posibilidad de crecimiento de la mina.

En la actualidad, obtenemos el sulfato de manganeso, un producto que se usa en la agricultura y somos uno de los principales productores de sulfato de manganeso en el mundo, es un mercado pequeño. Un 90% se exporta y el 10% queda en el país.

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¿Y Orcopampa y las otras unidades?

Orcopampa es una operación productora de oro, con un plan de exploraciones para mantener su ritmo de producción. Chacua es un proyecto de crecimiento, y tenemos Mallay que es una mina subterránea, donde trabajamos en la zona profunda para confirmar más reservas y definir su nueva dimensión.

Volviendo a Julcani, exploramos la zona Taipe Galindo, con buenos resultados. Son 64 años de producción ininterrumpida en Julcani, que en el 2016 produjo un poco más de 3 millones de onzas de plata.

Somos también socios en Cerro Verde, que destaca por su ampliación en el 2015 y al día de hoy es una productora de cobre de talla mundial, con una planta, quizá entre las más grandes del mundo en términos de procesamiento, con 360 mil toneladas por día. Es un pilar dentro de nuestro portafolio.

Buenaventura tiene una gama completa de operaciones y proyectos, desde Julcani, con 3 millones de onzas de plata, hasta el otro extremo con la participación en Cerro Verde, que produce 500 mil toneladas finas de cobre al año.

También contamos con un portafolio de energía, Conenhua y Huanza, cuenta con varias líneas de transmisión y se tiene la hidroeléctrica Huanza de 100 megavatios.

Volviendo a Cajamarca, Coimolache está localizada en donde se produjo minería de manera intensiva desde hace mucho tiempo, por lo que está rodeada de pasivos mineros, allí hay un gran desafío ¿Tiene previsto algún proyecto al respecto?

Sí. Trabajamos de manera intensa en ayudar a solucionar esos pasivos ambientales, algunos de la época colonial. Por otro lado, investigamos tecnologías para remediarlos de manera efectiva y eficiente, para lo cual estamos diseñando un proyecto para la remediación de suelos impactados.

En Cajamarca contamos con dos operaciones a tajo abierto y con dos socios. Una es minera La Zanja, con Newmont; y la otra es minera Coimolache, con Southern; ambas son operadas directamente por Buenaventura. Ello revela que Buenaventura ha logrado operar con armonía en dicha región.

Sobre Tambomayo, ¿Cuáles son las características de sus operaciones?

Tambomayo es un ejemplo más de la decisión de Buenaventura de explorar, reinvertir en el país y dar empleo a más de 1,000 personas de manera estable.

Es un desafío logístico complejo, porque está a más de 4,800 metros de altura. Es una mina subterránea de oro con reservas para más de 10 años, esperamos que produzca anualmente 150 mil onzas de oro y 3 millones de onzas de plata.

Allí se hizo un programa de capacitación muy extenso con CETEMIN para la población local, de tal manera que tenemos un número considerable de personas de la localidad trabajando en dicha mina.

En cuanto a la tecnología ¿qué novedades trae Tambomayo?

Es una mina subterránea que se ha mecanizado, con un método de minado de alta productividad desde el punto de vista subterráneo.

La planta concentradora es automatizada para tener mejores controles, permite recuperar oro y plata, pero también produce concentrados de plomo y zinc.

Es bastante compleja, pocas veces vista, desde el punto de vista metalúrgico. Uno generalmente ve plantas de flotación y plantas de cianuración, esta es una planta donde se ven ambos procesos: se cianura para recuperar el oro y la plata; y después los relaves se adecuan para poder flotar y conseguir concentrado de plomo y zinc.

¿Cómo se siente en una empresa tan preponderante para la minería nacional?

Muy contento. Siempre digo que para mí ha sido como volver a casa. Estudié ingeniería de minas en la Pontificia Universidad Católica, fundada por don Alberto Benavides. Durante toda la carrera universitaria ya sea por las prácticas, o por su presencia, siempre estuvo presente el nombre del fundador de Buenaventura. Y hace poco más de una década, fui alrededor de 4 años gerente de operaciones de El Brocal. Es decir, estuve en la casa en mi etapa formativa, practiqué en Buenaventura, y luego trabajé en El Brocal que es una subsidiaria de Buenaventura. Entonces, como digo, finalmente vuelvo a casa.

AD PORTAS DEL PDAC ¿CUÁN IMPORTANTE ES LA EXPLORACIÓN PARA EL DESARROLLO MINERO?

¡Es fundamental! La exploración permite descubrir nuevas minas y darle continuidad a las operaciones existentes. Un KPI (key performance indicator) que deberíamos tener como país, es ese; y para el Ministerio de Energía de Minas sería posible calcularlo.

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¿Cuántos metros lineales de perforaciones hacemos? Medirlo y publicarlo no cuesta nada; está la Declaración Anual Consolidada (DAC) y una serie de información anual. Así sabríamos cuánta diamantina hacemos en proyectos y cuántas en operaciones o brownfield. Sería un buen indicador de la salud y el crecimiento de la industria minera, aún no lo hacemos cuando otros países ya lo tienen.

¿Cuán competitiva es la minería de Perú?

Claramente en la economía de nuestro país, la industria minera como un todo es fundamental y explica los ciclos de crecimiento económico y de la infraestructura nacional.

Por eso reitero, comprendamos que es una industria que ha ayudado, ayuda y va a seguir ayudando a derrotar la pobreza, que es un nuestro gran enemigo.

Algunos políticos contraponen la minería con otras actividades.

Crean una falsa dicotomía.

¿Qué expectativas hay desde la empresa en cuanto al rol del Estado?

En el quinquenio pasado hubo poca comunicación con el Poder Ejecutivo, con el cambio de gobierno, hoy tenemos más comunicación.

Entiendo que el “adelanto social”, es un poco reconocer que el Estado no puede estar ausente y acudir recién cuando hay conflictos. Tiene que llegar junto con la inversión, con el reconocimiento que en esa zona hay alta expectativa, que deberá cubrirla junto con la empresa y en consenso para que el desarrollo se haga de manera progresiva.

Lo segundo tiene que ver con que los proyectos mineros están ubicados en zonas alto andinas, donde el índice de desarrollo humano es distinto a la zona urbana y por ende las expectativas son altas.

¿En estos 6 meses ha visto un avance del nuevo gobierno?

Pienso que sí. Soy optimista y creo que finalmente hay una mirada más integral y una comprensión del impacto positivo que genera la industria minera formal en el país.

El presidente y el viceministro estuvieron en la inauguración de Tambomayo, ese es un tremendo respaldo.

Efectivamente y el presidente anterior no estuvo en la inauguración de la ampliación de operaciones de Cerro Verde…Los políticos tienen que hacer esfuerzos para dejar esos mensajes que son visuales y de alto impacto. Tambomayo es una operación destacada para Buenaventura, son 150 mil onzas de oro y 3 millones de onzas de plata anuales; pero no es comparable en términos productivos a las 500 mil toneladas finas de cobre anuales de Cerro Verde.

El presidente Kuczynski también estuvo en el valle de Tambo y creo que el diálogo permitirá entendernos a todos. No habló del proyecto minero sino de las necesidades del recurso hídrico que tiene el valle, ese es un inicio positivo.

Y ¿con qué dinero hacemos esos desarrollos en infraestructura hídrica? El país tiene dos los ejemplos:  el Túnel Graton excavado para drenar una mina y que abastece de agua a la ciudad de Lima- y la planta de tratamiento de agua La Enlozada de Cerro Verde, que limpia las aguas servidas del río Chili el principal río de la ciudad de Arequipa.

En el valle de Tambo podría darse el tercer ejemplo de cómo la industria minera desarrolla infraestructura hídrica para un valle, dándole servicios al agro.

¿Cuál es la dinámica de la producción minera y de las exploraciones?

Desde el segundo semestre del 2016 cambió la tendencia en el precio de los metales que produce el país, lo que se reflejó en una mejora en las finanzas de las empresas y por lo tanto en la economía nacional.

Sin embargo, hay una gran carencia en infraestructura, es ahí donde perdemos el paso. Tenemos que superar esta crisis y crear sistemas de controles mayores pero sin detener la inversión. En ese sentido soy optimista de que el gobierno encontrará las fórmulas que requiere el país, sin que entren sinvergüenzas al sistema.

¿Las exploraciones mineras recuperaron su ritmo?

Todavía, sólo lo han logrado las empresas mineras en marcha. El gran desafío es crecer y hay dos vehículos adicionales: de empresas de exploraciones puras (junior) -que serán las últimas en recuperarse- y las menos riesgosas son aquellas vinculadas a los proyectos mineros para los que deberíamos crear el marco conceptual y empezar a mirarlos de manera integral, así podríamos acelerar la ola de inversiones.

¿Podría ser considerado como un tema de urgencia?

Depende del sentido de urgencia que cada uno tenga. No puedo hablar por otras empresas, pero en general si uno mira a detalle, hay casos que pueden ser de mediano plazo como Cajamarca. Otros pueden ser de muy corto plazo, pero el Estado tiene que realizar ese análisis. •