Corredor Minero del Sur

Los grandes productores del cobre en Perú están enfrentando el desafío de un número cada vez mayor de camiones de pequeñas minas artesanales e ilegales que congestionan una carretera clave para el sector, dijeron a Reuters fuentes de la industria.

Atraídos por los precios del cobre casi récord, el aumento de camiones de minas informales en el llamado “corredor minero” en los Andes de Perú, está afectando el flujo de vehículos de mineras como Las Bambas de la estatal china MMG, Constancia de Hudbay y Antapaccay de Glencore.

“Sí, son tantos o más que los nuestros”, dijo una fuente cercana a Las Bambas, que opera en la región de Apurimac y que ha sufrido frecuentes interrupciones debido a protestas de comunidades cercanas que demandan mayores beneficios de la mina.

“Esto le complica la vida a todas las minas que usan el corredor”, agregó la fuente de Las Bambas, que el año produjo 302.039 toneladas de cobre, menor a su capacidad de 400.000, ubicándose en el quinto lugar del ranking de los productoras locales.

La minería artesanal e ilegal ha crecido dramáticamente en los últimos años en Perú, amparada por permisos temporales del Gobierno mientras gestionan su formalización y también por los altos niveles de precios del oro y cobre, que han provocado enfrentamientos y ataques mortales de pequeños productores.

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La demanda global del cobre está en alza porque es necesario para la construcción y el cambio de la matriz energética.

Una fuente de la minera Hudbay afirmó que se movilizan unos 120 camiones diarios de minas artesanales e ilegales.

“Si bien ya habíamos observado esta problemática desde hace algunos años, es notorio el incremento del número de estas unidades a partir del 2024”, manifestó la fuente, agregando que la empresa había solicitado formalmente la intervención del gobierno para reforzar los controles en la vía de transporte.

Esta congestión de vehículos “viene generando retrasos y paralizaciones en el flujo vehicular normal” de la carretera, afirmó la fuente de Hudbay, que compartió con Reuters un documento que indicaba que hubo en mayo al menos 11 accidentes de camiones de minas informales en una parte de la ruta.

La información incluía imágenes que también mostraban daños a la carretera que en su mayoría se encuentra sin asfaltar.

El llamado “corredor minero” en Perú tiene una extensión de unos 482 kilómetros que pasa por las regiones andinas de Apurímac, Cusco y Arequipa; y es utilizada por las grandes minas para recibir suministros y transportar concentrados de cobre hasta los puertos de la costa para su exportación.

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Perú tiene registrados unos 86.800 permisos para mineros artesanales, de los cuales 28.200 están en Apurimac, Cusco y Arequipa, según datos del Ministerio de Energía y Minas.

IMPACTOS AMBIENTALES

El aumento de camiones provenientes de minas informales no sólo está congestionando el corredor minero, sino que está deteriorando la vía y generando impactos ambientales porque estos vehículos no transitan de forma “encapsulada” como lo hacen las minas formales, según las fuentes consultadas.

Y los camiones de minas artesanales o ilegales viajan a menudo por la noche, para evitar ser detectados, agregaron.

“Transportan carga de minerales en horarios que no son usuales para las empresas mineras que se conocen”, dijo una fuente vinculada a la mina Antapaccay, agregando que ello ha generado “preocupación” entre las grandes minas.

Por el corredor minero se encuentran también proyectos en desarrollo de cobre y hierro por unos 12.000 millones de dólares, según datos oficiales, entre ellos Los Chancas de Southern Cooper y Haquira de First Quantum.

Representantes del ministerio de Energía y Minas no respondieron para hacer comentarios sobre el reporte.

Robertson Pacheco, dirigente del frente de defensa del distrito Velille, en la región de Cusco, dijo que el reciente aumento de camiones informales ha significado una actividad mayor descontrolada en las carreteras de la región andina.

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“El flujo (de camiones) es fuerte, a veces demasiado, la misma cantidad que Las Bambas, un promedio de más de 100 camiones al día”, señaló en conversación telefónica. “Los camiones llevan al aire libre su material por la vía minera. Por aquí hay colegios, institutos y ellos solo cruzan”, agregó.

La congestión de la ruta minera subraya el dramático aumento de la minería informal en Perú, que en ocasiones han afectado la producción local vital para la economía del país andino.

“Definitivamente hay un problema de mayor tráfico en el corredor minero”, dijo el analista de conflictos mineros radicado en Lima, Iván Arenas, y agregó que la extracción, el transporte y procesamiento ilegal de metales no se detendrán por la demanda. “Esta cadena de suministro seguirá creciendo”.

La minería ilegal, principalmente de oro, se ha convertido en la actividad que mueve más dinero que el narcotráfico, entre 3.000 y 4.000 millones de dólares cada año, según el Gobierno.

Perú, cuyos ingresos por la venta de minerales representa el 60% de todas sus exportaciones, busca impulsar su extracción de cobre tras perder en el 2023 el segundo puesto como mayor productor mundial del metal rojo, ante la República Democrática del Congo.