Roque Benavides

El presidente de Compañía de Minas Buenaventura, Roque Benavides, compartió su visión sobre la evolución de la minería en Perú y los proyectos que la empresa tiene en su portafolio.

Resurgimiento de Buenaventura

Benavides se mostró optimista sobre el futuro de Buenaventura, que este año celebra 72 años de operaciones. “Hemos tenido épocas buenas y de crisis, pero enfrentar los problemas es lo que hace que las empresas realmente resurjan”, afirmó. Con más de 15,000 colaboradores en ocho regiones del país, la compañía se encuentra en un momento de crecimiento, con proyectos como San Gabriel en Moquegua, que busca extraer oro en un entorno desafiante, a 4,700 metros de altitud.

Uchucchacua – Yumpag

Sobre Uchucchacua, reveló que si bien se quedó sin reservas, el ADN de Buenaventura por la exploración permitió repuntar a la empresa. “La industria se vuelve renovable si es que hay convicción por la exploración. La exploración es una cuestión supertécnica que hay que entenderla bien, no es sacar barras enterradas, es mucho más complejo. Desde socializar un proyecto, buscar fuentes de agua, construir infraestructura y cuidar la salud y seguridad de todos. Por supuesto, con la mayor tecnología del mundo”, dijo.

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El Algarrobo: Cobre y compromiso con el agua

Otro proyecto del que habló es el recientemente adjudicado El Algarrobo en Piura, que busca desarrollar un yacimiento subterráneo de cobre, plomo y zinc. Benavides enfatizó el compromiso de Buenaventura con la comunidad local, afirmando, “Agua primero, mina después”. Este enfoque busca generar un impacto positivo en la infraestructura hídrica de la región antes de iniciar el desarrollo minero. Explicó que el yacimiento fue estudiado por los servicios geológicos de Perú y Francia, un sulfuro masivo de cobre, plomo, zinc y plata, donde se hizo mucha geofísica.

Trapiche

“Trapiche, curiosamente, también fue explorado por los franceses, pero de forma muy preliminar, y la verdad es que hemos continuado tesoneramente en la exploración y hoy tenemos un yacimiento que tiene un volumen de mineral adecuado como para ir sacándolo adelante. Estamos haciendo pruebas metalúrgicas, avanzando en la factibilidad del proyecto”, detalló. Benavides explicó que se trata de un yacimiento con dos zonas claramente definidas, una con cobre lixiviable, de menor costo de producción; y luego los sulfuros. Eso sí, va a ser una mina de tajo abierto, que cumplirá los mismos estándares. El monto de inversión está entre 2,000 y 2,200 millones de dólares.

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San Gabriel: Un proyecto estratégico

El proyecto San Gabriel, que representa una inversión entre 500 y 600 millones de dólares, es una oportunidad de negocio y un paso importante para el país. “Estamos apuntando a una producción de 150,000 a 160,000 onzas de oro al año, trabajando con yacimientos más modestos, pero igualmente significativos”, explicó Benavides.

Desafíos de la formalización en la minería

Al abordar la problemática de la informalidad minera, reconoció que más del 70% de la economía del país es informal, lo que afecta tanto a la industria como al medio ambiente. “Necesitamos facilitar la formalización, simplificando los procesos y promoviendo acuerdos entre pequeños mineros y propietarios de concesiones”, declaró.

El presidente de Buenaventura subrayó que la formalización no es solo una cuestión económica, sino también ambiental. La minería informal no sigue los estándares necesarios y, por lo tanto, representa un riesgo tanto para el entorno natural como para las comunidades afectadas.

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El papel de la educación y la capacitación

Con una presencia cada vez mayor en la docencia universitaria, Benavides destacó la importancia de la educación y la capacitación para lograr una formalización sostenible. “Ya sea CETEMIN, TECSCUP o SENATI, pueden colaborar mucho en este esfuerzo de formalización, porque esencialmente la gente más técnica también quiere ser formal y, en ese sentido, esa capacitación tiene que ser incluida dentro de la Ley MAPE que está por concretarse”, dijo.

En esa línea, Buenaventura colabora con diversas instituciones educativas para capacitar a los jóvenes en las comunidades donde opera, asegurando que no solo se queden en la empresa, sino que también tengan la opción de “volar” y explorar oportunidades más amplias en el mercado laboral.

Mirando hacia el futuro

Con proyectos como San Gabriel y El Algarrobo, así como la continuidad en la exploración de yacimientos como Uchucchacua y Trapiche, Buenaventura se posiciona como un actor clave en la revitalización de la minería en Perú. La visión de Roque Benavides es clara: “Crear valor no solo para la empresa, sino también para los trabajadores y el país”.