Líder

Nunca olvidaré una conversación que tuve con una promotora de ventas mientras yo dirigía mi primera empresa hace muchos años atrás. Mi trabajo era motivarla para que ella establezca, alcance y con suerte “destruya” nuevos objetivos de ventas. Esto era importante para nuestros resultados finales y también para su sentido de valía profesional. Una noche, nos quedamos trabajando hasta tarde y ella me vio sacar la basura.

“¿Qué estás haciendo? ¡Usted es la CEO!”, me dijo, totalmente sorprendida. Me tuve que reír. ¿Por qué no iba a sacar la basura? ¡Estaba llena!

Este recuerdo se quedó grabado en mi mente porque encapsula lo que realmente significa el liderazgo. Por supuesto que saqué la basura, a pesar de que eso no es lo que normalmente hace un CEO. Pero era necesario hacerlo, así que lo hice. El verdadero liderazgo se trata de dar el ejemplo y hacer lo que uno cree que es correcto.

Ahora más que nunca, es importante definir lo que significa el liderazgo porque es una palabra que oímos ser usada todo el tiempo: en los negocios, en la política (especialmente durante la temporada de elecciones) y en los deportes.

Es fácil consagrar como líder a cualquier persona con frases pegajosas, presencia carismática o una apretada agenda. Vivimos en un ambiente donde se confunde el liderazgo con un eslogan o noticia del momento. Si una persona luce, suena y actúa como alguien importante, él o ella deben ser importante, ¿verdad? No tan rápido. El poder es fugaz. El verdadero liderazgo no lo es.

Los líderes poseen cualidades que resisten el paso del tiempo. Y estos inspiran y motivan a los empleados más que un simple cheque de pago. Entonces ¿Qué hace a un buen líder?

Convicción: Los verdaderos líderes trabajan con convicción, incluso si sus opciones son impopulares. Ellos hacen lo que creen que es correcto, aunque sea arriesgado. Tony Hsieh, CEO de Zappos, por ejemplo mantiene una filosofía de recursos humanos muy poco convencional. La compañía hace algo que se llama “la oferta” para los nuevos empleados, en donde ellos puede tomar un estipendio de US$ 2,000 en lugar de unirse a la compañía. Hsieh considera esto un camino para eliminar a los trabajadores no comprometidos.

También promueve la filosofía de gestión conocida como Holocracia, donde los jefes tradicionales son reemplazados por equipos descentralizados y autogestionados con autoridad para la toma de decisiones. Este tipo de estilo, según se piensa, fomenta la innovación y suprime la jerarquía. No todo el mundo estaba de acuerdo con el cambio de Hsieh: la compañía perdió 18% de empleados que optaron por compras de participaciones tras la reforma, y Hsieh fue objeto de mucho escepticismo.

Pero él se mantuvo firme con dicho método, creyendo en sus mayores beneficios y traduciendo de manera cuidadosa su compleja lógica a los medios de comunicación y, sobre todo, a sus empleados. Tal vez algunos trabajadores no estaban de acuerdo, pero los que se quedaron ahora comprenden una misión que va más allá de sí mismos.

Motivación: Los buenos líderes motivan a la gente a hacer su mejor trabajo posible y ser siempre los mejores, con una combinación de inspiración, conocimiento y recompensas. “La producción y el rendimiento es igual a la capacidad de motivación”, como digo a menudo. No es suficiente decirle a la gente que hagan un buen trabajo. Es más importante liderar con el ejemplo de forma inspiradora; compartir conocimientos para que otros puedan utilizarlo; y recompensar a las personas que hacen bien su labor para que sepan que son valorados.

A menudo pienso en Marcos Bertolini, CEO de la compañía de seguros de salud Aetna. Después de un devastador accidente de esquí, Bertolini hizo cambios radicales en su vida. En lugar de recurrir a los analgésicos, Bertolini recurrió a remedios naturales como el yoga y la acupuntura, e incorporó la concienciación en su vida diaria con resultados impresionantes. Bertolini luego implementó estas técnicas dentro de una cultura corporativa progresiva en Aetna, donde los empleados han recibido clases gratuitas de yoga y meditación, entre otros beneficios. Él ha galvanizado a sus empleados a llevar vidas más saludables y conscientes usando su propio ejemplo. Desde que instituyó estas mejoras, las acciones de la compañía han prosperado.

Inspiración: Por último, los buenos líderes no dirigen, sino son fuente de inspiración. Y lo hacen actuando con autenticidad, desempeñándose sobre la base de sus valores y creencias fundamentales. Esto me lleva de vuelta a mi anécdota con la basura. Creo que si el basurero está lleno, bueno, hay que sacarlo. Es un pequeño ejemplo, pero causó una impresión en mi promotora de ventas. Usted puede pedirle a alguien que trabaje duro y haga lo correcto, o puede inspirar a otros a confiar en usted, a través de sus propias acciones. Así es como prosperan los verdaderos líderes, y por ende las empresas exitosas.

Jan Bruce es CEO y cofundadora de meQuilibrium, la plataforma de coaching digital basado en la ciencia de la resiliencia.