En un escenario internacional marcado por la incertidumbre, con Estados Unidos, China y Europa pasando por un mal momento económico, Latinoamérica intentará navegar el año 2023 resistiendo los embates provenientes del exterior y haciéndose cargo de sus propios desafíos internos.
Es cierto que la inflación bajará, según las proyecciones de economistas, pero eso vendrá acompañado de menor crecimiento económico, que en la jerga de los especialistas es un fenómeno conocido como desaceleración.
Sin embargo, algunos países podrían estar más empantanados que el resto y caer directamente en una recesión.
“Se prevé que Colombia, Chile y Argentina experimenten contracciones anuales”, le dice a BBC Mundo Joan Enric Domene, economista senior para América Latina del centro de análisis Oxford Economics.
“Es probable que Brasil y México eviten las contracciones anuales, pero seguirán sufriendo recesiones técnicas leves y el crecimiento anual será casi nulo”, agrega, al comparar la evolución esperada para las grandes economías de la región.
Estas son algunas de las proyecciones económicas para este año hechas por organismos internacionales, consultoras y bancos de inversión.
1. Crecimiento
Precios más bajos de las materias primas, así como políticas monetarias y fiscales más estrictas, se sumarían a la desaceleración mundial en una combinación que lastrará el crecimiento regional, argumenta Domene.
Mientras, la Comisión Económica para América Latina, Cepal, proyecta un crecimiento de 1,3% para América Latina y el Caribe en un contexto de una desaceleración más profunda.
Esto se debe en parte, según el organismo, a que los países han enfrentado políticas monetarias restrictivas, mayores limitaciones del gasto fiscal, menores niveles de consumo e inversión y el deterioro del contexto externo.
El Fondo Monetario Internacional, FMI, ha planteado una estimación de menor crecimiento para la región en 2023 (1,7%), “a medida que el crecimiento de los países socios se debilite, las condiciones financieras se endurezcan y los precios de las materias primas se suavicen”.
El organismo prevé que el malestar social en amplios sectores de Latinoamérica pueda dar lugar a una desaceleración más pronunciada.
También proyecta un menor crecimiento el Banco Mundial (1,6%) debido a las altas tasas de interés, la disminución del precio de las materias primas, la incertidumbre de la guerra en Ucrania y el bajo crecimiento de China, lo que afecta las exportaciones.
Veremos “un desempeño obstinadamente mediocre”, advierte el organismo.
Mientras los economistas de la firma de análisis Standard & Poor’s señalan que los riesgos de recesión están aumentando, los del banco de inversión JPMorgan advierten que existe un “riesgo de un deterioro fiscal impulsado por las presiones políticas y sociales, conforme el crecimiento no retorna a los niveles previos a la pandemia y la desigualdad social se profundiza”.
Con todo, las proyecciones de JPMorgan sostienen que América Latina destaca entre todos los mercados emergentes, dado que los principales bancos centrales de la región deberían comenzar a relajar la política monetaria, suavizando, por lo tanto, el golpe al crecimiento.
2. Inflación
“La inflación en 2023 será menor que en 2022, pero no tan baja como antes de la pandemia”, le dijo a BBC Mundo en diciembre José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal.
Ese diagnóstico es el consenso generalizado entre organismos internacionales y consultoras de inversión, cuyos análisis confluyen en que se viene un año desinflacionario para la región.
“Creemos que todos los bancos centrales no lograrán sus objetivos de inflación este año”, explica Domene, aunque de todos modos estará mucho más arriba de los objetivos que persigue cada país.
Sobre las tasas de interés, Oxford Economics estima que los bancos centrales de México y Colombia probablemente extenderán aumentos en el primer trimestre de 2023, pero en otros lugares de la región, esa política monetaria ya habría llegado a su fin.
La estimación es que las principales economías de Latinoamérica, excepto Colombia, comenzarán a recortar las tasas de interés en la segunda mitad del año.
“No obstante, las condiciones de financiamiento seguirán siendo muy restrictivas en todos los países”, advierte.
Los expertos de JPMorgan, coinciden en que probablemente el aumento de precios alcanzó su punto máximo en las grandes economías de la región.
“A medida que el crecimiento económico se desacelera, los precios de las materias primas se debilitan y los de los alimentos y energía se moderan, nuestro pronóstico más reciente indica que la inflación de América Latina cerrará 2023 en un 4,1%”, la mitad de la alcanzada el año pasado.
3. Influencia del entorno político en la economía
Según las estimaciones del centro de análisis Economist Intelligence Unit, EIU, a los desafíos que plantea el entorno global, se suman factores políticos que pueden influir en la evolución económica.
“Quizás el acontecimiento más importante a observar en América Latina en 2023 es el éxito o el fracaso de los muchos gobiernos nuevos en la región en su intento por abordar las demandas de los votantes que los llevaron al poder, mientras lidian con serios dilemas macroeconómicos y legislaturas divididas”, explica el último informe publicado sobre la región.
A pesar de este complejo entorno, los analistas de EIU plantean que habrá oportunidades de crecimiento en 2023, particularmente en agricultura, minería y nearshoring (traslado de parte de la producción que se hace en China hacia Latinoamérica).
Sin embargo, para aprovechar estas oportunidades, agrega el documento, “los nuevos gobiernos de la región deberán implementar reformas de política en 2023 que respondan a las preocupaciones del público sin causar demasiado daño al clima de inversión”.
Por su parte, los analistas de Standard & Poor’s, anticipan que el resurgimiento de gobiernos de izquierda “conducirá a mayores cargas fiscales y un mayor desarrollo dirigido por el Estado”.
Sin embargo, agregan,”es muy poco probable que estos gobiernos reactiven las expropiaciones generalizadas y las renegociaciones de contratos realizadas por sus predecesores a principios de este siglo”.
Y no solo eso. Estos gobiernos, argumentan, “están nombrando ministros de finanzas y economía de centro, quienes están ganando una mayor influencia, generando una mayor estabilidad económica, financiera y política”.
Otro elemento que suman a la ecuación es que, con excepción de México, la mayoría de los gobiernos de izquierda de la región no tendrán el control de sus Congresos “reduciendo el alcance y diluyendo las políticas antiempresariales”.
Del punto de vista de las políticas sociales, la Cepal sostiene que es fundamental fomentar la inversión y la productividad para “atender las demandas de la población, la creación de empleo decente, reducir la informalidad, la desigualdad, la pobreza, y avanzar en la adaptación y mitigación del cambio climático”.
Probablemente uno de los desafíos más complejos para los gobiernos de la región está en cómo conciliar las demandas de la mayor parte de la población con los intereses de inversores privados y las elites políticas.
De todas maneras, las proyecciones se hacen con los elementos de análisis que existen en este momento. Si surgen sorpresas, como ocurrió con la guerra en Ucrania el año pasado, podrían cambiar repentinamente.
Fuente: BBC News