Si las comunidades tuvieran conocimientos básicos del valor que tienen los recursos naturales, como los mineros, en el desarrollo social y económico, los conflictos sociales se atenuarían, sostuvo el presidente del Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (Ingemmet), Walter Casquino.
“Es importante que desde niños, los peruanos aprendan en la escuela a valorar los recursos naturales que tenemos; el Ingemmet desarrolla un programa educativo sobre el tema”, informó.
Lamentó que los seres humanos en general solo dan mayor valor a lo que ven: flora, fauna, cerros y paisajes, pero no se interesan por lo que no ven: lo que hay debajo de la corteza terrestre.
Es un problema de desarrollo cultural de nuestra sociedad, es un pecado de los que, como líderes, estamos conduciendo la sociedad”, acotó.
Trabajo educativo
Indicó que el proyecto educativo para divulgar conocimientos entre los escolares que desarrolla el Ingemmet es una contribución para superar esa situación de ignorancia.
“Le pedimos al viceministro de Educación, Idel Vexler, nos dé una cita para explicarle lo que podemos hacer y trate de que en el curso de Ciencias Naturales se dé más de mineralogía y biología, para que los escolares entiendan que existe un mundo no conocido, que es importante que conozcan”, subrayó.
Dio a conocer que el Ingemmet ha editado publicaciones sobre geología traduciendo muchos informes que nadie los entiende a lenguajes sencillos, para que puedan ser comprendidos por cualquier persona, comenzando por los escolares.
Asimismo, tienen pilotos educativos de geología en DVD, los cuales han difundido y desarrollado en diversos congresos mineros de importancia.
“Estuvimos en el Congreso de Minería (en Trujillo) con nuestro programa ‘Mina Escuela’, donde recibimos la visita de más de mil escolares”, expresó.
Agregó que requieren recursos económicos para plasmar dichos proyectos, “nos falta un poquito más de comprensión de parte de los organismos que tienen que aprobar nuestros proyectos. El MEF tendría que asignar el presupuesto para poder ejecutarlos. Lamentablemente dentro de las prioridades, la educación no tiene el peso que debiera tener a la hora de asignar los recursos”.
Falta de educación origina conflictos
Casquino consideró que cuando la gente se adentre en el conocimiento elemental de los recursos naturales y del valor que encierran para el progreso, “ahí vamos a tener comunidades más conscientes de lo que tienen debajo de ellos”.
Refirió que, resulta importante ir a ciertas comunidades que se escandalizan cuando se les pide ver qué hay debajo de su Apu (sitio sagrado, cerro, montaña, tierra). “Ah no, a mi Apu ni lo toquen, yo ni quiero saber qué hay. Nuestro Apu es sagrado y usted no lo toca, nosotros nos dedicamos a lo que hay encima, a la agricultura, a la ganadería, nos responden”, relató.
Consideró que somos una sociedad que tiene conflictos porque la educación no llega a las poblaciones alejadas y de menores recursos. “He llegado a comunidades que dicen ‘no a la minería, muerte a los mineros’, y poco a poco les he hecho entender, que la minería puede ayudarles a levantar su nivel de vida, que es posible que su Apu tenga riquezas. Al final me dijeron: ‘ingeniero ¿por qué usted no ha venido antes para explicarnos todas estas cosas, así nunca hubiéramos tomado las posiciones que hemos adoptado?’, recordó.
Agregó que cuando una empresa minera llega a una comunidad carente de conocimiento surgen los conflictos, pero si está bien instruida, responden: “Señor, vamos a negociar” y tienen herramientas para ello y puede sentarse en una mesa.
Asimismo, admitió que en el pasado la minería no tuvo respeto a nuestras comunidades y al ambiente, pero ahora es consciente de que no puede seguir así y ofrece enmendarse. “Hay gente que no cree, y con mucha razón”, lamentó.
Programas comunitarios de mineras
En otro momento, destacó el programa de relacionamiento comunitario que desarrollan, con buenas resultados, mineras como Yanacocha y Antamina a través de sus gerencias de desarrollo corporativo, desde hace unos 10 años.
“Esa es la buena minería que apoyamos desde el sector público, la que se hace con respeto y que supera las grandes deficiencias que tuvimos en el pasado”, remarcó.
Dijo que las cosas en minería han cambiado, con movimientos sociales de reivindicación que están haciéndose respetar cada vez más. “Hay comunidades que se organizan y trabajan bien con las empresas y negocian bien, como Las Bambas y Ollachea, en esta última han conseguido que la empresa les dé el 5% de acciones en el directorio”, destacó.