ProActivo | La minería, una aliada de Perú en términos económicos en la lucha contra el COVID-19, tendrá que sortear una serie de obstáculos en lo que concierne a los diversos ciclos del negocio minero tanto localmente como a nivel global. Con más de 30 días de paralización, hay avances disciplinados orientados a dar lo mejor que tienen en la grave coyuntura que se agrava día a día en el país y en el mundo. Víctor Gobitz, CEO de Buenaventura considera necesaria la creación de un Comando de Reactivación Económica Productiva.
“Es un hecho inédito e inesperado que nos ha sorprendido a todos”, responde Víctor Gobitz a ProActivo, tras precisar que todo lo ocurrido por la emergencia sanitaria, está sometida a acciones y correcciones en el camino.
Un aspecto que subraya el empresario minero es que no se ha dado suficiente claridad entre el gobierno central, los gobiernos regionales y locales; e incluso en ese nivel más cercano con las empresas como son las comunidades campesinas o rondas campesinas, organizaciones con las que la industria minera interactúa constantemente. “Cada una ha tenido una interpretación distinta y la industria minera interactúa con todos”, precisa.
Algunas empresas mineras han podido mantener algún nivel de producción, el grueso ha tenido que hacer programas de mantenimiento y por eso hay un número de personas mínimo en cada unidad de producción. “Diría que de 10 a 12 por ciento de toda la fuerza laboral de la industria aún está en el campo y luego de 30 días algunas quieren hacer la renovación de ese grupo, otras empresas como Buenaventura harán el cambio, recién el 26 de abril y ya conversamos con las cuadrillas que están ahora”.
Cómo atrapó el COVID-19 a la minería
En Perú, explica Gobitz, el sistema rotativo que tiene la minería ayuda a esta necesidad de distanciamiento personal porque se tiene “un sistema aislado y un sistema rotativo”.
“La discusión está en cómo lo extendemos. En vez de 14 por 7, ir por lo menos a 30 por 15; o si es posible más. Si queremos proteger a la población y minimizar el riesgo en extremo, deberíamos ir a un sistema 60 por 30. Es decir, 60 días de trabajo continuo y 30 de descanso”, consideró.
Las realizaciones de los procesos son siempre bajo estrictos protocolos, que ahora serán nuevos, en el contexto del COVID-19. Es así como señala, “se podrá restablecer el nivel de producción con un sistema aislado, y obviamente con una logística de ingreso de insumos y una logística de salida de producción”.
El impacto económico de la minería es en todos los niveles
Gobitz, quiene es presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú, reflexiona que, en las actuales circunstancias de emergencia sanitaria, la industria minera es clave porque genera un impacto económico a nivel local, ya sea en empleo o negocios locales; y también a nivel regional y nacional; “somos los grandes proveedores de divisas del país”.
En ese sentido señala que el actual Comando de salud –desde el gobierno central- está bien, y también “debe hacerse visible un comando sobre reactivación económica productiva”.
Recuerda también que el país tiene después de la minería otros sectores que pueden ayudar en la generación de empleo y la dinamización de la economía, tales como la industria pesquera, la agroindustria y grandes obras de infraestructura. “Vamos a tener que discutir para tener sistemas optativos de trabajo”, acotó.
Entiendo que es una situación inédita y como viene la pelota la estamos jugando, tenemos que hacer esa reflexión para llegar con un plan discutido y consensuado, expresó.