Por: Elena Conterno, Presidenta de IPAE
Da pena cómo se comporta y qué aprueba nuestro Congreso de la República. Todo mal, sin respeto a la Constitución, sin ética y sin una visión de largo plazo.
A nivel del funcionamiento, prefieren sesionar de noche –para que la ciudadanía no esté atenta–, aprueban proyectos que no se debaten de manera debida en comisiones, no toman en cuenta la opinión de especialistas ni de órganos técnicos del Poder Ejecutivo, y hacen un análisis de costo-beneficio que ni siquiera llega “a nivel Coquito”.
En su comportamiento, resulta lamentable que congresistas de Lima y Callao hayan cobrado los gastos de instalación, que hayan aprobado que no hay sanciones por incumplimientos relacionados a la declaración jurada de intereses y que se hagan propaganda usando el canal del Congreso.
En cuanto a lo que aprueban, menciono solo dos normas por falta de espacio: eliminación del cobro de peajes, que claramente era anticonstitucional y, al vulnerar contratos, ya generó costos al Estado y todos los peruanos por el daño infligido; y devolución de los aportes a la ONP que es anticonstitucional por generar gasto –para lo cual los congresistas no tienen iniciativa- , atenta contra las pensiones de los jubilados y probablemente contra los programas sociales que realiza el Estado para las personas más vulnerables.
En cambio, todavía no aprueban en segunda votación que quienes han cometido delitos graves no puedan ser candidatos ni asumir cargos de confianza, ni tampoco la eliminación del voto preferencial.
Muy bien en cambio la actuación del Tribunal Constitucional, de actuar céleremente y declarar la inconstitucionalidad de la eliminación del cobro de peajes, resaltando que la Constitución consagra la libertad de contrato y que sus términos no pueden ser modificados por leyes u otras disposiciones. La resolución señala además que se debe garantizar el carácter público y transparente de los debates. Muy bien también la actuación de su Presidenta, al destacar que todos los peruanos tenemos que ajustarnos a las reglas de la Constitución y que nadie tiene corona para no hacerlo.
Habrá que estar atentos para que este Congreso, que hace todo mal, no arruine al Tribunal Constitucional con una elección amañada de sus nuevos miembros. Desde la sociedad civil estaremos atentos.
Fuente: Correo