Newmont Corporation (minería subterránea)

(Foto: Newmont Corporation)

El trabajo en una mina subterránea es considerado de alto riesgo. Descender a más de mil metros de profundidad, como ocurre en un gran número de operaciones mineras en el país, requiere de entrenamiento profesional, equipos de seguridad y una serie de pasos para reducir el riesgo de accidentes de trabajo, según lo establece el Reglamento de Seguridad y Salud Ocupacional en Minería.

Vicente Magro Rivera, especialista del grupo técnico de seguridad de la Asociación de Contratistas Mineros del Perú (ACOMIPE), comenta que la complejidad de la actividad minera subterránea se debe a que la excavación del macizo rocoso genera inestabilidad por efectos de la voladura de rocas. Por lo tanto, se utiliza el autosoporte en rocas duras y de bajas presiones y tensiones, y diversos sistemas de sostenimiento en terrenos desfavorables con deformaciones por la presión, tensión y encampane (profundidad promedio de la zona de evaluación). Todo ello para evitar posibles derrumbes.

“El proceso de excavación requiere de la aplicación de las operaciones unitarias: perforación, voladura, ventilación, sostenimiento y limpieza. Cada una de estas operaciones unitarias conllevan el alto riesgo de la ocurrencia de accidentes mortales, ya sea por caída de rocas, gaseamiento, equipos en movimiento y otros”, menciona.

EQUIPO DE SEGURIDAD

Lo primero para trabajar en estas minas, según explica Magro Rivera, es que un operador de equipos debe estar correctamente capacitado y certificado en el uso de equipos específicos para su tarea. Igual de importante es tener conocimientos acerca de los riesgos y peligros latentes en sus funciones, mediante la planificación de trabajo.

El experto resalta que la inspección diaria significa hacer un check list previo al uso del equipo, lo cual permitirá constatar su operatividad. Igual de importante resulta estar dotado de un equipamiento de seguridad mínimo, como cintas reflectivas, reflectores, conos de seguridad y sistemas de bloqueo de parqueo y arranque.

En cuanto al Equipo de Protección Personal (EPP), Vicente Magro Rivera explica que esto dependerá de la actividad o nivel del riesgo en el cual se desempeña. Sin embargo, el EPP común y mínimo es:

✓ Mameluco con cintas reflectivas
✓ Zapatos de seguridad
✓ Correa portalámparas
✓ Casco
✓ Barbiquejos
✓ Respirador
✓ Tapón auricular u orejeras
✓ Lentes de seguridad
✓ Guantes
✓ Lámpara minera
✓ Autorescatadores

El objetivo es asegurar la vida de los trabajadores, comenzando por la protección de cabeza, rostro, oídos y ojos. De acuerdo a información del Ministerio de Energía y Minas, en el país existen un total de 130 minas subterráneas que pueden llegar hasta los 1.500 metros de profundidad, como es el caso de la operación Yauliyacu, de Los Quenuales.

En las minas siempre se trabaja con un enfoque preventivo que incluye el seguimiento de protocolos, el uso de los equipos reglamentarios y equipos automatizados.

MÁS COMPLEJIDAD

Las minas bajo tierra siempre han estado relacionadas a los riesgos de trabajar en un ambiente donde la temperatura puede alcanzar los 50 C° y el aire corre el riesgo de viciarse por gases nocivos que pueden llegar a ser letales. Sin embargo, todo ello se enfrenta con una adecuada ventilación y un protocolo de acciones preventivas.

“Una de las características de trabajar en una mina subterránea es que no hay un flujo de aire continuo y se opera sobre toneladas de macizo rocoso”, confirma Jesús Sánchez, capacitador en seguridad y salud del Instituto de Seguridad Minera (ISEM). Debido al uso de diésel en estas minas subterráneas, resulta primordial el monitoreo de la presencia de gases en el aire, como el monóxido.

Para graficar las labores en una mina subterránea, Sánchez menciona la operación Nexa, perteneciente a Milpo, que tiene una profundidad de 1.275 metros y en donde trabaja hasta el último nivel. En esta operación, para pasar del nivel 0 al 1.275 es necesario subirse a una jaula o ascensor, que trasladará a los trabajadores aproximadamente en 18 minutos hasta el último nivel. Agrega que en otras minas se utiliza un espiral, una especie de carretera por donde se desciende en un vehículo.

“Las medidas que se han tomado frente a derrumbes son el sostenimiento y el desate de rocas. También es necesaria la ventilación y se debe hacer un monitoreo constante antes, durante y después”, apunta Sánchez.

Además de las capacitaciones para el manejo operativo y el aprendizaje de los protocolos, Jesús Sánchez afirma que también hay un factor determinante para evitar los accidentes y es la actitud preventiva del trabajador. “Más allá de difundir los estándares de seguridad, en una mina subterránea no es suficiente la experiencia si es que el trabajador no es consciente y asume el compromiso de actuar con prevención”, apunta.

Para ello, en las minas siempre se trabaja con un enfoque preventivo que incluye el seguimiento de protocolos, el uso de los equipos reglamentarios y equipos automatizados. El objetivo es tener operaciones cada vez más seguras, eficientes y productivas.

Fuente: El Comercio