El escándalo de “Vacunagate”, inundó como un tsunami las portadas de los medios locales y extranjeros. Fue el tema para las entrevistas, análisis y críticas a las reiteradas mentiras de un presidente de la República y una ministra de Salud, en funciones, en plena pandemia que puso al Perú con la dramática tasa más alta de muertes per cápita por el covid-19. Y mientras el Sinadef reporta a más de 102 mil personas que perdieron la vida por el Covid-19, el Minsa refiere que son 45.097. Hoy perdimos a 220 personas.
Como en una maraña novelesca, a lo “House of Cards”, la que fue ministra de Salud de un vacado presidente, nuevamente es nombrada para el mismo cargo con el flamante primer mandatario.
Hoy, en esta llamada “segunda ola”, la situación es mucho más crítica, pese a cierta experiencia sanitaria. El virus mutado es veloz para el contagio, mientras que los coyunturales “hospitales de campaña” tal como en feria o espectáculo fueron levantados, sin que en paralelo se hayan previsto mejoras sustanciales en la infraestructura hospitalaria y en la preparación y reclutamiento de personal médico y paramédico, listos para una emergencia.
¿Quién capitanea este barco?
Parece un país sin rumbo y sin brújula, es el comentario que corre en la media extranjera. Quizá por la poca información de lo importante y respuestas evasivas o subjetivas de las autoridades a interrogantes de interés público. No hay información clara y oficial sobre la situación de los contratos con las farmacéuticas.
En entrevista con CNN, el presidente Sagasti ante el periodista Fernando Rincón -que lo arrinconó varias veces- comentó que además de Sinopharm, se tienen contratos con Pfizer y Astrazeneca; y se está negociando con Johnson & Johnson. Nada es oficial. Sobre el caso “Vacunagate” lo dejó para la respuesta que brinden las comisiones investigadoras.
¿Por qué los privados no pueden comprar vacunas en el corto o mediano plazo? ¿Por qué no pueden juntarse los poderes de Estado con fines de salvar decenas de miles de vidas?
El pago de la vacuna será un costo indudablemente menor que perder una vida o endeudarse por la compra de balones de oxígeno, escasos también por la inoperancia para convocar desde marzo a los privados, aunque algunos nacionales sin apoyo de un plan de gobierno tuvieron iniciativas.
¿Confidencialidad o secretismo?
Hay información que puede darse en el portal del Ministerio de Salud, tal como con qué farmacéuticas ya se pactó y cuántas vacunas están por llegar o por lo menos comprometidas.
Además, sí corresponde dar cuenta de ello, manera ordenada y precisa y sobre el manejo de la pandemia y del Sistema de Salud. Es evidente que el reporte reflejará inoperancia y muchos vicios, pero también permitirá corregirlos, pensando en salvar vidas.
México, ya empezó con las gestiones para la compra de privados y aunque se han presentado barreras, con el aparato estatal trabaja con los privados para actuar inmediatamente se superen las barreras. De México es público que tiene acuerdos por 34,4 millones de dosis de Pfizer; 77,4 millones de la británica AstraZeneca; 35 millones de la china CanSino; y 34,4 millones de la plataforma Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, recibirán 24 millones la rusa Spunik V.
Increíblemente en esta crisis sanitaria, no se sabe por qué se ha reducido el presupuesto de Salud. Aunque fuera responsabilidad de la anterior gestión gubernamental, encabezada por el hoy expresidente, Martín Vizcarra. El actual mandatario y sus ministros solo atinan a responder que no son responsables por las acciones de anterior gestión. La urgencia exige subsanar esos errores y que el actual gobierno sea transparente y trabaje de manera mancomunada con el Congreso de la República y con el auténtico apoyo de los privados.
La vida es bella
El crecimiento sostenido de Perú durante casi tres décadas, fue prácticamente una obsesión de una generación en la que se unieron entidades privadas, empresas, sociedad civil e incluso entidades públicas, con el fin de recuperar la macroeconomía nacional y darle así, bienestar a los peruanos.
Sin embargo, el descuido a las estructuras educativas formativas (ética y valores) y a la salud pública, ha pasado una terrible factura al momento de enfrentar la pandemia. Hoy escuchamos de personalidades de la ciencia y la política, que ante sus faltas éticas y de cumplimiento a la ley, responden con disculpas protocolares, tal como lo hacen ladrones de celulares frente a un policía o a su víctima, al ser sorprendidos en flagrancia. La pérdida oficial de la vida de 45.097 peruanos hoy 22 de febrero, y la creciente pobreza también demanda la acción de quienes buscan el sillón presidencial y de los que se irrogan ser líderes por Tik tok u otra red social.
Sin embargo, pese a toda esa corrupción, falta de integridad y de valores de algunos políticos y “vinculados”, la vida es bella. Por eso los pueblos se “reinventan” y hay los que resurgen fuertes, tras detectar en qué fallaron para trazar nuevas líneas y reconstruir sus naciones.