Bruno Seidel asegura que existe un gran potencial en Marcona para desarrollar un nuevo nodo energético con tres plantas termoeléctricas que permita descentralizar la producción. Se inyectaría 1.500 Megas al Sistema Interconectado Nacional y garantizará la seguridad energética en el país.
Usted me comenta que tiene poco tiempo instalado en el país, sin embargo cómo ve el clima de inversiones en el Perú. ¿Percibe que existe una sobrerregulación o una excesiva burocracia?
Veo que hay una relación sana e importante entre los diferentes grupos de interés que interactúan allí: el Estado, el regulador y el inversionista. Son roles que tienen que existir en todos los países.
¿Ve que el marco regulatorio es amigable a la inversión privada?
Yo creo que sí, el marco regulatorio es muy consistente y es muy similar a lo que hay en Latinoamérica y al desarrollo de esta industria en la región. Obviamente todavía es nuevo y ese proceso tendrá que irse desarrollando.
¿Cómo observa la descentralización energética del país?
El Estado peruano está definiendo su seguridad energética para el 2017 en adelante, para lo cual está proyectando la infraestructura que requiere el país, una de ellas la térmica. Consideramos que dentro de la política de descentralización y regionalización hay una iniciativa que es el nodo energético de Marcona.
¿En qué consiste esta propuesta?
Marcona tiene una serie de ventajas técnicas y de ubicación que mandan un mensaje muy claro de ser un sitio muy especial para la construcción de esta infraestructura. El Grupo Energía de Bogotá, del cual es parte Contugás, ha manifestado su interés en participar en el desarrollo de este nodo energético. A través de estudios de primera fase hemos visto que en el kilómetro 194 de la tubería, a 30 km de la ciudad de Marcona, existe un sitio de unas 40 a 50 hectáreas (propiedad del Estado) que técnicamente está muy bien dotado.
¿Qué impacto tendría en el Sistema Interconectado Nacional?
Sería como construir un nuevo Chilca. Allí se podrían desarrollar tres a cuatro centrales térmicas de 500 megas. Un estimado inicial sería un aporte de unos 1.500 megas, un poco menos que Chilca (70%).
¿Para qué fecha ven que esto se pueda materializar?
Entendemos que el sistema requiere para el primer semestre del 2017 tener soluciones de generación eléctrica. Estamos convencidos de que hay los tiempos, si el Estado y los grupos de interés trabajan en esta iniciativa, lograrlo en esa fecha.
¿Cuál es el interés del grupo Energía de Bogotá?
Es construir una de esas plantas generadoras, denominada Termomarcona. Sería la primera planta de este nuevo nodo energético que requerirá una inversión de US$ 500 a US$ 600 millones.
¿Contugas exactamente de qué se encargaría?
Contugas necesita el tubo que ya llega hasta esa zona, el cual nació de una concesión del Estado bajo una expectativa de una gran industria petroquímica la cual no apareció, pero sí se construyó la infraestructura. Hoy esta infraestructura (ducto) se usa en el 2% de su capacidad instalada, pero requiere gran industria o proyectos de generación eléctrica.
¿Este interés se ha puesto en manifiesto al gobierno?
Se le ha planteado al gobierno, a las instituciones, hace más o menos dos meses. Las instituciones lo vieron con buenos ojos y hubo buenas señales del Estado peruano.
¿Por qué consideran tan necesario desarrollar este nodo?
Primero, con el crecimeinto que tiene el Perú es una infraestructura necesaría para garantizar la seguridad energética del país; segundo, viene a corregir unos elementos existentes en la infraestructura energética actual del Perú.
¿Cuál es esta falencia?
Hoy hay un nodo muy fuerte en Lima donde se produce el 45% de la canasta energética/eléctrica del país. Las plantas en Marcona mitigan riesgos ambientales y de concentración porque si le pasa algo a Chilca el país podría tener problemas.
La República