El Ministerio del Ambiente (Minam) ha logrado fortalecer en tres meses la estrategia de lucha contra el cambio climático para encaminar al país hacia una economía circular que aproveche mejor los recursos. El Ministro del Ambiente, Gabriel Quijandría, sostiene que este y otros temas deben formar parte de las propuestas de los aspirantes a la Presidencia de la República por ser un aspecto vital.
-¿Qué dificultades ha enfrentado el Minam durante el estado de emergencia por el coronavirus?
–Ha sido un obstáculo para la implementación de proyectos en zonas amazónicas, como el Programa Nacional de Conservación de Bosques, que se ha visto dificultado por el problema logístico que supone el no acceder a estos lugares, precisamente para no exponer a los beneficiarios de los proyectos. Hemos tenido que reprogramar actividades y ver algunos mecanismos de cómo activar las transferencias directas condicionadas para que las comunidades no se movilicen a cobrar un cheque, con todo el riesgo que esto implica.
–¿Esta situación atípica favoreció en algo al sector?
–Ha sido una oportunidad para poner en visibilidad uno de los temas que impulsa el Minam, como la transición a la economía circular, sobre todo en los temas de reciclaje, valorización de los residuos como material potencial para entrar a procesos productivos de segundo piso, que aprovechan lo que descartan otras industrias.
–Si bien el tema de la minería ilegal es transversal e interinstitucional, ¿se ha avanzado en la recuperación de zonas afectadas desde el enfoque ambiental?
–Se ha podido recuperar lo que se afectó en la zona de Madre de Dios, dentro del ámbito de la Reserva Nacional Tambopata. En este momento no hay actividad minera ilegal en esa zona, por lo que se ha procedido a la reforestación de los sectores afectados, que fueron alrededor de 700 hectáreas. Persisten problemas en otros puntos y por eso trabajamos de manera fuerte con los ministerios de Defensa, del Interior, de Agricultura, de la Producción, para ver cómo consolidamos el Plan Mercurio, que en alguna medida ha sido exitoso en términos de librar algunas zonas del flagelo de la minería ilegal, pero lamentablemente esto ha tenido un efecto globo, es decir, se erradicaba la actividad ilícita, pero los mineros se desplazaban a otras zonas. Necesitamos ver cómo se consolida eso con una acción mucho más permanente del Estado con interdicción e incentivos para que actividades alternativas a la minería sean más atractivas.
–¿Cómo va la recuperación de La Pampa?
–Por el sobrevuelo que hicimos el domingo pasado, diría que hemos logrado recuperar cerca del 60% a 65% de La Pampa en Madre de Dios, y esa es una proporción grande que se había visto afectada por la minería ilegal. No se ha podido todavía iniciar la labor de restauración porque eso requiere una escala de inversión grande que debemos ver cómo conseguirla, animar al sector privado para que entre allí. Lamentablemente, se produce el efecto globo porque los mineros se han desplazado a otras zonas de acceso más difícil, lo que ha ocurrido antes y durante la pandemia. Son zonas de menor tamaño, pero que generan preocupación y ya está en nuestro radar cómo atacar estas zonas nuevas.
–Ahora nos encontramos en una campaña electoral. ¿Considera que los temas de la agenda ambiental deberían ocupar un lugar más preponderante en la agenda de los candidatos a la Presidencia?
–Esperamos que estos temas tengan un espacio más grande del que han tenido anteriormente en otras campañas políticas. Creemos que la sociedad peruana está mucho más madura en términos de su exigencia por planteamientos concretos y objetivos para resolver la problemática ambiental en el país. Cada vez hay más conciencia de que la discusión de los temas ambientales no puede estar separada del debate de otros temas de desarrollo, de cómo promover el crecimiento económico y qué tipo de inversión o industrias se fomentarán para ello. Hay la necesidad de ir más profundamente en estas discusiones y de transiciones que se dan en todo el mundo. Esto ocurre en el Perú, pero necesitamos que vayan más rápido y que más profundamente.
–¿Siente que no se le da la debida atención a un tema clave para el país en los próximos años? ¿Observa que los planes de gobierno consideran este tema?
–Diría que la campaña todavía no agarra fuego, no está completamente madura. Espero que en los próximos días empiece una discusión mucho más profunda de varios temas, entre ellos, los de temática ambiental, eso es fundamental porque nos lo merecemos como sociedad.
–¿Qué balance hace de la ejecución de la Ley contra el Cambio Climático? ¿Qué avances ha propiciado esta norma?
–En los temas de cambio climático, nosotros, como Poder Ejecutivo, acompañados de la Comisión Especial de Cambio Climático del Congreso, hemos hecho una apuesta fuerte por generar una institucionalidad que permita enfrentar los temas de cambio climático. Junto con la Ley contra el Cambio Climático y su reglamento, estamos en proceso de actualización de la Estrategia Nacional de Cambio Climático al 2050, y en proceso de consulta final de nuestro Plan Nacional de Adaptación. Allí se definirán cuáles son las acciones que se impulsarán desde el sector público, desde el sector privado, desde la sociedad civil, para responder frente a los retos y los efectos negativos del cambio climático en la cobertura forestal en el área amazónica, por ejemplo. Hay un impulso institucional que necesitamos verlo traducido en intervenciones concretas, como la dinámica vinculada con los eco y bionegocios en la Amazonía, asociada al aprovechamiento sostenible del caucho, frutos del bosque, que van agarrando cuerpo porque los consumidores son cada vez más exigentes con la huella ambiental de su consumo.
–¿El Gobierno considera viable la posibilidad de promover el uso de vehículos eléctricos otorgando bonos o facilidades tributarias a los compradores como ocurre en otros países?
–Estamos en esa discusión. Como parte de una de las medidas de promoción económicas vinculadas con la pandemia, se aprobó un tratamiento especial de depreciación acelerada para aquellas empresas que adquirieran autos eléctricos o autos híbridos, utilizando las facilidades de financiamiento frente a la situación de crisis. Tenemos que ver cómo podemos trasladar estos incentivos a nivel de todas las personas interesadas. En paralelo debe trabajarse todo lo relacionado con los incentivos más duros, como el chatarreo, con lo cual procederemos a sacar del parque automotor una serie de autos que generan problemas porque son muy antiguos, y así reducir su impacto en la calidad de aire por la emisión de gases de efecto invernadero. Aquí puedo mencionar que el Perú ha sido muy exitoso en la transformación de los taxis a gas natural, lo que redujo los gases contaminantes.
–¿Podemos tener esa clase de incentivos para comprar autos eléctricos antes que culmine la gestión del presidente Francisco Sagasti?
–Esperamos que sí, es una discusión que tenemos con los ministerios de Transportes y Comunicaciones y de Economía y Finanzas para ver qué tan factible es contar con estos esquemas que existen en otros países y que impulsan la transición a la electromovilidad.
–En el Perú se grava con impuestos a los autos nuevos por tres años. ¿No cree que sería mejor gravar a los autos antiguos que contaminan más?
–Eso es parte de la discusión que tenemos precisamente: cómo hacer para que el mensaje sea distinto al actual, es decir, ahora se castiga al que tiene un auto con mejores condiciones de mantenimiento técnico frente a otro con un auto más antiguo. Eso se ha hecho, en alguna medida, con el índice de nocividad de los combustibles, que grava un poco más a los autos que utilizan gasolina de menor calidad, y que forma parte del impuesto selectivo al consumo.
–La actual gestión gubernamental culminará el 28 de julio. ¿Cuál es su principal meta como titular del Minam hasta esa fecha?
–La meta la graficaría con un lema que ha surgido de la pandemia: la naturaleza está de regreso, y necesitamos entender que ha vuelto para ser tema principal en las discusiones de desarrollo. Cualquier planteamiento en el país debe reconocer como aliada a la naturaleza, incorporar en la ecuación los servicios ecosistémicos y los servicios fundamentales que nos presta la naturaleza. Ahora que nos hemos retirado por la pandemia, la naturaleza ha vuelto a tomar esos espacios y no debemos considerarla como una rival, y así generar beneficios a largo plazo, no solo para el desarrollo y progreso sostenible del Perú, sino también para las generaciones futuras que heredarán un país más reponsable con su entorno natural.
Metas en la huella de carbono
Como parte del Acuerdo de París, el Perú tiene compromisos internacionales para proteger el ambiente y el entorno natural. El ministro Gabriel Quijandría sostuvo que uno de los objetivos es impulsar la huella de carbono, entendido como el esfuerzo destinado a reconocer a las entidades estatales y empresas privadas que hacen el esfuerzo por reducir la emisión de gases invernadero que producen. “En este momento, tenemos cerca de 300 entidades que tienen algún nivel de vínculo con la huella de carbono. También hay más 150 empresas metidas en este proceso, y nuestra expectativa es no bajar de 450 compañías privadas o entidades públicas que ya tuvieron alguna interacción o se encuentren interesadas en entrar a la huella de carbono del Perú”, manifestó. Para ello, el Minam hace un monitoreo permanente de todas las instituciones interesadas en aportar al cuidado del planeta, e impulsa una campaña de información para destacar las ventajas que el Perú puede obtener en el futuro con el desarrollo de la huella de carbono.
Fuente: El Peruano