Cuáles son los desaciertos que complican más el mercado del oro, divisa tan importante para el país. La fuga de la mitad de empresas exploratorias del país puede ser apenas la punta del iceberg. Isac Burstein dio detalles sobre la situación que aqueja a los exploradores mineros y que tendría serias consecuencias en el sector que jala la economía nacional.
El vicepresidente de Exploración y Desarrollo de Negocios de la minera Hochschild, Isac Burstein, advirtió que en Perú el mercado aurífero sufre un progresivo declive que a mediano plazo costaría la quinta ubicación de la producción mundial de oro.
El analista expresó que Perú es percibido como un país con impuestos relativamente altos y de difícil regulación, lo que le quita competitividad. Acusó que según una encuesta realizada, “Australia, Canadá Estado Unidos, Chile, incluso Brasil resultan más atractivos para invertir en minería que Perú”, aunque consideró que el caso de Brasil dista de la realidad.
De otro lado, denunció que mientras las áreas restringidas limitan las actividades legales en un tercio de la Amazonía y un quinto de la serranía, la tala y minería ilegales se desarrollan sin control alguno.
Otro tema que puso en el tapete es que un sexto de las concesiones mineras no se han dado en el 2014 año, lo cual originará algunas libertades. “Si el clima sigue igual se caerá otra tanda en el 2015”, advirtió.
Aclaró que pese a que se registran 177 compañías activas (con proyectos mineros), no todas tienen presupuesto. Prosiguió que son 318 propiedades activas sin recurso delimitado de las cuales 166 si tienen “aunque sea una onza de oro”. De aquellas un décimo están inactivos por permisología o problemas sociales.
El oro, el más afectado
“En cuanto al oro, nuestra vida de reservas para la explotación es limitada, solo nos quedan unos 9 años. Urge hallar nuevos sitiales o perderemos el quinto lugar de la producción mundial”, señaló.
“El problema vital es la regulación y las paralizaciones por temas político-sociales. Esto incide en la disminución de las exploraciones que en el país bajaron desde el 2012. El mercado se mueve como en masa, si nadie encuentra nada por años en un país, las empresas se van”, añadió el especialista en alusión a la huida en 2014 del 50% de empresas exploratorias que operaban en Perú.
“Hay un tema adicional alarmante de la cantidad de estudios de factibilidad publicados, lo que indica la cantidad de proyectos activos que se van moviendo hacía la producción; esta vez pasaron de siete en 2011, a uno en 2014, lo que indica que los proyectos se mueven más lentamente”, apuntó.
“El pico de la exploración minera fue en 2012. Este año estamos como en 2009 y el gran declive de la actividad exploratoria es la del oro”, añadió el gerente de Hochschild.
Por último, señaló que la consulta previa no repercute en las malas cifras: “Uno no sabe cuál es la comunidad dueña donde uno explora. Para colmo todavía no sale el mapa de catastro, así que no sabemos cuáles son en verdad las poblaciones indígenas. !Es más fácil tener un permiso de perforación en California!”.
Datos:
La producción de oro de Perú, cayó 16.5% entre enero y agosto del 2014 respecto al mismo período de 2013, según el MEM.
En 2013 el país captó US$ 760 millones en inversiones mineras dedicadas a la exploración, después de que en 2012 el monto fue de US$ 1.100 millones.
Para diciembre se espera que la cifra oscile los US$ 600 millones; es decir, una caída respecto a los US$ 760 millones del 2013.
ProActivo
Hoy en día y por la misma situación claramente explicada en el artículo, por ejemplo hay muchos geólogos y mineros en general, con algo de tiempo disponible que podrían ser convocados por instituciones públicas y privadas, para educar a la sociedad en sus múltiples niveles, pues con la desinformación, por ejemplo de qué se trata las exploraciones y cuánto impactan en nuestras vidas (mucho mayor impactos positivos que negativos), hay mucho lugar para ineficacias y corrupción, elaborar normatividad inútil y redundante (sobrecosto por burocracia), y crear conflictos donde debiera ser un punto de concurrencia entre empresarios, trabajadores, autoridades civiles y las comunidades urbanas y rurales (indígenas o no), que puedan aprovechar juntos los beneficios de las industrias extractivas que predominan su ubicación en sitios remotos donde el Estado no llega o llega débil, y que representa la mejor fuente hoy en día de divisas para un país con grandes necesidades, y así no dejemos pasar la oportunidad de tener una fuerte caja fiscal para crecer exponencialmente en muchos indicadores, y en un futuro tener otras alternativas económicas a partir de la industrialización de nuestra economía.
Antes del 2005 se podía explorar una concesión entre 1 y 3 años, la condicionante eran los resultados y la calidad y tamaño del yacimiento encontrado. Hoy se requieren de 3 años adicionales en trámites: uno para temas sociales, 3 años para DIA, EIAsd, e Inicio de Actividades.
Antes se requería sólo 1 a 2 años para construir una mina, ahora hay que agregar no menos de 2 años en trámites: EIA, y otros.
En gran parte los contenidos de estos estudios son repeticiones de estudios regionales que no hacen las empresas, y que solo los copia de otros estudios; y la mayoría de compromisos que se adquieren es lo señalado por la ley, cómo si se hiciera un estudio, informe y compromiso para no pasarse las luces rojas en las esquinas. En buen porcentaje estos estudios devienen en inútiles, y sólo sirven de excusas a funcionarios corruptos para extorsionar a las empresas, en particular a la pequeñas que deben hacer sus trámites en la región donde se encuentran.
Simplificar los trámites y estimular la inversión es vital para revertir esta terrible situación.