Ni bien obtenga el permiso del agua, Candente Copper Corp reiniciará los trabajos de perforación de su proyecto de cobre Cañariaco Norte, ubicado en la región Lambayeque, y que tiene un potencial de recursos medidos e indicados de 752,4 millones de toneladas con 0,45 por ciento de cobre equivalente, informó Joanne Freeze, presidente y CEO de dicha empresa.
“Estamos a la espera de un permiso, sólo nos falta el del agua, para recomenzar las perforaciones y a partir de ahí ver cuándo podemos terminar la factibilidad”, recalcó al intervenir en la 6º Expobolsa.
La empresaria agregó que empezaron los estudios de metalurgia y otros de índole técnico para completar la factibilidad; y la optimización de los diseños de la mina.
“También avanzamos con el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que abarca la flora y fauna; y cómo vive la gente del entorno, lo cual anda bien”, remarcó.
Informó que en estos menesteres trabajan más de 100 personas instaladas en el campamento levantado en la zona de operaciones.
Candente Copper Corp espera producir 262 millones de libras de cobre anuales en Cañariaco, según su estudio de prefactibilidad, en un período de vida de 22 años.
Relación con la comunidad
Freeze detalló que en la comunidad de Kañaris -una de las más pobres de Perú, con pocos caminos de acceso, poca agua potable y carente de electricidad- han puesto en marcha proyectos sostenibles que aprovechan el café y la quinua.
“Desde el comienzo contactamos con la comunidad para identificar sus necesidades y ver en qué podemos ayudar”, anotó.
Indicó que más allá de la responsabilidad social corporativa, es necesario compartir con la comunidad valores y beneficios. “Entendemos que la propia gente tiene que ayudarnos en lo que quieren”.
Puntualizó que la ayuda social que realizan en la comunidad responde a los objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas, que incorpora la educación primaria y la lucha contra diversas enfermedades y la pobreza, entre otros puntos.
Cañariaco es muy rentable
El proyecto Cañariaco demanda unos US$ 1.500 millones de inversión y según Freeze se trata de un proyecto muy útil. “Con el cobre a US$ 2.50, el proyecto es rentable y ahora que el cobre está a US$ 3.50, la rentabilidad levantará capital”, puntualizó.
Sin embargo admitió que los precios de las acciones de Cañariaco en la Bolsa de Valores de Lima bajaron por la falta de confianza que ocasionan las protestas de un sector de la comunidad contra el proyecto minero. “Han bajado por esa situación; en Perú hay personas que no quieren a las minas ni a nosotros, pero es más bulla que verdad”, sostuvo.
Sin embargo, subrayó que la mayoría de la comunidad de Kañaris está favor del desarrollo del proyecto, “por lo cual estamos tranquilos”.
Alcalde se queja por falta de diálogo
Por su parte, el alcalde de Kañaris, Arturo Hurtado Julca denunció que la empresa casi no coordina con la municipalidad diversas acciones y que ha obtenido una licencia injusta para operar.
Se quejó que no se respetó la fecha de la asamblea convocada por las autoridades para acordar el apoyo o rechazo del proyecto, y que realizaron otra por su cuenta con la asistencia de sólo 300 comuneros.
“Mientras en la reunión que convocamos participaron 2.300 comuneros, que votaron por el ´no´ a la continuidad de esa explotación minera”, recordó.
Asimismo, negó el apoyo a la agricultura en Kañaris, a lo que Freeze respondió: “Lo que puedo decir es que 4.000 kilos de café de la zona están en un barco rumbo a Canadá, eso es verdad”.
Autoridades con postura radical
Entre tanto, Enrique Bernuy, gerente de Exploraciones, quien trabaja en el proyecto desde el 2004, aseguró que las autoridades de la comunidad y de la municipalidad lugareña muchas veces esquivan su responsabilidad y son inubicables.
“En audiencias públicas, expuse lo hecho por la empresa en inversión social, en salarios, pero las autoridades brillaron por su ausencia”, recordó.
Cuestionó a la dirigencia de la comunidad de Kañaris por haber reelecto dos veces a su presidente Cristobal Barrios, quien esgrime una postura radical contra la compañía, pese a que trabajó en la empresa en el 2004 y cambió su óptica porque está cerca de las ONG opuestas a la minería.
Bernuy mencionó haber conversado con Barrios varias veces y que notó su afán de incursionar en política, “olvidándose que no hay que mezclar el interés de la comunidad con las pretensiones personales”.
Manifestó que para la asamblea que acordó rechazar el proyecto minero, no vacilaron en traer gente de Cajamarca, Huarmaca y Pucará, desconociendo el reclamo de la mayor parte de la comunidad que está a favor del mismo.