En la actividad minera es primordial el desarrollo de los recursos humanos acorde a un mundo global en constante transformación, priorizando la creatividad y el talento, y conjugándola con una dosis mayor de factor humano en el tratamiento del personal, opinó Rafael Tupayachi, gerente de Recursos Humanos de Canteras del Hallazgo, de Gold Fields Perú.
“El área de recursos humanos es sólo vista como sinónimo de planillas, administración de personal, despidos, vacaciones, pero sin casi nada de relaciones humanas. En esto último se debe hacer más hincapié”, sostuvo el ejecutivo al tratar este tema durante un evento organizado por el Instituto Canadiense de Minería Metalurgia y Petróleo, sucursal Perú (ICM-Perú)
Entorno minero incierto
Tupayachi sostuvo que hasta los años 60 y 80 el entorno del mundo minero era más predecible, se podía saber lo que venía con sólo un análisis estadístico, pero que desde los 90 existen múltiples factores, que lo hacen incierto y complican ver más allá.
“Ahora existe un proceso cambiante en donde la experiencia no es suficiente y la creatividad es más importante”, comentó.
En tal sentido, anotó que ya no sólo basta con tener personal calificado con conocimientos, habilidad y experiencia. “El qué cosa sabes, qué has estudiado, ya no es preponderante. Ahora prima el qué cosa has hecho, qué puedes hacer y qué podrías construir”, anotó.
En Perú hay escasez de talentos
El ejecutivo afirmó que en el mundo laboral actual, la nueva moneda es el talento, y que en la minería nacional, así como en la de otros países hay escasez de personal calificado, por el cual las empresas pugnan para contratarlos.
Informó que este año egresarán 12 ingenieros de minas de la Pontificia Universidad Católica del Perú, cuando la demanda laboral para los próximos 5 años es de 160 ingenieros como mínimo.
Agregó que esta situación se agudiza porque muchos de estos profesionales son tentados por mineras de Australia, Estados Unidos y Sudáfrica.
Señaló que en Perú las empresas mineras comparten los servicios de consultores especializados, cuyo crecimiento en la minería en los últimos tres años se ha triplicado “Los consultores son fáciles de compartir, no así los empleados directos”.
Empresas se están adaptando a cambios
Tupayachi aseguró que el paradigma de que “las empresas no cambian por las personas”, ya no funciona y que desde el 2000 hacia adelante, se está asumiendo cambios basándose en las personas, en la cultura y el clima laboral.
“Ya se nota esta tendencia. Con un modelo de gerenciamiento nuevo, con el manejo del concepto de clima laboral y de valores, aunque esto último ha generado cuestionamientos de los empresarios, que lo asocian a “¿qué más me van a pedir los empleados?”, observó.
Contó que actualmente hay casos en que personal calificado rechaza buenas ofertas de empresas mineras porque, según criterio, carecen de un clima laboral apropiado.
Acotó que en esta transformación el avance de la tecnología aplicada al mundo laboral, es también un elemento relevante.
“Mientras nosotros estamos con la laptop, los jóvenes están con el Ipad, tablet, Iphone. Y conectados al mundo a través de las redes sociales para compartir un trabajo, para hacer tal cosa mejor, con mejores resultados, lo cual es positivo para una empresa”, destacó.
Gestión más democrática e inclusiva
Dijo que en la actividad minera, el modelo clásico jerárquico de gestión tiene que desaparecer y orientarse hacia uno más flexible y democrático.
“La minería tiene aún estructuras verticales, gerencias, jefaturas, pero ahora tenemos que manejarnos en un entorno en donde la jerarquía ya no es un concepto aprobado, sólo aceptado, que es diferente. Los objetivos van a tener que ser de arriba hacia abajo y viceversa”, subrayó.
Y remarcó que la gestión también tiene que considerar el tema de la inclusión, de cómo manejar la diversidad, pues las mineras son empresas globales y tienen que entender las culturas y cómo trabajar con ellas, respetándolas.
Bajo nivel de compromiso
Mencionó que en muchas mineras el compromiso de sus trabajadores tiene un bajo nivel, pues éste ve que no se le reconoce su valor como persona, no le basta con que le paguen bien.
“Hay que generar valores. Tenemos que pensar que trabajamos con personas y el problema es que siempre miramos al empleado como un código, pero nos olvidamos que sienten, que tienen ideas”, acotó.
Puntualizó que se tiene que preguntar al trabajador qué podría hacer para mejorar el ambiente de la empresa y ser generador de valor agregado.
Finalmente, señaló que en las comunidades de su entorno, las mineras tienen que desplegar un trabajo integral más efectivo para convencer a estas poblaciones de que “estamos haciendo un trabajo social y ambientalmente bueno”.
“En las comunidades hay gente que pese a que ve lo que se hace para minimizar los impactos y controlar la contaminación, desconoce estos esfuerzos”, indicó.