Por: Ing. Roberto Maldonado, vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú
Una reciente publicación del Boletín Estadístico Minero del Ministerio de Energía y Minas (Minem) señala que las transferencias a los gobiernos subnacionales por concepto de canon minero, regalías y derecho de vigencia y penalidad sumaron S/4,894 millones, en lo que va del 2021.
Dicho monto es mayor en 17.5% al total del año 2020 (S/4,164 millones), y dicha cifra incluso superó niveles prepandemia (S/ 4,682 millones). Un dato importante que beneficia al país y demuestra el aporte de nuestra industria minera.
Cada año estos recursos sirven para construir infraestructura para atender las necesidades básicas de los ciudadanos, sostener los servicios y programas sociales del Estado, y permitir de esta manera acortar las brechas y expandir mercados en las regiones.
A su vez esto los convierte en polos de desarrollo y los hace atractivos para la llegada de otros profesionales y tipos de empresas. Es decir, estos recursos también ayudan a incluir a las poblaciones locales en el mercado regional y nacional, bajo un enfoque de desarrollo territorial.
Sin embargo, como se sabe uno de los grandes desafíos que aún tenemos a nivel de los tres niveles de gobierno es, no solo la eficiencia en la ejecución de estos recursos, sino también la calidad de la ejecución. Un tema que debemos resolver cuanto antes.
Por otro lado, hace unos días, Moody’s rebajó la calificación crediticia de los bonos soberanos de Perú de A3 con una perspectiva negativa a Baa1 con perspectiva estable. Ello debido principalmente al entorno político polarizado en nuestro país, que aumentó el riesgo político y debilitó la capacidad de formulación de políticas.
Vale aclarar que esta rebaja no se debe al desmejoramiento de las fortalezas macroeconómicas y financieras que aún el Perú mantiene -gracias a las medidas y políticas adoptadas en las últimas décadas- sino a un tema netamente de coyuntura, que de alguna forma afecta los intereses nacionales.
A pesar de la crisis que atravesamos por la pandemia, el Perú aún mantiene su grado de inversión y una solidez macroeconómica robusta. Del 2000 al 2020, nuestro país ha mejorado sus ratios de solvencia fiscal, a diferencia de otros países de la región como Argentina, Brasil, Colombia o México. Algo que se ha logrado gracias, en buena medida, al impulso del sector privado, y especialmente a actividades como nuestra minería, que es vital para el futuro del país.