Anthony Hodge, presidente del Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM, por su sigla en inglés), organización no gubernamental con sede en Londres, que agrupa a 18 empresas y 30 asociaciones industriales conversó con ProActivo sobre las recomendaciones que hace sus institución a las industrias extractivas.
¿Qué hacer ante la inequidad en el reparto de la riqueza?
Es uno de los temas más complejos, que incluye niveles de infelicidad. Siempre que un grupo o persona tenga la percepción de que otro se lleva los beneficios con desproporción, habrá disgustos que pueden llevar al conflicto.
Una de las lecciones más importantes de las investigaciones hechas por el ICMM, es que para resolver la equidad de la distribución, por más que el gobierno tenga un rol supervisor o general de la normativa, no puede ser uno solo de los actores quien defina eso, sino que inevitablemente se requiere la participación de todas las partes.
La equidad es subjetiva y requiere un encuentro de intereses comunes, porque será el gobierno, la sociedad civil y las empresas, los que puedan definir en conjunto qué es lo justo en términos de distribución.
Esto es análogo a las relaciones de pareja, en las que los involucrados tienen una responsabilidad al igual que las partes como gobierno, sociedad civil y empresa. Todos expresarán sus sentimientos y tendrán que oír los del otro, para llegar a otro tipo de entendimiento, que puede llevar a una definición sobre qué significa la equidad en la distribución de los costos y los beneficios.
Luego de las investigaciones del ICMM, ¿qué recomienda?
Estamos aún en un estado primitivo respecto a esta pregunta. Lo que intentamos hacer, mirando a Perú y a otros países, es cumplir un rol facilitador para asegurar que las partes interesadas puedan sentarse a dialogar.
En Tanzania logramos que grupos que no habían aceptado sentarse a la mesa con su contraparte, llegaran a un entendimiento común de cuáles serían las implicancias de las operaciones mineras, hacer un mapeo, los costos, las consecuencias y los posibles beneficios, para que luego evalúen -ellos y no nosotros- de si es justo o no y si quieren avanzar en esta dirección o no. Pero esto está en pañales y aún falta mucho por hacer.
¿Por qué observar a Yanacocha?
Es un ejemplo perfecto de cómo hace 400 años, muy cerca, los españoles vencieron al Inca y se llevaron de forma rapaz la riqueza que encontraron y esa sensación de injusticia persiste. Es un ejemplo que refleja que por más que sea un tema heredado, la empresa que hoy opera allí, genera un sentimiento de injusticia en el colectivo de una comunidad.
¿Cómo la empresa puede entenderlo y sensibilizarse?, porque la percepción es real y es un sentimiento verdadero que persiste.
¿Cómo se debería manejar?
La empresa debe pensar desde el inicio, qué pasará 50 años después que se vaya y conversar con la comunidad para fijar sus expectativas que se consideran cuando pide una escuela o carretera, entonces se negocia asegurandose de temas fundamentales como el agua y la distribución de rentas en términos de impuestos y regalías, y cómo quedará el ambiente. Entiendo que la empresa es un caso de éxito.