ProActivo | Diego Ortega, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Anglo American, la minera, que actualmente se encuentra en la fase de construcción del proyecto Quellaveco, puso énfasis en tres frentes: salud (vacunación y prevención); reactivación de las mypes y del empleo, y reactivación de la pequeña agricultura de la zona de influencia, según dio a conocer.
Durante la crisis sanitaria generada por la pandemia de la COVID19, muchas empresas paralizaron sus actividades completamente. Sin embargo, Anglo American puso en práctica su propósito: reimaginar la minería para mejorar la vida de las personas.
En ese lapso, según Ortega, la minera trazó puentes entre autoridades locales y nacionales promoviendo un trabajo conjunto con la activa participación de sus colaboradores. Asimismo, atendieron las necesidades inmediatas de sus trabajadores y de la población de una manera holística e integrada. Todo ello sumado a una estrategia de comunicación y acciones claves en el frente interno y externo.
SALUD
Gracias a su experiencia previa en Asia y África, Anglo American se concentró en entender el comportamiento del virus y compartir información sobre controles y protocolos con las autoridades de salud tanto a nivel nacional como regional. “Esta era una pandemia de la que todos estábamos aprendiendo, todos estábamos recién conociendo. Fue muy duro en nuestra región, en nuestro proyecto”, comentó Diego Ortega, durante la sesión “Innovación en crisis sanitaria”, durante los Premios ProActivo 2021.
Al momento de la declaración del Estado de Emergencia, en marzo de 2020, la minera tenía 16 mil personas trabajando en el proyecto. Esto supuso organizar, inmediatamente, una inmovilización en diferentes regiones del Perú y demandó un trabajo logístico para dejar a un equipo que atienda los temas más importantes y más críticos en Quellaveco.
“Tomamos decisiones rápidas e importantes sobre la atención que merecen los trabajadores, nuestras familias y amigos”, comentó Ortega. El hecho que la minería responsable ya trabaja con muchos estándares en seguridad, permitió aplicar sistemas de control que generaron confianza en el trabajador.
“Pudimos instalar una planta de pruebas moleculares en el campamento que nos permitió perseguir el virus y poder tener más de 270 mil pruebas realizadas en la mina”, puntualizó.
Pero también había que generar confianza con las familias de los trabajadores. Es así que se brindó atención permanente, mediante líneas de teléfono con expertos, con psicólogos. Se implementaron sistemas de comunicación de una manera muy rápida y muy eficaz para que los trabajadores puedan estar tranquilos.
La llegada de la vacuna supuso otro reto: no solo llevarla de manera segura hasta zonas alejadas de Moquegua, sino promover e informar sobre las campañas de vacunación. Es así que se ejecutaron campañas de comunicación innovadoras en zonas de influencia del proyecto.
“No perdíamos la visión integrada de cómo teníamos que actuar en el frente externo, en lo que significaba salud para la región de Moquegua. Eso fue sumamente importante porque también acompañó una estrategia de comunicación sobre control del COVID19 y la vacunación hacia las zonas más alejadas de las ciudades”, anotó.
La contribución se concretó también en materiales, en unidad de cuidados intensivos, en plantas de oxígeno. Fue necesario revisar, mejorar y cambiar las cadenas de frío para contar con variedad de marcas de vacunas. Igualmente, se renovaron los sistemas eléctricos en algunos centros de vacunación (colegios) para evitar dañar a las vacunas.
“Hemos llegado, en colaboración con la plataforma Regional de Salud a más de 8,000 vacunados, por ejemplo, en Quellaveco; y más de 2,000 vacunados en los alrededores, en todas las comunidades a donde no podía llegar la vacuna. Esto ya es 100% el objetivo”, puntualizó.
Mediante el voluntariado se concretaron campañas informativas de vacunación. La herramienta fue Quellaveco móvil o camionetas tipo van, que fueron adecuadas como puestos de información permanente, sobre todo en zonas de difícil acceso.
“Quellaveco móvil nos permitió no solo llevar información sino recoger preocupaciones y servir de enlace con las autoridades regionales de salud. De esta manera, ellos pueden ver a un aliado en nosotros para poder desarrollar las campañas, no solo de identificación del virus sino también de vacunación”, anotó.
Igualmente, se desarrollaron campañas como “La vacuna eres tú”, que atendió a más de 14 mil personas; “La vacuna llega”, que permitió llegar a más de 1000 familias en las zonas remotas, alrededor del proyecto y zonas remotas lejos del proyecto.
“Hoy día, podemos estar contentos del avance, todavía falta mucho. En Moquegua, 58% de toda la población tiene las dos dosis de la vacuna. Entonces, realmente se viene trabajando, es un esfuerzo muy colaborativo, liderado por las autoridades de salud y la región, pero un trabajo integrado, efectivo, alrededor del común denominador como es la salud, en donde hemos visto que hemos podido generar alianzas sumamente importantes”, enfatizó.
PRODUCCIÓN Y EMPLEO
Para impulsar la reactivación económica, se aprovechó una sinergia con el Gobierno Central y se implementaron portales para acercar a los proveedores locales y promover el intercambio comercial.
Así, se puso en marcha el Portal del Empresario Moqueguano, plataforma que permitió realizar procesos de compra, licitaciones y consultas. Esto generó un movimiento de US$ 214 millones en los dos últimos años en la región. “Esto aseguró transparencia, competitividad y el acceso de más de 1,700 proveedores locales”, puntualizó.
Igualmente, se implementó una plataforma en alianza con el Ministerio de la Producción (Produce) que permitió generar un movimiento de US$ 12.3 millones con microempresarios de Moquegua.
Para coadyuvar en el problema del empleo y mantener la distancia social, AngloAmerican implementó el aplicativo Mi postulación mediante la cual, los interesados podían postular a los puestos laborales que se abrían en Quellaveco. “Estas plataformas han llevado a 7,000 moqueguanos a estar trabajando en Quellaveco”, destacó Ortega.
AGRICULTURA
La agricultura también formó parte de la reactivación. Es así que, mediante una alianza, se implementó el fondo de garantías Agro Quellaveco para los pequeños agricultores carentes de acceso al sistema financiero y cooperativo. Este fondo permitió que los agricultores tuvieran créditos con tasas de 4% hasta 7%, frente 15% o 20% que ofrecen los bancos.
El fondo, que empezó con US$ 5 millones, hoy llega a US$ 10 millones y ya llegó a 300 créditos. Esto ha permitido cubrir 21 mil jornales, 42% de mujeres, comentó.
“Creo que sí se puede pensar en un trabajo colaborativo, en un trabajo de innovación, en un trabajo integrado”, finalizó.