La nueva crisis política en la que se encuentra sumido Perú está añadiendo incertidumbre a la economía y al sistema bancario del país, lo que podría debilitar activos y reducir la rentabilidad de las instituciones más allá de lo previsto, dijo el jueves la agencia de calificación de crédito Fitch Ratings.
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, decretó el miércoles un “estado de emergencia” nacional que entrega el control del país a las Fuerzas Armadas para encarar las intensas protestas, al tiempo que anunció que se podrían adelantar las elecciones generales para fines del 2023.
La inestabilidad política y social se recrudecía en Perú el jueves mientras la justicia analizaba el destino del expresidente Pedro Castillo, quien está detenido luego de su frustrado intento de cerrar el Congreso para eludir un pedido de vacancia a su cargo por parte de legisladores opositores.
“Los recientes eventos políticos refuerzan nuestra expectativa de un deterioro del ambiente operacional para los bancos peruanos en 2023”, dijo Fitch en un comunicado.
“Se espera que el crecimiento más lento de la economía y del crédito, los costos de endeudamiento más altos y la persistente incertidumbre política continúen presionando al sector bancario”, añadió la nota.
Fitch indicó también que la situación eleva el potencial de riesgo bajista para los bancos peruanos.
La mayoría de los prestamistas en Perú ya están bajo el impacto de la perspectiva negativa para la nota soberana del país, destacó el comunicado.
Fitch revisó en octubre a negativo el panorama para la calificación soberana de Perú, dejándole al borde de perder el grado de inversión, en vista de la inestabilidad creciente y los problemas de gobernabilidad de la nación minera.
Fuente: Reuters