Los 5 Nobel de química más destacados del siglo XXI

Nobel de Química

Con el objetivo de seguir promocionando los diversos avances científicos que se realizan todos los años y el desarrollo y potenciación de los intelectuales de todo el mundo, los premios Nobel premian las grandes contribuciones que diversos investigadores e intelectuales han hecho como contribuciones a la humanidad, tanto sea en trabajos hechos el año anterior al que se realiza la premiación o para premiar el transcurso de los años de un especialista en una actividad.

Las categorías en las que se dividen las premiaciones son en Física, Química, Literatura, Paz, Economía y Medicina o Fisiología. Desde hace 121 años se otorga el Nobel de Química, con la premiación en 1901 de Jacobus Henricus van ‘t Hoff, quien fue el primero de los 157 galardonados que hay hasta la actualidad y que han venido a modificar la historia de la química. En esta nota, hablaremos de algunos de los investigadores reconocidos desde el 2000 a esta parte.

Carolyn Bertozzi, Morten Meldal y Barry Sharples

Empecemos este conteo con los últimos merecedores de este galardón. Los investigadores consiguieron llevarse el Nobel de Química el último 5 de octubre por el desarrollo de la química click y bioortogonal. Básicamente el premio de este año apuntó a reconocer a los investigadores que buscan hacer que los procesos difíciles se vuelvan más fáciles. La química click tiene ese nombre porque se compara con la acción de unir dos piezas (como por ejemplo las piezas del Lego) que hacen ese ruido al unirse. Esta investigación apuntó a que esa química click pueda funcionar en células vivas, para poder analizar de mejor manera las enfermedades, cosa que no se había podido hacer hasta ese momento porque estos modelos de combinación solo podían hacerse usando cobre, que mata a las células. De esta manera, los científicos logran hacer “química dentro del cuerpo”, pudiendo indicar los lugares a donde los medicamentos deben ir y a donde no.

Benjamin List y David MacMillan

Los químicos alemán y británico, respectivamente, fueron reconocidos “por el desarrollo de la organocatálisis asimétrica”. La Academia Sueca de ciencias los premió por el avance que han tenido en la producción de moléculas asimétricas, unas sustancias que antes eran difíciles de conseguir, pero que con el descubrimiento de los investigadores List y MacMillan, ahora no solo es sencillo, sino que puede ayudar en la producción farmacéutica. Se puede decir, entonces, que estos investigadores fueron premiados con el Nobel por descubrir una manera eficiente de crear moléculas.

Nobel de Química

Daniel Shechtman

Este científico israelí fue galardonado en el 2011 con el Nobel de Química por el descubrimiento de un nuevo material: los cuasicristales. Esto es una modificación fundamental para los modos en los que se concibe a la materia. Hasta el momento en que Shechtman descubrió los cuasicristales, en 1982, se creía que los átomos que pertenecían a cualquier material sólido, solamente podían estar contenidos en cristales que los distribuían en patrones simétricos repetidos de manera periódica.

Shechtman vio, en ese momento, algo que era, hasta ese momento, imposible, estructuras de átomos que estaban en patrones que no tenían repetición. Estudiando una aleación de aluminio y manganeso que tenía forma extraña, el científico decidió analizarla con un microscopio, que le mostró algo sin sentido hasta ese momento, ya que la estructura no mostraba los modelos de simetría normales o conocidos. El descubrimiento salió a la luz en 1984 con el nombre de cuasicristal, siendo la mayoría producidos en laboratorios, aunque se han encontrado en entornos naturales, como el río ruso Khatyrka e incluso en meteoritos. La importancia de esta investigación y su descubrimiento recae, sobre todo, en el significado que trae para los principios fundamentales de la naturaleza.

Tomas Lindahl, Paul Modrich y Aziz Sancar

Estos 3 científicos fueron galardonados en la ceremonia de 2015 por sus estudios mecanicistas sobre reparación del ADN. Lo que identificaron estos investigadores es el proceso que lleva a cabo una célula, a escasa molecular, para reparar el ADN dañado y proteger la información genética. Todo el tiempo sufrimos daños en nuestro ADN por la radiación ultravioleta y algunas otras sustancias que pueden ser potencialmente cancerígenas, como los radicales libres.

Sin embargo, sin estos ataques a nuestro organismo, las moléculas de ADN tienen características inestables inherentemente. Esto pasa porque las células experimentan cambios de forma espontánea todos los días. Y si a esto le sumamos que la división celular es un proceso que se replica millones de veces por día, estamos hablando de que, por día, a nivel celular, se generan innumerables cambios. Para que nuestro material genético no sufra ante tanta modificación, los sistemas moleculares se encargan de la reparación del ADN constantemente. El no reparar correctamente los daños genéticos puede derivar en 3 cosas: un estado de inactividad irreversible, el suicidio celular para el control o la formación de cáncer. El conocer cómo funcionan estos sistemas de reparación molecular es también conocer cómo detener la generación de cánceres.

John Goodenough, Stanley Whittingham y Akira Yoshino

Los 3 científicos fueron premiados en el Nobel 2019, por desarrollar algo que se sigue usando hasta el día de hoy y que han modificado la forma de las comunicaciones: la batería de ion-litio. Esta es una batería que es más ligera que las conformadas previamente, son recargables y potentes. Y en la actualidad, es utilizada en muchísimos elementos diferentes, que van desde teléfonos celulares hasta notebooks y autos electrónicos.

La crisis del petróleo de 1970 sentó las bases para que estos investigadores empezaran a buscar métodos de energía alternativas, que pudieran conducir a tecnologías que no necesiten combustibles fósiles. Sus investigaciones derivaron en el pronto descubrimiento de las baterías de litio usando un cátodo de disulfuro de titanio y un ánodo de litio metálico.

Además, pensando en el futuro de la ciencia y la tecnología, muchas de ellas están capacitadas para poder almacenar unas cantidades muy significativas de energía eólica y solar, acercando más alternativas hacia un futuro donde el combustible fósil no sea la prioridad