Alfredo Vivanco (Perú Renovable)

Por: Alfredo Vivanco, presidente de Perú Renovable 

Desde la Revolución Industrial (1760), el modelo lineal de producción se ha erigido como el principal en distintos países, debido al crecimiento económico y desarrollo tecnológico, principalmente. Dicho modelo consiste en tomar los recursos que se requieran y transformarlos en bienes de consumo para, luego, desecharlos una vez termine su vida útil; sin embargo, también conlleva al agotamiento de los recursos naturales, así como a la generación de residuos a gran escala (muchos de ellos, incluso, se incineran), lo cual genera un impacto negativo a nivel socioambiental.

En ese sentido, surge la necesidad de instaurar un nuevo modelo económico que priorice la generación de valor, a través de la optimización de los recursos y la minimización de residuos. Este modelo es el que se conoce como economía circular.

No obstante, la economía circular enfrenta distintos retos a nivel mundial como los bajos precios de los recursos y mano de obra, pilares del sistema de producción industrial que permite mantener a flote -aún- a la economía lineal. Es así que ejemplos como el de China (el mayor productor mundial de distintos tipos de bienes) cobra relevancia: en 2008, promulgó la Ley de promoción de la economía circular y, en 2020, anunció la “revolución verde” (producción circular, sistemas industriales circulares, apuesta por el reciclaje y mayor consumo ecológico) a fin de reducir las altas emisiones de CO2.

En suma, el mensaje es claro: la economía circular es una herramienta directa para hacer frente al cambio climático y el riesgo que este implica, toda vez que, según Naciones Unidas, se estima que el número de recursos naturales extraídos para el consumo a nivel mundial se duplique al 2050, siendo, actualmente, alrededor de 90 mil millones de toneladas al año. Así, resulta indispensable replicar compromisos como el de China en los demás países para generar mayor impacto, no solo brindando valor a las empresas con producción más eficiente, sino cumpliendo con compromisos internacionales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), específicamente, el ODS12: Producción y consumo responsable y ODS13: Acción por el clima.