- A través de esta iniciativa, la asociación de profesionales y empresas de la minería plantean iniciar un debate sobre posibles cambios normativos para la ejecución del canon minero.
- De igual manera, propone un mayor involucramiento de la academia para generar conocimientos sobre los territorios y fomentar la innovación.
- El libro del IIMP contó con la participación de destacados profesionales con experiencia en el desarrollo de políticas públicas.
ProActivo | El Perú necesita una política nacional de diálogo y gestión de conflictos, así como una política multisectorial de desarrollo territorial, que contribuyan a cerrar las brechas sociales y mejorar la calidad de vida de la población en los ámbitos mineros. Así lo señala el libro “Desarrollo territorial y minería”, elaborado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP) con el aporte de destacados especialistas: Raúl Molina, exviceministro de Gobernanza Territorial; Carolina Trivelli, investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos; Darío Zegarra, primer vicepresidente del IIMP, y Paola Bustamante, directora de Videnza Consultores.
El libro, que define el desarrollo territorial como la evolución de un territorio en todas sus dimensiones; es decir, a nivel económico, social, ambiental, cultural, etc.; presenta propuestas normativas para el Estado, así como lineamientos de trabajo a nivel del empresariado y la academia. “Este (el desarrollo territorial) es el resultado de un proceso de construcción social que implica reconocer las potencialidades y recursos del territorio y plantear estrategias para su aprovechamiento”, establece la publicación del IIMP, que postula a la minería como una oportunidad para el desarrollo de las regiones mineras.
El coautor del libro y primer vicepresidente del IIMP, Darío Zegarra, precisa que, entre las propuestas planteadas, está el iniciar un debate sobre posibles cambios en el uso del canon, en aras de generar alternativas que permitan una ejecución más ágil y efectiva.
“La evidencia que presentamos de los territorios mineros confirma que hemos experimentado un crecimiento económico; sin embargo, tenemos una brecha persistente de baja institucionalidad y cohesión social. Ante ello, también destacamos la necesidad de un alineamiento intergubernamental para la coordinación, ejecución y seguimiento al desarrollo de proyectos públicos, además de mejorar la calidad y efectividad de la gestión pública descentralizada”, agregó.
El rol de la academia y el empresariado
El texto presentado por el IIMP también establece recomendaciones para que las empresas mineras desarrollen prácticas que contribuyan al fomento del desarrollo territorial en el país. En ese sentido y como punto de partida, se detalla que es fundamental identificar el territorio relevante para sus operaciones.
“Las empresas no solo deben definir la intensidad de su participación en los distintos espacios de acuerdo a sus capacidades y roles, sino también identificar actores, espacios de interacción y planificación, y acción conjunta. Existe una oportunidad latente para alinear esfuerzos colaborativos entre empresas, gobierno y academia de la mano con la sociedad local para fortalecer la gobernanza territorial”, agregó Zegarra
Respecto a la academia, se destaca la capacidad técnica para generar instrumentos que contribuyan al conocimiento de los territorios, la sistematización de experiencias y el fomento de la innovación. Entre estas, sostuvo Zegarra, está la creación de un centro de investigación para la competitividad y desarrollo territorial liderado por las universidades de cada región.
El libro “Desarrollo territorial y minería” es un esfuerzo del IIMP por fomentar propuestas para el desarrollo integral en el Perú, contando para ello con las bondades y recursos que genera la industria minera para las regiones.
Sobre el IIMP
El IIMP es la organización que asocia a los profesionales y empresas de la industria minera, fundada en 1943. Persigue la misión de fomentar el desarrollo de la minería peruana a través de la difusión del conocimiento, la innovación tecnológica, la capacitación de los profesionales y el fomento de prácticas responsables en la industria.