Loulo-Gounkoto (Barrick Gold)

Barrick Gold, la segunda minera de oro más grande del mundo, ha suspendido operaciones en su complejo Loulo-Gounkoto en Malí tras la confiscación de oro valorado en $245 millones por parte del gobierno militar del país. Según la empresa, esta decisión “lamentable pero necesaria” busca proteger los intereses a largo plazo del proyecto y sus empleados.

El complejo Loulo-Gounkoto, que representa aproximadamente el 14% de la producción anual proyectada de Barrick, ha sido un pilar de la economía maliense. En 2023, produjo cerca de 700,000 onzas de oro y ha contribuido entre el 5% y el 10% del Producto Interno Bruto (PIB) del país durante casi tres décadas.

Un conflicto escalado

Las tensiones entre Barrick y el gobierno de Malí no son nuevas. Desde 2023, las autoridades malienses han implementado cambios en el código minero, buscando aumentar la participación estatal en los proyectos mineros. Además, han reclamado a Barrick $512 millones en impuestos atrasados, lo que ha llevado a la actual disputa.

Ver también:  Minera Alpayana impulsa dos proyectos pilotos de innovación

En diciembre de 2024, Barrick inició un proceso de arbitraje internacional a través del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), mientras intentaba negociar un nuevo memorando de entendimiento con el gobierno. Este documento busca redefinir la relación entre las partes y garantizar una distribución más equitativa de los beneficios económicos.

Impacto en la economía local

La suspensión de actividades en Loulo-Gounkoto afecta no solo a Barrick, sino también a la economía maliense. Con un 80% de sus exportaciones dependientes del oro, el país enfrenta un golpe significativo en un momento crítico para su estabilidad económica. Además, la mina emplea a más de 8,000 personas, el 97% de ellas ciudadanos malienses, y apoya a numerosos proveedores locales.

Según el CEO de Barrick, Mark Bristow, la incapacidad para exportar oro no solo afecta las operaciones de la empresa, sino también a las comunidades locales que dependen de la minería para su sustento. En 2024, Barrick inyectó más de $1,000 millones en la economía maliense, una contribución ahora en riesgo.

Ver también:  Antamina y SUTRACOMASA firman 8vo Convenio Colectivo 2024-2027

Otros actores en la minería de Malí

Mientras Barrick enfrenta restricciones, otras empresas han logrado acuerdos más favorables con el gobierno maliense. Por ejemplo, Allied Gold firmó un contrato de 10 años para la mina Sadiola, y B2Gold llegó a un acuerdo para su proyecto Fekola. Estos éxitos destacan la diversidad de enfoques adoptados por las empresas mineras frente a las políticas del gobierno.

Sin embargo, el contexto político de Malí, marcado por dos golpes de estado entre 2020 y 2021, ha generado incertidumbre para los inversionistas. El gobierno actual ha intensificado los controles y renegociaciones contractuales, presionando a las empresas para incrementar su contribución económica al estado.

Repercusiones internacionales

La disputa entre Barrick y Malí ha captado la atención global, dada la importancia de la minería africana en el mercado internacional de oro. La confiscación del metal y la detención de empleados de Barrick subrayan las tensiones entre los gobiernos de países en desarrollo y las multinacionales mineras.

Ver también:  El oro sube y el dólar declina por la incertidumbre sobre los aranceles de Trump

Barrick ha reiterado su compromiso con una resolución pacífica y constructiva del conflicto, aunque el proceso de arbitraje podría extenderse por años. Mientras tanto, el precio de sus acciones se ha mantenido estable en $15.45, aunque ha registrado una caída acumulada del 20% desde octubre de 2024, cuando comenzaron las amenazas del gobierno maliense.

Perspectivas para el futuro

A pesar de los desafíos, Barrick sigue confiando en el potencial a largo plazo de sus operaciones en Malí. La empresa ha invertido más de $10,000 millones en el país desde 1995, consolidando su posición como uno de los mayores contribuyentes fiscales y empleadores de la región.

El éxito de las negociaciones dependerá de la capacidad de ambas partes para encontrar un equilibrio entre los intereses de la empresa y las demandas del estado maliense. En última instancia, la estabilidad del sector minero de Malí es crucial no solo para su economía, sino también para su reputación como destino de inversión en África.