Por: Mónica Belling, directora de ProActivo
Roque Benavides, presidente de Compañía de Minas Buenaventura, compartió en una entrevista con ProActivo, detalles del prometedor crecimiento que la empresa tuvo en el año 2024. Durante la conversación, Benavides subrayó la crucial importancia de la formalización en la minería peruana y reveló los nuevos proyectos en marcha de la empresa peruana Buenaventura, enfatizando el impacto positivo que estos pueden generar en el desarrollo del país.
Buenaventura ha tenido en el 2024 un resurgimiento como el ave Fénix, sustentado con proyectos como San Gabriel en Moquegua, la productividad de Uchucchacua con Yumpag y con la reciente adjudicación de El Algarrobo, entre otros logros. ¿Cómo ha sido este proceso?
Comenzando por haber resurgido como el ave Fénix. Buenaventura es una compañía que cumple este año 72 años de fundación. Hemos tenido épocas seguramente muy buenas, pero también hemos tenido muchas crisis, y creo que de esa fuerza enfrentar los problemas es que las empresas realmente resurgen, y Buenaventura con el esfuerzo de todos, de 15 mil personas que trabajamos junto con los contratistas que están construyendo San Gabriel. Hoy en día Minas Buenaventura está en 8 regiones del Perú. Es un esfuerzo grande, pero no nos vamos a amilanar. Tomamos la frase de Jorge Basadre, ‘El Perú es más grande que sus problemas’.
¿Qué representa el proyecto San Gabriel para el Perú, considerando la disminución de la producción aurífera nacional en los últimos años?
San Gabriel es un proyecto de oro principalmente, de una inversión de entre 500 a 600 millones de dólares, ubicado a 4,700 metros de altura, en Ichuña, Moquegua, y aunque no es fácil, hemos logrado explorar y descubrir este yacimiento de oro el yacimiento de oro en una zona distinta dentro del paquete de concesiones que le compramos a Gold Fields.
Nos enfocamos en un proyecto subterráneo, de 150,000 – 160,000 onzas de oro al año. Tenemos la filosofía de poder trabajar en yacimientos grandes y chicos. Nuestro objetivo es crear valor tanto para la empresa como para el país.
En relación con la minería informal y el contrabando, ¿Cómo afecta a la producción de oro?
La informalidad es un problema grave que afecta a todos los peruanos. Si bien algunos ven la informalidad como una forma de subsistencia, es vital promover la formalización, no solo desde un punto de vista económico, sino también ambiental. La minería informal opera sin los mismos estándares, lo cual es insostenible, por eso necesitamos facilitar la formalización y simplificar el proceso administrativo para evitar que más mineros se deslicen hacia la informalidad. Más del 70% de la economía peruana es informal.
Tiene que haber facilidades, la permisología lo único que hace es promover más informalidad. Además, hay que ver quiénes están detrás de los compradores de esos minerales ilegales. Ahora resulta que Bolivia es un gran productor de oro y no tiene minas de oro. No seamos pues ingenuos, ahí estamos perdiendo valor para el Perú.
Además, no es solamente una cuestión económica, es también de cuidado del medio ambiente y visión de largo plazo.
¿Qué propuestas tiene para lograr la formalización minera en el Perú y cómo se está discutiendo esto en el Congreso?
La respuesta no es sencilla, pero es esencial simplificar el proceso en el aparato público. Es necesario acortar plazos y buscar llegar a acuerdos con los propietarios de concesiones. Cada región y cada empresa tiene sus particularidades, y necesitamos un enfoque personalizado para cada caso. Tenemos que ir solucionando, paso a paso.
¿Qué opina sobre el rol de las Direcciones Regionales de Minería DREM?
Las diferencias en los estándares entre la Dirección General de Minería (Minem) y las Direcciones Regionales (GORE) han contribuido a la informalidad y hay un doble estándar. Existe cuestiones que deben de ser manejadas por los entes más técnicos, por lo que es fundamental que la toma de decisiones técnicas, esté centralizada en el Ministerio de Energía y Minas para asegurar una regulación uniforme y eficiente.
¿Cómo se aborda la pérdida económica y ambiental causada por la minería informal e ilegal?
Se estima que el contrabando representa pérdidas significativas, entre 3,000 y 4,000 millones de dólares. Además, el mal manejo de sustancias como el mercurio está causando daños ambientales graves, no cabe la menor duda. Adicionalmente, se pierden muchos recursos cuando no se utilizan bien los insumos, y las recuperaciones del mineral no son las óptimas.
Hablemos de El Algarrobo en Piura
El Algarrobo es un proyecto de cobre, plomo, zinc, con plata. Allí se hizo muchos estudios de geofísica y fue identificado primero por el servicio geológico de Francia (BRGM) en sociedad con el INGEMMET. Se descubrió el TG-3 en Tambogrande, que es del que estamos hablando. Nosotros veníamos explorando otra zona, entonces nos enteramos que este TG-3 que lo tenía el Estado, a través de ProInversión querían una iniciativa privada. Nosotros lo trabajamos, la presentamos y se fue al proceso de oferta pública. Fuimos los únicos que nos presentamos y hemos sido asignados.
Estamos comprometidos en trabajar primero el agua, después el desarrollo minero; y tenemos que integrarnos más todavía con las comunidades. ¿Quién sabe en eso tenía una ventaja Buenaventura? Hemos venido trabajando entusiastamente con la posibilidad de construir reservorios que puedan dar más agua en la zona de Locuto, que es la comunidad donde está el proyecto.
Allí quisieron hacer un tajo abierto, para lo cual había que movilizar todo el pueblo de Tambogrande. Bueno, nosotros no vamos a tocar el pueblo de Tambogrande. Estamos planteando un proyecto subterráneo, super técnico y que puede, inclusive, contribuir a dar más agua. Habrá que tratar el agua técnicamente como en todas partes del mundo.
Así, nuestros compatriotas de la zona de El Algarrobo se verán beneficiados con mucha más agua, algo muy importante para nosotros. Nuestro lema en Buenaventura es: ‘Agua primero, mina después’.
¿Cómo ha evolucionado Uchucchacua con Yumpag?
Uchucchacua ha enfrentado desafíos, pero estamos comprometidos con la exploración y renovación, con ese ADN de Buenaventura de la exploración. La minería es una industria no renovable, y la exploración es clave para su sostenibilidad. Estamos trabajando con tecnología avanzada para asegurar la seguridad y el bienestar de nuestros trabajadores.
Cuéntenos sobre el proyecto Trapiche
Está ubicado en la zona de Antabamba, en Apurímac (Apu = cerro; Rímac = hablador. Cerro hablador). Ese cerro nos está hablando. Trapiche, curiosamente también fue explorado por los franceses, pero de forma muy preliminar, y allí hemos continuado tesoneramente en la exploración, hasta que hoy tenemos un yacimiento con un volumen de mineral adecuado. Ahora estamos haciendo pruebas metalúrgicas y avanzando en la factibilidad del proyecto.
Trapiche es un yacimiento con dos zonas claramente definidas, una con cobre lixiviable, de menor costo de producción; y luego vienen los sulfuros. Será una mina de tajo abierto, que cumplirá con altos estándares. Vamos a poner primero el agua y después la mina.
Esperamos que en cuestión de cinco o seis años podamos sacar adelante a Trapiche que es un proyecto más grande que San Gabriel. Trapiche, es un proyecto de 2.000 a 2.200 millones de dólares, mientras San Gabriel es de unos 500 a 600 millones de dólares.
Seguramente buscaremos alguien que nos acompañe para desarrollar ese proyecto. Hay mucho interés en Japón, China, y Estados Unidos, empresas de esos países pueden venir a acompañarnos y nosotros poder liderar el desarrollo.
En términos de empleo, ¿Cuántos trabajadores tiene Buenaventura actualmente?
Actualmente, contamos con más de 15,000 trabajadores, muchos de los cuales provienen de las comunidades cercanas a nuestras operaciones. Esto no solo contribuye a la economía local, sino también a la descentralización del empleo en el país.
Para finalizar, ¿Cuán importante es la capacitación para la formalización?
La capacitación es fundamental en el proceso de formalización. Instituciones como CETEMIN y SENATI juegan un papel crucial para preparar a los mineros. Necesitamos una legislación que sea práctica y que ayude a los mineros a formalizarse de manera efectiva, asegurando un futuro más sostenible para la industria.