Juan José Granda

Por Juan José Granda
Experto en Asuntos Corporativos en el sector minero 

En minería, como en todas las actividades del sector extractivo, la comunicación desempeña un papel fundamental en la generación de confianza y para garantizar una operación sostenible. Recuerdo un Congreso Nacional de Minería en el que escuché por primera vez a uno de los referentes del sector afirmar que “los mineros somos los peores comunicadores”. Han pasado 10 años y, a pesar de los recursos que manejan las empresas mineras, lamentablemente, esa frase sigue resonando.

Las empresas cuentan con la gran oportunidad de informar de manera clara, precisa y transparente sobre sus operaciones, los impactos ambientales y las medidas de mitigación, así como sobre logros que van más allá de lo operacional, abarcando también aspectos sociales y de cumplimiento. Digo gran oportunidad pues es un sector del que poco se sabe dentro de la población en general, pero del que mucho se habla, y muchas veces de manera negativa, por lo que hay el desafío de usar la comunicación para mostrar tanto el impacto económico que la minería representa para un país como el Perú, como para hacer docencia respecto a los retos que tenemos para llevar adelante una operación minera responsable en entornos político-sociales tan complejos.

No basta decirlo, sino que el verdadero desafío radica en que esta comunicación sea realmente efectiva, accesible y comprensible para todos.

La adopción de nuevas tecnologías es crucial en este contexto. Herramientas digitales, como plataformas y aplicaciones móviles, creadas a partir del uso responsable de la Inteligencia Artificial y la Big Data, permiten establecer una comunicación más directa y eficiente con la comunidad en general. Estas tecnologías facilitan el acceso a datos en tiempo real y fomentan la participación ciudadana activa en los procesos de toma de decisiones, lo que mejoraría la difusión de información y la comunicación multidireccional entre autoridades, empresas y población.

Queda claro entonces que es posible comunicar de manera transparente, pues tenemos las herramientas para ello. Ahora, el desafío está en lograr una gestión responsable y sostenible por parte del Estado y de la industria minera con una comunicación clara, directa y efectiva, a fin de construir un futuro más inclusivo, equitativo y justo para todos.