La tensión creciente en la disputa comercial entre Estados Unidos y China continúa sacudiendo los mercados internacionales, en particular el de los metales industriales. Este lunes 7 de abril, los principales metales básicos cotizados en la Bolsa de Metales de Londres (LME) ampliaron sus pérdidas, con el cobre como protagonista de la jornada, al registrar su precio más bajo desde noviembre de 2023.
El cobre de referencia a tres meses en la LME descendía un 0,7%, situándose en 8.710 dólares por tonelada métrica a las 09:20 GMT, tras haber caído previamente a 8.105 dólares, su nivel más bajo en 16 meses.
Este retroceso no fue exclusivo del cobre. El aluminio también caía un 0,9%, cotizando en 2.356 dólares la tonelada. El plomo descendía un 1,8% hasta los 1.871 dólares, mientras que el zinc perdía un 2%, ubicándose en 2.602,5 dólares. El estaño sufría una de las mayores caídas del día con una baja de 4,6% hasta los 33.750 dólares, y el níquel retrocedía un 3,1%, situándose en 14.300 dólares por tonelada.
Según el analista Edward Meir, consultor de la firma Marex, “creemos que es probable que los metales básicos hayan alcanzado sus máximos de 2025, ya que parecen verse atrapados negativamente en el fuego cruzado entre Estados Unidos y China”. Meir advirtió que las señales del mercado apuntan a un debilitamiento sostenido de la demanda de metales, pese a las interrupciones en la oferta.
“En nuestro caso base, vemos que la demanda de metales se debilita aún más y, de hecho, compensa la escasez de oferta”, añadió el especialista, destacando la sensibilidad del mercado ante los conflictos políticos y económicos entre las dos principales economías del mundo.
Trump endurece su posición: la “medicina” del mercado
El presidente estadounidense Donald Trump avivó las tensiones al declarar durante el fin de semana que los inversores deberían “tomar su medicina”, en referencia a los ajustes económicos derivados del enfrentamiento comercial. Además, señaló que no tiene intenciones de llegar a un acuerdo con China hasta que no se resuelva el déficit comercial de Estados Unidos.
Esta postura ha provocado incertidumbre entre los inversores globales, muchos de los cuales esperaban una desescalada de las tensiones para este segundo trimestre del año. Por el contrario, la confrontación parece haberse intensificado.
Respuesta china: contramedidas y restricciones clave
Como respuesta, China anunció el viernes una serie de contramedidas. Entre las más relevantes se incluyen gravámenes adicionales del 34% sobre todos los bienes estadounidenses, así como nuevas restricciones a la exportación de metales de tierras raras, fundamentales para la fabricación de productos electrónicos, autos eléctricos y equipos militares.
Esta medida no solo afecta directamente a las cadenas de suministro, sino que podría impactar en el mediano plazo la producción tecnológica a nivel global. Las tierras raras son insumos críticos para múltiples industrias, y China es el principal productor mundial.
Reacciones del sector financiero: ajustes en previsiones
El banco de inversión Citi revisó a la baja sus previsiones de precios para los próximos tres meses. Estima que el cobre podría ubicarse en torno a los 8.000 dólares por tonelada, mientras que el aluminio caería hasta los 2.200 dólares. En palabras del informe de la entidad, “es totalmente plausible que estos objetivos se alcancen durante la próxima semana; si no es así, aún más probablemente durante los próximos tres meses”.
Por su parte, Bank of America hizo un paralelo con el conflicto comercial vivido entre Estados Unidos y China en 2018-2019. En ese entonces, la confrontación también ocasionó fuertes caídas en los precios de los metales, particularmente del cobre. La entidad anticipa que este metal podría situarse incluso por debajo de los 8.000 dólares por tonelada en el transcurso del verano boreal, consolidando una tendencia bajista.
Implicancias económicas y proyecciones
El comportamiento de los metales industriales suele ser un termómetro confiable del estado de la economía mundial. Su caída no solo refleja una menor demanda, sino también el temor a una posible recesión global, exacerbada por los conflictos geopolíticos.
Además, estos movimientos afectan directamente a países altamente dependientes de la exportación de minerales, como Chile, Perú y Australia, cuyas balanzas comerciales podrían verse afectadas si los precios continúan descendiendo.
En paralelo, industrias como la automotriz, la electrónica y la construcción —grandes consumidoras de metales— podrían enfrentar presiones adicionales en sus márgenes, en caso de que las tensiones derivadas del conflicto provoquen interrupciones en el suministro.
Perspectiva del mercado: entre la incertidumbre y la expectativa
Con un panorama dominado por la incertidumbre, los inversionistas y analistas del sector seguirán de cerca cada declaración y medida que tomen Washington y Pekín en las próximas semanas. La posibilidad de nuevas sanciones o restricciones arancelarias mantiene en vilo a los mercados, mientras los bancos centrales observan con atención el impacto de estos movimientos sobre la inflación y el crecimiento económico.
El cobre, históricamente considerado como un indicador adelantado de la salud económica global, se convierte una vez más en la figura central de esta turbulencia financiera. Su cotización por debajo de los 8.100 dólares no solo es un dato técnico, sino también un símbolo del frágil equilibrio entre la política y la economía global.