En medio de crecientes tensiones comerciales con Estados Unidos, China ha ordenado la suspensión de exportaciones de seis metales pesados de tierras raras y sus derivados, elementos clave para industrias estratégicas como la automotriz, aeroespacial, electrónica y de defensa. La medida, que comenzó a implementarse el pasado 4 de abril de 2025, ha generado alarma internacional por su posible impacto en las cadenas de suministro globales.
Esta decisión marca un nuevo episodio en la guerra comercial entre China y Estados Unidos, intensificada recientemente por la imposición de nuevos aranceles por parte de la administración del presidente Donald Trump. Las autoridades chinas han respondido endureciendo el control sobre la salida de materiales estratégicos del país, bajo un nuevo sistema de licencias de exportación que podría tardar al menos 45 días en ponerse en marcha.
Impacto en sectores clave: defensa, robótica y automoción
Los minerales afectados —todos metales pesados de tierras raras— son esenciales para la producción de imanes permanentes de alta potencia, utilizados en una amplia variedad de tecnologías, desde motores eléctricos y turbinas eólicas hasta drones, misiles y vehículos espaciales.
Según The New York Times, “los envíos de imanes, esenciales para ensamblar desde automóviles y drones hasta robots y misiles, se han detenido en muchos puertos chinos mientras el gobierno chino elabora un nuevo sistema regulador”. Esta paralización podría transformarse en un bloqueo definitivo para ciertas empresas, especialmente aquellas vinculadas al sector militar estadounidense.
El presidente y director ejecutivo de American Elements, Michael Silver, declaró al medio estadounidense que su compañía fue informada de que “pasarán aproximadamente 45 días antes de que se otorguen nuevas licencias de exportación”. En previsión de estas tensiones, su empresa había aumentado sus inventarios durante el invierno.
Estados Unidos, el más expuesto
Uno de los países más vulnerables ante esta decisión es Estados Unidos. Muchas de sus industrias mantienen inventarios mínimos de tierras raras para evitar altos costos de almacenamiento, y la cadena de suministro se encuentra, en gran medida, expuesta a los caprichos del mercado internacional.
El director general de MP Materials, James Litinsky, cuya empresa opera la única mina activa de tierras raras en territorio estadounidense, fue enfático al señalar: “Los drones y la robótica se consideran el futuro de la guerra, y por todo lo que estamos viendo, los insumos críticos para nuestra futura cadena de suministro están cerrados”.
Por su parte, Daniel Pickard, presidente del comité asesor sobre minerales críticos de la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos, advirtió: “¿El control o la prohibición de las exportaciones puede tener efectos graves en Estados Unidos? Sí”.
Suspensión desigual y clima de incertidumbre
Aunque la suspensión se aplica a nivel nacional, la ejecución ha sido irregular. Algunos funcionarios aduaneros chinos permiten la exportación de imanes con bajo contenido de tierras raras pesadas —siempre que el destino no sea Estados Unidos—, mientras que otros exigen controles exhaustivos.
Esta falta de uniformidad ha generado incertidumbre en fabricantes como Tesla y BYD, grandes consumidores de imanes de neodimio-hierro-boro suministrados por JL Mag Rare-Earth Company, ubicada en Ganzhou, provincia de Jiangxi. Esta empresa produce imanes con una fuerza magnética hasta 15 veces superior a la de los imanes de hierro convencionales, vitales para vehículos eléctricos de alto rendimiento.
La relevancia estratégica de JL Mag ya había sido reconocida en 2019, cuando el presidente Xi Jinping visitó personalmente sus instalaciones durante su primer enfrentamiento comercial con el entonces presidente Trump. Aquella visita fue interpretada como una advertencia sobre el potencial uso geopolítico de estos recursos.
Monopolio de facto y frágil diversificación
Hasta el año 2023, China producía el 99% del suministro mundial de metales pesados de tierras raras y el 90% de los imanes industriales basados en estos materiales. La única refinería alternativa, ubicada en Vietnam, ha estado cerrada durante más de un año por conflictos fiscales, consolidando el dominio chino en el mercado.
Japón y Alemania mantienen algunas capacidades productivas, pero dependen de materias primas provenientes de China. Frente a este panorama, MP Materials espera comenzar la producción comercial de imanes en Texas a finales de este año, con el objetivo de abastecer a General Motors y otros fabricantes estadounidenses. No obstante, su capacidad de producción aún dista de ser una solución integral a corto plazo.
Contexto político y tensiones bilaterales
La decisión de Pekín llegó días antes de que la administración Trump anunciara ciertas exenciones arancelarias para productos electrónicos de consumo fabricados en China. Sin embargo, los imanes de tierras raras siguen bloqueados y, además, están sujetos a los aranceles estadounidenses al llegar a puertos norteamericanos.
Hasta la fecha, el Ministerio de Comercio de China no ha emitido declaraciones oficiales sobre estas restricciones, manteniendo un hermetismo que solo contribuye a la especulación y el nerviosismo en los mercados internacionales.