Estudios estiman que los corporate influencers pueden alcanzar hasta al 70% de la fuerza laboral a través de redes informales, frente al 5% que logran los líderes senior de forma directa.

ProActivo |  Los corporate influencers están transformando la forma en que las organizaciones comparten conocimiento, impulsan el cambio y fortalecen la colaboración.

Ya no es necesario tener un cargo gerencial para liderar el cambio dentro de una organización. Los llamados corporate influencers –colaboradores que inspiran, comunican con claridad y conectan con sus equipos- se han convertido en figuras clave para dinamizar el aprendizaje y reforzar la cultura interna. A diferencia de los líderes jerárquicos, estos influenciadores no necesitan títulos formales para ser escuchados. Se ganan la confianza de sus pares gracias a su autenticidad, cercanía y capacidad para traducir lo complejo en acciones concretas.

Según Campus Romero, plataforma especializada en capacitación corporativa, los corporate influencers representan hoy una ventaja competitiva para las empresas que apuestan por el aprendizaje entre pares. “La información ya no fluye únicamente desde arriba: fluye entre pares. Los corporate influencers tienen la capacidad de traducir lo estratégico a lo operativo y movilizar a los demás desde la cercanía, no desde la jerarquía”, afirma Rómulo Martínez, su director.

Su impacto es tangible: estudios estiman que pueden alcanzar hasta al 70% de la fuerza laboral a través de redes informales, frente al 5% que logran los líderes senior de forma directa. Este nivel de influencia redefine la forma en que se adoptan nuevas herramientas, se comprenden las políticas internas y se promueve la colaboración entre áreas. Sin embargo, su incorporación no está exento de retos. En ese sentido, el experto identifica cuatro puntos clave que las empresas deben abordar para aprovechar su potencial.

  1. Alinearlos con la cultura existente. Identificarlos no basta: es clave integrarlos con intención. Si la empresa penaliza el error o no fomenta el intercambio de ideas, su impacto se diluye. Deben sentirse parte activa del ecosistema de comunicación, sin temor a compartir ni a equivocarse.
  2. Falta de respaldo estructural. Aunque muchos líderes identifican de forma intuitiva a estos actores clave, pocas veces se establecen mecanismos para apoyarlos. Sin reconocimiento o soporte formal, su rol queda limitado a la buena voluntad individual, y con el tiempo, pierde fuerza.
  3. Riesgo de perder autenticidad. El valor del influencer está en su voz genuina. Si se perciben como voceros oficiales, su credibilidad puede verse afectada. Preservar su espontaneidad en un entorno saturado de mensajes y automatizaciones es un desafío que no se puede ignorar.
  4. Exceso de mensajes y ruido digital. Cuando todos comunican, cuesta discernir lo valioso. El influencer no es un amplificador, sino un filtro de sentido. Por eso, empresas líderes están usando análisis de redes organizacionales para detectar quién realmente mueve la aguja en la comunicación interna.

“Al apostar por los corporate influencers, las empresas facilitan una difusión del conocimiento más natural y con menos barreras internas. Se genera una cultura de aprendizaje colaborativo, donde las personas aprenden no solo de instructores, sino también de colegas en quienes confían. Es un enfoque que humaniza el aprendizaje y lo hace más efectivo”, agrega Martínez.

En ese sentido, las empresas que invierten en formarlos, reconocerlos y vincularlos a sus planes de capacitación están apostando por una organización más viva, más horizontal y más inteligente. Una organización que no solo entrena a su gente, sino que la escucha, la valora y la convierte en protagonista del conocimiento.