Por Mónica Belling, ProActivo
La exposición del exministro Luis Carranza Ugarte sobre la situación energética del Perú nos confronta con una verdad incómoda. Esta ponencia que dio inicio al XI INGEPET y que culmina hoy en Lima, ha generado nuevas reflexiones y expectativas sobre un repunte de la industria hidrocarburífera.
La reflexión presente de Jorge Basadre sobre la “promesa de la vida peruana”, reside en la acción colectiva. Y si bien el contexto global nos favorece —con la demanda energética sostenida por el ímpetu de las clases medias en Asia—, el Perú está frenado por una dinámica interna autodestructiva.
Lo que ha sido y es el gran éxito de Camisea para la matriz energética nacional, paradójicamente, ha dado paso a una inercia a la que Carranza denomina “Efecto Camisea”: una “flojera” o aletargamiento nacional, similar a la falta de esfuerzo que se observa tras ganar una lotería.
Esta interpretación resulta crucial. El “efecto Camisea”, puede ser una variante de la Enfermedad Holandesa, esta vez la riqueza natural, llámese gasífera, de un gran proyecto de largo aliento, ha provocado indirectamente una desaceleración para la promoción de otros proyectos de similar recurso. La reflexión de Carranza invita al análisis y solución a este tipo especial de ralentización gradual en la industria del petróleo, al punto de haber pasado de producir 200.000 barriles diarios en los años 80, a unos 40.000 en la actualidad.
Resolver esta trampa es la vía más directa para “limpiar de maleza el camino hacia el desarrollo” tanto de la Amazonía como de los demás pueblos del país. La inacción se paga cara: Loreto, poseedora del 75% de las reservas probadas de crudo, pasó de ser una de las regiones más ricas a una de las más pobres.
Frente a la parálisis, el caso del distrito de Puinahua (Lote 95) ofrece la luz. La articulación de la empresa, la comunidad y las autoridades locales para modificar la distribución del Canon ha tenido un impacto social innegable: un aumento de 45 veces en los recursos del distrito, que hoy se destinan a educación y desarrollo productivo. Este modelo de gestión eficiente y transparente es la prueba de que el problema no es la riqueza, sino la forma en que se administra.
La tarea es entender el legado de Camisea, el reto es superar el aletargamiento.
Al día siguiente, del Ingepet 2025, Carlos Garibaldi, secretario ejecutivo de Arpel, remarcó la importancia del gas, en estos tiempos de crisis climática y “fragmentación geopolítica”. “El gas, como saben, ofrece una victoria rápida de descarbonización porque emite mucho menos que el carbón y tiene bajo costo. Está disponible, es seguro en tecnologías probadas, tiene infraestructura y no es vulnerable al cambio climático como los renovables (a excepción de la geotérmica)”, consideró.
Garibaldi señaló que, en este contexto de crisis climática, así como de fragmentación y volatilidad geopolítica se cuestiona la importancia y la continuidad del petróleo. Además, los países no productores, tienen la oportunidad de delegar su seguridad energética a proveedores de un commodity con volatilidad de precio y riesgos geopolíticos, para que generen energías renovables, energéticas y de bajos precios regulados. Así, ante el cuestionamiento ¿Vivimos el ocaso de la era del petróleo? Garibaldi afirmó que no. “Yo creo que no, por un problema de realidades” … La variedad de exposiciones que demostraron el reavivamiento por ubicar nuevas reservas petroleras y/o gasíferas, es un síntoma de mejora ante al aletargamiento.


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