Las exportaciones de China sufrieron en octubre su mayor descenso desde febrero, evidenciando el impacto de los aranceles impuestos por el gobierno de Estados Unidos y la desaceleración de la demanda global. Según datos de la Administración General de Aduanas, las ventas al exterior del gigante asiático cayeron 1,1% interanual, tras haber crecido 8,3% en septiembre, y muy por debajo de la expectativa de un crecimiento del 3% prevista por Reuters.
El retroceso se debe principalmente a la drástica reducción de los envíos hacia Estados Unidos, que se desplomaron 25,17% interanual, reflejando el fin de la estrategia de los exportadores chinos de adelantar pedidos para evitar nuevos aumentos de aranceles. “Parece que la carrera por enviar mercancías a EE. UU. antes de los incrementos arancelarios se detuvo en octubre”, explicó Zhang Zhiwei, economista jefe de Baoyin Capital Management. “Con el impulso exportador debilitándose, China tendrá que depender más de su demanda interna”, añadió.
A pesar de los esfuerzos del gobierno chino por diversificar sus mercados y fortalecer lazos comerciales con Southeast Asia y la Unión Europea, estas regiones no logran compensar la magnitud del mercado estadounidense, que representa más de 400 mil millones de dólares en exportaciones anuales. En octubre, los envíos a la Unión Europea crecieron apenas 0,9%, mientras que los dirigidos al sudeste asiático aumentaron 11%.
Expertos advierten que este enfriamiento exportador podría prolongarse. “El índice PMI ya nos advertía que las exportaciones chinas no pueden crecer indefinidamente, no solo por EE. UU., sino por la desaceleración global”, sostuvo Alicia García-Herrero, economista jefe de Natixis para Asia-Pacífico.
La combinación de menor demanda externa, tensiones comerciales y un crecimiento mundial más débil plantea un panorama desafiante para la economía china en el último trimestre de 2025 y la primera mitad de 2026.

