LIMA, PERU

El Instituto Peruano de Economía (IPE) proyectó un notable repunte en la inversión privada para el tercer trimestre del año, estimando un crecimiento de 10.5%, el primero en alcanzar dos dígitos desde 2013, sin considerar la fase de recuperación posterior a la pandemia. Este avance se da en un contexto de mayor dinamismo económico impulsado por sectores primarios, el incremento del empleo y una mejora sostenida de los ingresos laborales.

La economía peruana mostró en septiembre un crecimiento de 3.9%, superando el ritmo del mes previo y elevando la expansión trimestral a 3.5%. Esta aceleración, superior al 2.8% del segundo trimestre, refleja una combinación de factores que abarcan desde el repunte agroexportador hasta la progresiva recuperación minera y una mejora en la demanda interna.

Sectores primarios: agroexportación y minería toman el liderazgo

El avance de 3.8% en los sectores primarios se vio impulsado principalmente por un sólido desempeño agropecuario. La producción agrícola creció 9.0%, favorecida por un inicio temprano de la temporada de arándanos y mejores resultados en la producción de palta y aceituna respecto al año anterior. Este dinamismo no solo fortalece al sector agrícola, sino que también tiene un impacto directo en el empleo y en los ingresos por exportaciones.

La minería, por su parte, registró un crecimiento de 1.7%, atribuible a la mayor extracción de cobre en Las Bambas y Quellaveco, de oro en Yanacocha, y de zinc en Antamina. Además, el reinicio de operaciones en Shougang y Poderosa contribuyó a consolidar la recuperación del sector tras superar contingencias operativas y de seguridad.

Construcción, comercio y servicios impulsan a los sectores no primarios

Los sectores no primarios avanzaron 3.4%, destacando el incremento del consumo interno de cemento en 8.3%, indicador del renovado dinamismo en construcción. El comercio y los servicios también mostraron crecimientos significativos de 3.1% y 3.0%, respectivamente, en un entorno marcado por inflación moderada y mayor formalización laboral.

El gasto privado se aceleró impulsado por la inversión privada, mientras que el gasto público creció 5.2%, con un mayor consumo público (6.2%) y una desaceleración en la inversión pública (2.5%). El desempeño mixto del gasto estatal contrasta con la sólida recuperación del gasto privado, motor clave de la actividad económica en este trimestre.

Empleo: 321 mil puestos adicionales y recuperación de ingresos

El empleo nacional creció 1.9%, equivalente a 321 mil nuevos puestos de trabajo, impulsado principalmente por zonas urbanas. Lima lideró el crecimiento con 3.9%, seguida por ciudades del oriente (5.1%) y del sur (3.4%).

Los sectores primarios concentraron la mayor parte del empleo generado, con 254 mil nuevos puestos, reflejando el peso de la agroexportación en el mercado laboral actual. Los sectores de servicios y comercio aportaron 56 mil empleos adicionales, mientras que los vinculados a la inversión tuvieron un aporte más moderado.

El empleo juvenil, tras doce trimestres de caída desde 2022, creció 0.8%, aunque todavía muestra una brecha considerable en Lima Metropolitana, donde hay 176 mil jóvenes menos trabajando en comparación con la etapa prepandemia.

En términos de calidad del empleo, la tasa de informalidad descendió a 70.6%, mientras que el subempleo se redujo a 44.8%, evidenciando una ligera mejora estructural. Los ingresos laborales crecieron 4.7% en términos reales, el mayor incremento desde 2009, y se ubican apenas 0.6% por debajo de los niveles prepandemia, consolidando una recuperación casi total.

Perspectivas para 2025 y 2026: crecimiento con riesgos externos

Los indicadores adelantados del último trimestre revelan señales adicionales de dinamismo. La demanda eléctrica creció 3.5% en octubre, con mejoras en sectores mineros y en actividades ligadas a la inversión. Asimismo, el consumo privado continúa al alza, con un crecimiento de 7.7% en el índice de Big Data de consumo, impulsado por mayor formalidad laboral y liquidez proveniente de los recientes retiros de AFP.

El IPE proyecta que la economía peruana crecerá 3.2% en 2025, impulsada por una expansión de 7.6% en inversión privada y 3.5% en consumo. Sin embargo, para 2026 se estima un crecimiento más moderado de 2.4%, condicionado por la incertidumbre electoral que podría detener el avance de la inversión.

En un entorno internacional marcado por cambios en la política comercial de Estados Unidos y tensiones geopolíticas, el IPE continuará monitoreando los factores externos que puedan incidir en el desempeño económico nacional y actualizará sus proyecciones en diciembre.