Óscar Benavides, presidente de la Cámara de Comercio Canadá-Perú

Óscar Benavides, presidente de la Cámara de Comercio Canadá-Perú (CCCP), afirma que, a pesar de la inestabilidad política recurrente en Perú, el capital canadiense mantiene su confianza. En entrevista con ProActivo, Benavides precisa que la clave reside en la sólida estabilidad macroeconómica del país y el robusto entramado de tratados bilaterales. Al tratar otros temas, señaló que la CCCP impulsa la diversificación del comercio más allá de la minería, apuntando a sectores como infraestructura, energía y la creciente agroindustria, mientras refuerza su compromiso social y educativo para el 2030.

La Cámara de Comercio Canadá-Perú ha celebrado 30 años con notable evolución, ¿Cuál ha sido el mayor desafío y el punto de inflexión que permitió la consolidación y crecimiento exponencial?

El éxito actual de la Cámara se funda en el profesionalismo de su equipo, que ha permitido encarar lo que, sin duda, ha sido el punto de inflexión, que es nuestro involucramiento en el PDAC (Prospectors & Developers Association of Canada) en Toronto, todos los años.

Desde hace más de 15 años, la Cámara tiene el privilegio de organizar la delegación peruana que asiste al PDAC, la conferencia minera más grande del mundo, donde el Perú es constantemente reconocido como la segunda delegación más grande después de Canadá. El PDAC es un desafío permanente, ya que, como entidad privada, buscamos conectar al gobierno peruano y a los inversionistas con una propuesta atractiva, a pesar de la inestabilidad política que nos implicó lidiar con cambios de ministros o presidentes a semanas del evento. Este reto de llevar una propuesta sólida frente al “ruido político” ha sido, paradójicamente, lo que ha forjado el crecimiento de la Cámara.

¿Cómo facilita la CCCP acuerdos de negocios? Y, además de la minería, en qué otros sectores participan

La Cámara mantiene una agenda permanente con ruedas de negocio, misiones comerciales y encuentros especializados casi todas las semanas, reuniendo a por lo menos 10,000 personas en nuestros eventos a lo largo de los años. Es fundamental la transferencia de conocimiento y la difusión de las mejores prácticas de las empresas canadienses. Además de la minería, vemos gran interés en Infraestructura, donde la brecha es gigante y Canadá es pionero en esquemas de Asociaciones Público Privadas (APP); medio ambiente; soluciones urbanas y energía. El Perú es un país lleno de oportunidades, no solo por la riqueza de nuestros recursos naturales, sino también por las numerosas áreas pendientes de desarrollo.

¿Cómo aprovechan los asociados el Tratado de Libre Comercio con Canadá?

El Tratado de Libre Comercio (TLC) de 2009 es un éxito rotundo, pues ha duplicado el comercio entre Perú y Canadá. Sin embargo, la relación va más allá: existe una red muy potente de tratados, incluyendo el acuerdo de 2003 para evitar la doble imposición y la participación en la Asociación Transpacífico. Esta red no solo facilita negocios, sino que también ofrece marcos serios para solucionar problemas (como arbitrajes internacionales). Es crucial para el país bajar el ruido político y evitar la mediatización de controversias, como el caso de Brookfield, para que los inversionistas confíen en que las reglas se respetarán y así seguir atrayendo capital.

¿Qué es lo que Canadá, particularmente, sabe apreciar de Perú?

El principal atractivo del Perú es la riqueza de oportunidades, sus recursos y la estabilidad macroeconómica que sigue mostrando. La baja inflación y el excelente manejo del BCRP (Banco Central de Reserva del Perú) son muy respetados y dan tranquilidad. A esto se suma la trayectoria de ejemplos exitosos de emprendimientos canadienses en el país, lo que demuestra que ha habido reglas claras históricamente. Nuestro enfoque debe ser poner énfasis en ser predecibles y continuar mejorando las condiciones para la inversión.

¿Cómo la Cámara contribuye a estrategias de apoyo a sus asociados y qué programas educativos planean desarrollar?

Buscamos identificar y compartir los mejores estándares y prácticas canadienses. La transferencia de conocimiento es fundamental para que las empresas peruanas mejoren y se vuelvan más competitivas, aprovechando la red de tratados. Además del programa English for Mining, estamos desarrollando English for Business y programas enfocados en innovación aplicada y sostenibilidad. También queremos conectar mejor a las universidades canadienses top con colegios peruanos, habiendo llevado a más de 100 jóvenes profesionales en misiones académicas desde 2016.

¿Cuáles son los planes para el 2030 y qué acciones cumplirán en esta visión de socio estratégico entre Perú y Canadá?

El objetivo principal es consolidar el equipo profesional de la Cámara. Con ese profesionalismo, buscaremos tener la credibilidad para abrir puertas para nuestros socios y generar un intercambio comercial más profundo. Actualmente somos el segundo socio comercial canadiense en la región. La visión más ambiciosa se centra en la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y la educación, buscando que la Cámara sea un instrumento para devolver al Perú parte del éxito de nuestros socios. Esto se materializa en el programa de becas y el apoyo a iniciativas como Excuela, que ha contribuido a combatir la anemia en comunidades con más de 1,300 beneficiarios.

La Cámara es autosostenible y opera con estricto orden financiero. Personalmente, me gustaría que la próxima presidencia recaiga en una mujer, reflejando el liderazgo femenino que ya existe en la institución.

¿Qué otros sectores más piensan avanzar al amparo del TLC?

Además de minería e infraestructura, la agroindustria tiene un gran potencial. El cielo es el límite; un ejemplo es la reciente adquisición de la principal empresa pesquera peruana por una compañía canadiense (peruana: Copeinca; canadiense: Cooke Inc). Hay mucho por hacer todavía.