Los trabajadores de la planta metalúrgica La Oroya de Perú buscan inversionistas para comprar en sociedad por unos US$ 139 millones el complejo minero, que fue privatizado hace dos décadas y ahora está paralizado por deudas y no completar un plan de modernización, dijo el jueves un líder sindical.
La junta de acreedores del Complejo Metalúrgico de La Oroya aprobó esta semana una solicitud de los trabajadores – que son acreedores – para comprar los activos de la empresa: la planta y una pequeña mina Cobriza.
El pedido surgió luego de que fracasaron varios intentos para subastar el complejo y la mina, que estuvieron bajo el control de Doe Run Perú, una filial del estadounidense Renco Group y que lo compró en 1997, en medio de una ola privatizadora durante el Gobierno del expresidente Alberto Fujimori.
“Estamos ahora en tratativas. Hay bastantes inversionistas locales y extranjeros que están en la dirección con nosotros”, dijo a Reuters el líder del sindicato de trabajadores del Complejo de La Oroya, Luis Castillo, en conversación telefónica.
Los trabajadores tienen hasta mediados de junio para pagar US$ 70.6 millones por la mina Cobriza y US$ 68.7 millones por la planta metalúrgica, según el Gobierno.
“No es nada fácil, pero confiamos en que antes del 15 de junio tener ya el dinero y el inversionista para poder trabajar (…) y ver cuándo podría ser el reinicio las operaciones”, dijo Castillo, quien se excusó de identificar a los interesados por un tema de confidencialidad, pero que entre ellos hay dos mineras peruanas. “Una opera en el centro del país”, dijo.
La fundición de cobre, zinc y plomo La Oroya, de casi un siglo de antigüedad, fue cerrada en el 2009 cuando Doe Run Perú se quedó sin dinero para operar y completar su modernización.
Reactivar el complejo es uno de los retos del Gobierno, debido a que su operación convirtió por años a la ciudad de La Oroya en una de las más contaminadas del mundo, pero es el único sustento económico de la zona, según estudios oficiales.
Castillo dijo que los casi 2,000 trabajadores del complejo, reunidos en un sindicato, tienen US$50 millones que les corresponden como acreedores laborales y buscan US$ 90 millones de inversionistas para adquirir la planta y la mina.
El dirigente afirmó que, según sus planes, se requiere al menos entre dos meses y medio a tres meses para volver a operar el complejo en sus circuitos de producción de plomo y zinc, con una inversión adicional de hasta US$ 100 millones.
“Sería en agosto o septiembre”, dijo sobre el reinicio de operaciones. “Para la planta estamos hablando de US$ 70 a 80 millones y para Cobriza estamos hablando de US$ 20 millones en la reingeniería y renovación de equipos”, agregó.
Castillo precisó que el circuito de cobre, que no ha completado un plan modernización, tomará un tiempo para volver a operar. Perú es el segundo mayor productor mundial de cobre.
Fuente: Reuters