Roque Benavides, presidente de Compañía de Minas Buenaventura y presidente de la CONFIEP

ProActivo

Indudablemente Roque Benavides, es quizá el empresario más influyente del país. Su nombre es un referente global sobre la minería peruana y persevera en la innovación para la Compañía de Minas Buenaventura de la cual es su presidente y la que sigue creciendo en un mundo cada vez más competitivo. En su rol institucional, es por segunda vez, tras varios periodos, titular de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep). Optimista, asegura que en la actualidad el éxito en la industria minera se basa en la eficiencia de sus operaciones y el buen manejo de sus costos. ProActivo lo entrevistó y al escudriñar sobre algún interés político por ocupar Palacio de Gobierno, rechazó categóricamente postularse a la presidencia de la República.

Se dice que Roque Benavides habla de política porque quiere postularse a la presidencia de la República.

Hace 20 años, cuando fui presidente de la Confiep, mi amigo Carlos Castro me sacó un artículo diciendo que me aprovechaba de mi puesto para lanzarme a la presidencia de la República. Ahora resulta que regresé al mismo cargo y se dice lo mismo. Parece que en cuanto uno saca la cara, tiene que pensar en ello. No tengo plan alguno de lanzarme a candidatura alguna. Terminaré mi periodo en Confiep en febrero del próximo año y ahí queda, no queda más.

¿Cuál es la situación del empresariado nacional en este momento?

Sigue pujante. En el Perú, son gente súper honorable y súper trabajadora.

Hay que entender que el empresariado nacional no está conformado solo por los grandes, están la micro y la pequeña empresa.

Que hubo un problema con estos estándares, los de corrupción de Odebrecht y compañía -el Club de los Constructores- pero ese es un porcentaje muy menor de lo que significa el empresariado a nivel nacional. Al respecto hay que enfrentar e insistir en nuestro rechazo a la corrupción y ciertamente no paralizar las obras.

¿Cómo contrarrestan ese mal?

Solo se puede hacer con códigos de ética, con el Compliance famoso, que es la gobernanza corporativa, la transparencia, el respeto al accionista minoritario y a las leyes.

Precisamente para estos asuntos, la era digital nos ofrece una oportunidad: que todas las licitaciones se hagan por esa vía. De tal manera que uno pueda desde su computadora chequear cómo va una licitación, transparentar y por supuesto respaldar con los hechos, dentro de lo que es el Internet, todo lo realizado en una licitación.

En el Perú el 30% de las transacciones financieras son a través de la banca, en Chile es el 70%; y en Suecia, es el 98%. Eso dice mucho.

¿Cómo advierte que vemos los peruanos a nuestro país? y ¿Cómo está visto Perú en un ámbito regional y global?

En Perú se han hecho muchas cosas bien. En los últimos 25 a 30 años se avanzó en integrarnos al resto del mundo a través de los Tratados de Libre Comercio y en cada uno hay un capítulo de defensa de la libre inversión. Hoy tenemos grado de inversión que no es el común denominador en el vecindario de América Latina.

Nos diferenciamos con otros países a través de la Alianza del Pacífico. Perú ya no pertenece al Mercosur, no es parte de los Países Bolivarianos y el Pacto Andino está muy venido a menos.

Finalmente, tenemos un Banco Central de Reserva absolutamente independiente y tuvimos la suerte que además se ha reelegido por tercer periodo al señor Julio Velarde, que da mucha continuidad.

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Ahora, el hecho de avanzar no quiere decir que estemos bien. Si nos comparamos con el mundo desarrollado tanto Chile, Perú, Colombia y México, los países exitosos de América Latina, estamos a la zaga.

¿Estamos preparados para ingresar a la OCDE?

En esa ruta Perú está mucho más ordenado de lo que era antes. Ahora nos toca cumplir con una agenda de integración nacional hacia el interior del país que demanda tener mucha mejor infraestructura y más oportunidades para más peruanos. Todavía hay muchos “Perús”.

¿Se aprovechó correctamente el canon durante el “boom minero” ?

Es evidente que la gente no estuvo satisfecha con los recursos que llegaron a las regiones. Hubo muchos actos de corrupción, más allá de Odebretch; y son muchos gobernadores regionales y alcaldes que están en tela de juicio. Esos recursos pudieron ser mejor manejados. En eso hay que tener más planificación, aunque suene un poco estatista.

¿Cuáles debieran ser las prioridades?

El agua y desagüe; pistas y veredas; y electrificación. Después de esas prioridades se puede pensar en piscinas para la población.

Sí creo que el gobierno central debiera dar pautas para la inversión.

Odebrecht, empleaba a muchas medianas, pequeñas y micro empresas locales del Perú provinciano y que se han visto paralizadas ¿Qué recomendaría?

El otro día escuché que había unas 400 empresas proveedoras de Graña y Montero que habían quebrado. Es decir, tengo y quiero tener sensibilidad hacia esa gente en obras fuera de las grandes ciudades. Son pequeños contratistas perjudicados por los escándalos de Odebrecht.

Hay que ser inteligentes en el Perú y entender que tenemos una obligación para con esa gente.

Por supuesto que hay que luchar contra la corrupción, pero sin destruir valor. Siempre saco como ejemplo el reservorio de Chavimochic III, paralizado al 80% de avance. ¿Cómo se puede perjudicar a los agricultores de La Libertad paralizando una obra que está al 80%?

No puedo sino estar de acuerdo con que hay que evitar que las pequeñas empresas sufran por la corrupción.

En Confiep coordinamos con asociaciones de micro y pequeñas empresas y por supuesto recogemos sus preocupaciones.

¿Han analizado esta situación de los  pequeños empresarios?

No. Es que la micro, la pequeña, la mediana y la gran empresa funcionan si es que la economía funciona y es evidente que la economía en el Perú se ha paralizado y lo que necesitamos es retomar el crecimiento que va a favorecer especialmente a la microempresa. No se trata de leyes específicas, la economía debe funcionar.

En los últimos 10 años han aparecido leyes muy descriptivas que poco ven el contexto global. ¿Qué hacer?

Estamos muy alertas. El tema tributario es siempre muy importante, se habla del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) y es interesante lo que pasa. Hoy en día la legislación tributaria también contempla el impacto sobre los temas medioambientales.

Por ejemplo, el incremento del ISC al diésel, que ha sido mayor al de la gasolina de 95 octanos. Uno diría: favorece a los ricos que consumen de 95 octanos y desfavorece a los pobres que consumen el diésel, pero no es así. El diésel contamina más que el de 95 octanos. Esa norma está orientada a un mayor cuidado de la salud y el medio ambiente.

Ahora, si esa nueva tributación se les aplica a las bebidas alcohólicas, la cosa comienza a ser distinta porque podría generar más contrabando y tendría un impacto sobre dicha industria.

La tributación tiene que ser inteligente. Evaluamos estas subidas de impuestos para dar algunas sugerencias.

¿Cuál es la situación de la minería en el país? ¿Cuál es el panorama del oro, la plata y el cobre con las nuevas tecnologías?

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En el caso de nuestro querido Perú, (la minería) es una industria fundamental porque si uno de los problemas endémicos de nuestra patria es el centralismo, la forma de contrarrestarlo es generando actividad económica fuera de las grandes ciudades.

En las zonas altoandinas de nuestra patria, la minería contribuye enormemente. Pero eso que solo la minería salvará al Perú, tampoco es cierto. Tenemos que promover la ganadería, la agricultura, el turismo y la industria manufacturera, tan venida a menos.

Usemos a la minería como un eslabonamiento para desarrollar otras actividades. La minería consume más del 50% de la energía que se produce en el Perú y es el sustento para que la industria eléctrica siga progresando.

En ese sentido el Perú ha sido bendecido con recursos naturales y hemos incrementado la producción de cobre de cerca de 1 millón de toneladas (hace 4 o 5 años) a casi 2.5 millones de toneladas con la puesta en marcha de Las Bambas, la Ampliación de Cerro Verde, con Constancia y eso nos permite beneficiarnos de los precios que hoy se vive.

La minería de plomo, zinc y plata están avanzando. Aunque no hay grandes proyectos, tendrá su propia inercia.

En el caso del oro, la producción cayó esencialmente por los problemas sociales.

Leía que la ministra del Ambiente decía que el tema medioambiental no impedía los proyectos. Coincido con ella. Ciertamente, existe mucho más cuidado y hay mucha más permisología en esa materia y, quién sabe, eso podría retrasar un poquito, pero el principal escollo son las altas expectativas de las comunidades que creen que todo se puede solucionar si se negocia con las empresas; y eso también retrasa los proyectos.

Hay una intensiva producción de oro de manera informal ¿Cuál es su apreciación?

La informalidad, que es otro de los problemas endémicos, tiene que atacarse en forma distinta. Hay aquella en el pago de impuestos, hasta la informalidad en la minería que se contrarresta regulando los insumos mineros, exigiendo una evaluación ambiental de las operaciones; y la titulación. Al mismo tiempo tiene que haber una política nacional al respecto.

¿Cómo ve al actual gobierno luego de tanta agitación política?

La gran virtud es que ya no hay esa inestabilidad política que terminó con la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski por los “Mamanivideos”.

El hecho de que ahora esté Martín Vizcarra, que la oposición fujimorista no lo vea mal nos ofrece una oportunidad, que no hay que perder. Soy optimista de que Vizcarra con su sencillez podrá sacar adelante este gobierno que terminará indefectiblemente el 2021.

El presidente Vizcarra se ha caracterizado por desarrollar una mesa de diálogo exitosa con el proyecto de Anglo American, Quellaveco ¿Cuál es el panorama minero bajo el nuevo mandato presidencial?

Fue relativamente exitoso con Quellaveco… todavía no está en producción, por eso digo relativamente. Seguramente el ambiente social mejoró y de eso hay que darle el mérito. Sin embargo, cada proyecto tiene sus propias complejidades.

Hay una diferencia entre Tía María y Michiquillay; entre Quellaveco y otros proyectos en el Perú. Debe atenderse uno por uno. Al mismo tiempo tiene que haber una visión de país.

Hay que insistir en que no se trata de quedarnos en lo regional, sino que tenemos que ver también lo nacional.

Si pensamos en los proyectos mineros del norte, hay un rezago en su ejecución respecto a los del sur. ¿Qué viabilidad tienen?

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En el sur se ha dado desarrollo por el cobre. Y en el norte no cabe la menor duda de que hay un cinturón de cobre compuesto por Michiquillay, Conga, Yanacocha, la Zanja, Tantahuatay, Goldfields y La Granja y por qué no decir Cañariaco. Allí hay una oportunidad para ponerlos en valor con cuidado al medio ambiente, y respeto a las comunidades.

El norte no ha estado creciendo en su producto bruto tan rápido como el sur y se debería aprovechar esa oportunidad.

Hay que concentrarse en Michiquillay. Si sale adelante, saldrán los otros proyectos.

¿En el norte la infraestructura es óptima, como en la zona sur?

No sé si es óptimo. Me encantaría ver que se construya un ferrocarril en el norte del país. Allí perdimos muchas oportunidades al no tener más ferrocarriles y cualquier excusa es buena para una mejor infraestructura.

Si se integra el ferrocarril con el puerto de Paita o Sechura se integra una cadena logística que ayudaría enormemente a todo el norte del Perú.

Hablan de Eten como una alternativa para La Granja. Hay que verlo. Es un puerto más complicado porque son aguas no tan profundas, pero hay que evaluarlo, no sé si Pacasmayo de repente es la alternativa.

¿Cómo observa la infraestructura vial; agua y desagüe; y energía eléctrica en el norte del país?

Sobre todo después de El Niño costero, al parecer no avanzamos mucho en recuperar esas carreteras. En Piura hay mucho por trabajar, sin perjuicio de que en general las carreteras podrían estar mucho mejores. En vez de haber hecho la IRSA Sur o la IRSA Norte, debimos hacer la doble pista desde Tacna hasta Tumbes.

¿Cuán integradas están las carreteras hacia la zona andina?

La Carretera Central necesita muchos túneles, ha colapsado. La carretera hacia Cajamarca está en buen estado. En el sur, la de Nazca hacia Ayacucho y al Cusco está bastante bien. En términos de vías transversales se avanzó mucho, pero siempre son mejorables.

¿Qué debe hacer la minería en estos momentos que el precio va al alza para que vaya de la mano con el desarrollo regional sin los errores pasados?

La minería es probablemente la industria más globalizada que existe, es una actividad, como dicen los economistas, tomadora de precios y ojalá que mejoren.

Y la minería peruana tiene que enfocarse a la eficiencia, al control de sus costos, a estar en el primer cuartil de la curva de costos a nivel global.

Mientras nuestros costos estén en ese rango, estaremos mucho mejor y nos beneficiaremos mucho más si los precios suben.

Es importante para esta industria invertir en ciencia, tecnología, e innovación y no ir de la boca para afuera.

Necesitamos nuevos equipos y nueva maquinaria, en eso la inversión extranjera ayuda mucho porque viene con nuevas tecnologías. No nos olvidemos que países exitosos del mundo, como Chile, Australia y Canadá basaron su desarrollo en el desarrollo minero; y el Perú debería poner en valor todo su potencial en ese campo. Eso solamente se hará con cuidado del medio ambiente con respeto a las comunidades y aplicando la tecnología de punta que tengamos a disposición.

¿Está por llegar un nuevo “boom” minero?

Trabajemos en eficiencia y estemos preparados para el “boom” si es que viene. Hay que estar preparados para lo mejor y dispuestos para lo peor. Estar dispuestos para lo peor significa eficiencia que permitirá que si los precios decaen mucho, poder sobrevivir; y si los precios suben beneficiarnos de eso. No hay más. Esa es la historia de la minería.